Según el Ministerio de Salud bonaerense, en lo que va del año hubo 35 casos de sarampión producto de cuatro brotes, tres de los cuales se desarrollaron en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y lograron ser controlados. Sin embargo, esos casos podrían haberse evitado si los contagiados se hubieran vacunado. Este problema tiene otro trasfondo: luego de la pandemia, la cantidad de personas que cumple con el calendario de vacunación descendió “de un 90 a un 70 por ciento”.
La confirmación de este dato la dio a AUNO Hugo Pizzi, reconocido médico infectólogo, epidemiólogo y docente universitario de la provincia de Córdoba que explicó algunas de las razones por las cuales los brotes de sarampión siguen despertando las alertas, todas ligadas a la vacunación.
“Hay 110 mil chicos que tienen la primera dosis al año de la triple viral, y no tienen la segunda dosis a los 5 años, y hay 400 mil que no tienen ninguna dosis”, precisó.
Uno de los brotes de contagio fue generado por una niña rusa que llegó al país con la enfermedad: “Fue a la casa donde estaba la hermana, contaminó a la hermana con sarampión, la hermana contaminó al padre, que terminó contaminando a sus compañeros de trabajo y, entre todos, el PH donde habitaban. Eso quiere decir que había un grupo, una retahíla de personas que evidentemente no tenían la inmunización adecuada. Por lo tanto –concluyó Pizzi- no deben haber tenido la triple viral”.
DATOS QUE PREOCUPAN
Según el último Boletín Epidemiológico provincial que elabora el Ministerio de Salud bonaerense, el primer brote de sarampión tuvo 31 casos: 11 ocurrieron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y 20 en la provincia. En el territorio bonaerense, hubo 5 casos en el municipio de Florencio Varela, 5 casos en Quilmes, 3 en Berazategui, 4 en Almirante Brown; 1 caso en Avellaneda, 1 caso en Presidente Perón y otro en Lanús.
Por su parte, Ricardo Tejeiro, infectólogo del hospital Pirovano, advirtió que “un chico se puede morir de sarampión” y defendió la inmunización: “No es discutible hoy la vacuna. La historia lo demuestra. El brote (masivo) que tuvimos en nuestro país fue entre los años ‘55 y ‘56, y esto se controló gracias a la vacuna. Así también la viruela, que se radicó en el mundo”.
El infectólogo consideró que la pandemia de Covid-19 desatada en 2020 alentó, entre otras cosas, que la gente se vacunara menos: “Dejaron de ir al médico, de hacer los controles, de hacer las consultas”. Por eso, señaló, “la baja de coberturas la venimos viendo hace un tiempo; no es de ahora, no es algo que es producto de este Gobierno”.
En su opinión “hay que trabajar mucho en comunicación en educación para facilitar la accesibilidad de vacunas”, por lo tanto, “la vacuna tiene que estar en donde el paciente la necesita”.
El segundo brote de sarampión correspondió a un caso importado en Moreno. El tercero se vinculó a un caso importado en San Luis. En el cuarto brote hubo dos casos provenientes de Londres que tuvieron residencia en la provincia, y luego se establecieron en CABA.
EL SENTIDO DEL RIESGO
La campaña de vacunación comenzó el 17 de abril, con la aplicación de la vacuna doble viral en niños de 6 a 11 meses (dosis cero), y en menores de 13 meses a 4 años (dosis adicional). A la fecha, se aplicaron 40.485 dosis 0 (población de 6 a 11 meses) y 142.487 dosis extra (población de 13 meses a 4 años) en los municipios del AMBA.
Tejeiro y Pizzi coincidieron en que el problema está en que hay una falta de vacunación por parte de la población y consideraron que la lógica de ello podría ser que la gente haya perdido el sentido del riesgo: “Como no circula sarampión, no tengo riesgo y entonces no me vacuno ni no vacuno a mi hijo. Y es todo lo contrario”, enfatizó Tejeiro.
En esta línea, el especialista opinó que deberían hacerse más campañas de comunicación y de educación: “Para un chico de edad escolar, o cuando termina el secundario, es sumamente importante saber qué vacunas tiene al alcance para protegerse. Hay enfermedades que son sociales; las enfermedades de transmisión sexual, hepatitis B, el HPV tiene vacuna, y un joven de 16, 15 o 17 años no sabe que puede vacunarse y protegerse. Y eso me parece que es un error”.
EL PELIGRO DE LOS ANTIVACUNAS
En una enfermedad altamente contagiosa como es el sarampión, el discurso antivacunas constituye un riesgo para la salud colectiva. Pizzi indicó que hay un estudio multicéntrico hecho en más de 50 países y tomado por las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OMS y OPS), que dice que “si la vacuna contra el sarampión no hubiera existido desde el año 2000 al 2024, la humanidad habría perdido 60 millones de habitantes, porque el sarampión siempre mató por neumonía o por encefalitis”.
Frente a este riesgo, “no podemos estar luchando con una madre que dice que es naturista. Las vacunas y el agua potable nos sacaron de la edad media, las grandes epidemias están dominadas por eso”, agregó.
El infectólogo puso de ejemplo la provincia de Mendoza, cuyo gobierno sacó una resolución que insta a las familias a regularizar el calendario de vacunación de sus hijos. En caso contrario, no sólo serán multados sino que podrían ser detenidos.
En tanto, el doctor Tejeiro explicó que en Europa “se notifica algo de 60, 70 mil casos de sarampión por año”. Para el especialista el discurso antivacunas “es una línea que se está viendo”, aunque en nuestro país “no es tan importante”.
Para graficar los riesgos que implican los discursos antivacunas, el infectólogo citó el caso de Estados Unidos, donde el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el cirujano general del estado, Joseph Ladapo, anunciaron el fin de las vacunas obligatorias para estudiantes y trabajadores. “Lo único que van a lograr es empezar a tener brotes de enfermedades y a costa de vidas que van a morir, o que van a quedar con secuelas, después van a volver a la vacuna seguramente. Es un riesgo muy alto que no se debe correr”, concluyó.
RD-AFD
AUNO-27-09-2025


