“Una evaluación acertada y a tiempo puede detectar vicios de refracción (que se corrigen con la prescripción de lentes) o patologías más complejas que pueden ser derivadas de inmediato a especialistas”, sugieren los responsables del CAO.
Los médicos fundamentan su preocupación en que, según el Ministerio de Salud, aproximadamente medio millón de escolares del país presentan problemas de visión. También se basan en experiencias realizadas en diversas campañas de detección que determinaron que el 90 por ciento de los chicos que recibieron tratamiento luego de ser diagnosticados lograron continuar sus estudios con normalidad, y que el 10 por ciento fracasó en la escuela debido a la gravedad de las patologías observadas.
La oftalmóloga Delia Rosas, Coordinadora Operativa del Programa “¿A ver que ves?”, que funciona en el área metropolitana, entrevistada por AUNO, puntualizó que “un 14 por ciento de los 26 mil chicos que controla el Programa en la Ciudad de Buenos Aires anualmente, necesita utilizar lentes”.
“Los controles deben realizarse a partir de los 3 y hasta los 6 u 8 años, cuando la visión de los niños madura”, aconsejó la médica, a la vez que advirtió que “los síntomas más frecuentes en las patologías de la visión son las cefaleas y el enrojecimiento de los ojos, entre otros, cada vez más comunes por el temprano uso de las computadoras”.
Rosas también destacó “la eficiencia de los exámenes que realizan los mismos docentes, denominados de despistaje visual”, que se llevan a cabo mediante los tradicionales cartones con letras impresas de tamaño descendente, “que miden la capacidad visual de los niños”.
Con relación a los controles más sofisticados que realizan los oftalmólogos en sus consultorios o clínicas, Rosas explicó que “el examen es totalmente indoloro y la única manipulación que puede incomodar a los niños es la colocación de gotas en los ojos para dilatar las pupilas”, concluyó la oftalmóloga.
AUNO 02.03.07 GRB