El teatro independiente sigue sin dar el brazo a torcer desde el mes de mayo ante la publicación del decreto 345, que implicaría el desmantelamiento del Instituto Nacional de Teatro (INT), organismo que ha fomentado al teatro independiente desde la aprobación de la Ley de Teatro (24.800) en 1997. Los trabajadores ligados a la actividad han hecho de todo para que sus reclamos sean escuchados: abrazos simbólicos, marchas, una carpeta negra en los Martín Fierro de Teatro, conferencias de prensa, reclamos al Congreso y un festival a la gorra con más de 380 obras. La lucha contra el desfinanciamiento sigue activa.
“Es un tema que viene desde que asumió este gobierno, constantemente planteándose el objetivo de desmembrar y desguazar todo organismo que sea representativo y cuya representatividad está compuesta directamente por sus trabajadores”, cuenta Martín Mendivil, actor e integrante del Consejo Provincial de Teatro Independiente (CPTI).
En la vía legislativa, a principios de julio se presentó la oportunidad para que se tratara el tema en el Congreso. La diputada por el bloque de Unión por la Patria Ana Carolina Gaillard había pedido una sesión especial para tratar el decreto 345 el 2 de julio. Mientras tanto, la comunidad teatral marchaba frente al Congreso, expectante ante cualquier novedad. Pero la sesión fue levantada por el presidente del cuerpo, Martín Menem, luego de una riña entre el bloque de La Libertad Avanza y el conjunto opositor. Alfredo Badalamenti, representante provincial del INT, calificó al incidente como una «profunda decepción». A pesar de que hubo un consenso general entre diversos bloques por tratar el decreto, señaló que entre ellas hay diferencias ideológicas y políticas que «le ganan a lo que necesita la población, no solo por el INT».
«Es un dolor, pero voy a seguir confiando en que hay mucha gente (de los bloques) que quiere hacer las cosas bien, y con esa gente debemos seguir charlando y debatiendo», expresó el director teatral a AUNO. Al día de hoy, y luego de una sesión posterior que rompió el buen trato de Milei con varios bloques de la Cámara, el sector teatral sigue exigiendo que se trate el decreto 345.
Entonces, ante un intento fallido de luchar a través de la vía legislativa y el decreto aún vigente ¿Cómo afecta a estos espacios la amenaza de cierre del INT? ¿Qué impacto ha tenido su apoyo en el teatro independiente de zona sur? AUNO conversó con representantes provinciales del organismo y referentes de zona sur para discutir el impacto que ha generado el organismo y el riesgo que corre su cierre.
¿Qué se pone en riesgo ante el desmantelamiento del INT? Mendivil responde: “La virtud más grande del organismo es que sea federal, porque antes era una Dirección de Teatro Nacional, que funcionaba básicamente en CABA, y quien estaba ahí no conocía cuál era la situación teatral en el resto del país. Lo que generó el Instituto fue que haya representatividad dentro del Consejo, que un representante regional pueda estar en diálogo y poner sobre la mesa lo que sucede en otras regiones.”
La respuesta de los trabajadores culturales
Aunque el rechazo al decreto fue rotundo desde el sector, el ataque al teatro independiente no fue sorpresa para muchos. “El teatro siempre fue la voz de su tiempo, el espejo donde mirarte, por eso les es tan conveniente su desaparición. Porque es un espacio de reflexión, diversidad y encuentro, todo eso les resulta una amenaza”, sentencia Gabriela Pages, actriz e integrante de Mandorla Teatro, quien recibió la noticia de los decretos con “enojo e impotencia” por el accionar “dictatorial y caprichoso” del gobierno nacional.

“El INT nos ayudó a desarrollar y profesionalizar nuestro trabajo y a trazar redes más grandes de intercambio y construcción. Por ejemplo: con una obra que estrenamos en 2008 hemos recorrido todo el país de punta a punta. Eso hubiera sido imposible de realizar únicamente con el valor de una entrada”, cuenta Pages sobre el impacto que tuvo el organismo de fomento en su carrera. Además, resaltó cómo el apoyo del instituto no solo brinda apoyo con vestuarios y técnica, sino que también da la oportunidad a las obras de llegar a lugares “donde el teatro no llega; escuelas, plazas, bibliotecas y comedores comunitarios”.
Juan Mako, actor y director formado en el Teatro de las Nobles Bestias, espacio que logró mantenerse gracias a la participación del INT, sostiene que el organismo cumple una función “vital” para que muchos espacios culturales puedan mantenerse en todo el país. “Si el apoyo se restringe, esos espacios desaparecen y a colación de ello sus trabajadores y así sucesivamente, lo cual significa una catástrofe cultural”, argumenta.
Emilia Ceccet, de Red Teatral Sur, define el apoyo del INT como un “impulso” al acceso a la actividad teatral. En su momento, había aplicado “de manera individual” para una beca que le permitió formarse con reconocidos directores del sector. Como forma de rendición de la beca le pidieron que hiciera una actividad comunitaria y brindó seminarios de teatro para adolescentes. “El fomento impacta directamente en la comunidad, en los públicos, porque en definitiva es para impulsar ese acceso a la actividad teatral”, cuenta.
“Tratamos de hablarle a los alumnos de la importancia de lo que está pasando y ponerlos en situación, que se entienda el desmantelamiento que está llevando a cabo el Gobierno con un instituto de tanto prestigio a nivel nacional”, aporta Rocío Quintana, actriz, directora, docente, fundadora de RQ Grupos y directora municipal de Teatros Independientes en Lomas de Zamora.
Festival ENTRÁ, una iniciativa de lucha
Una de las propuestas para visibilizar el reclamo del sector teatral fue el Festival ENTRÁ. En distintos espacios culturales de todo el país, se mostraron más de 380 obras con entrada a la gorra.
Casandra Velázquez, parte del equipo multidisciplinario BESA que organizó la «carpeta negra» durante los Martín Fierro de Teatro y una de las organizadoras del festival, señala que ENTRÁ nació a partir de una “crisis de representatividad” en el teatro independiente: “La mayoría de los artistas de nuestra generación no gestiona teatros, no tenemos espacios; así que nos planteamos generar un espacio que nos encuentre”.
Participaron obras de las 23 provincias del país. En provincia de Buenos Aires, se pudieron ver las siguientes: Una libra de carne (en Mandorla Teatro, Temperley); El malentendido (en Teatro de las Nobles Bestias, Temperley); Harina y sal (La Rueca Teatro, Monte Grande) y Walter busca a Walter (Teatro en la Bruma, Burzaco).
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AUNO-19-07-2025