Se puede intuir que William Shakespeare escribió Ricardo III (y las obras que la precedieron; Enrique VI partes 1, 2 y 3) como una forma de propaganda política, producto del período Tudor durante el reinado de Isabel I. Durante ese período, se creó lo que los historiadores llaman el “mito Tudor”, relato que buscaba deslegitimar al reinado de Ricardo III y exaltar a Enrique VII. ¿Cómo se lo retrató, entonces, a Ricardo III, el antagonista de aquella trilogía anterior? Como un fenómeno, un jorobado deforme, grotesco, violento, ambicioso y despojado de moralidad cuyo único objetivo es llegar al trono de Inglaterra, aniquilando a cualquiera que se entrometa en su camino. Esta vez, la adaptación viene de la mano de Grupo Matrioshka. Ricardo III, Shakespeare otra vez. Con dirección de Analía Mayta, el espectáculo se presenta este sábado a las 21 en el Centro Cultural Justo Lynch (Bragado 5701, Wilde).
Las tragedias arraigadas en la ambición y la búsqueda implacable por el poder absoluto se encuentran plagadas en gran parte de la obra del dramaturgo, y en Argentina, país donde la realpolitik nunca muere, Ricardo III es una obra ejemplar para estos tiempos. “Justo empezamos a ensayar la obra en plena campaña electoral”, cuenta Mayta a AUNO. “Con el cambio de gobierno fue inevitable no hacer una lectura o comparación con el nuevo mapa político argentino, y ahí se nota claramente lo maravilloso de Shakespeare, que, escribiendo una obra en 1591, sigue teniendo puntos de contacto con la Argentina del 2025”.

La puesta en escena muestra a cinco actores en vestiduras blancas y roles rotativos; cambian de vestuario en frente del público, utilizan marionetas, musicalizan ellos mismos golpeando unas chapas e incluso se quedan mirando a los intérpretes cuando no participan en la escena como si ellos también fueran parte del público. “El proceso creativo fue de un año y medio”, precisa la artista sobre el trabajo de adaptación de la obra. Se decidió por una dirección minimalista porque quería “conservar algo del teatro ‘shakesperiano’, volver al teatro Isabelino de la época; sin escenografía, más artesanal y popular”.
Lo primero que uno piensa al ver la puesta del Grupo Matrioshka es en Habitación Macbeth, la adaptación unipersonal de Pompeyo Audivert, que descarta la producción maximalista con un énfasis en contorsiones y expresiones que remiten al expresionismo. Pablo Goldberg, quien interpreta a Ricardo, expresa la deformación de su protagonista con una simple contorsión de cara y una pose corcovada. Natalia Pascale, como Lady Ana, tiene el rol de mantener el drama emocional en la obra con un monólogo punzante, mientras que Luciana Cervera Novo, María Ema Mirés y Ezequiel Olazar rompen con la solemnidad con destellos de comedia física.
El espectáculo estrenó hace dos años en Itaca Complejo Teatral, y pasó también por Entelar Espacio y Beckett Teatro. A fines de abril se presentó con entrada gratuita en la Fundación Soldi, en Almirante Brown. Ricardo III, Shakespeare otra vez tiene todos los ingredientes para una formidable adaptación del dramaturgo inglés: atemporal, trágica, cómica, experimental y reflexiva.
AUNO-03-05-2025
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