Lanús, agosto 17 (AUNO).- Lanús quedó eliminado en los 16vos de final de la Copa Argentina tras caer por 2 a 1 frente a Unión de Santa Fe, en Sarandí, y su futuro, con la Copa Libertadores y la Superliga por delante, se llenó de interrogantes a raíz de la falta de contundencia de su juego.
Alejandro Silva (33’ PT) abrió el marcador para el ‘Grana’, tras un magnífico desborde y pase gol del delantero Lautaro Acosta, que generó una pared en velocidad con el ‘Tanque’ Denis para dejarlo al uruguayo ya sin la oposición del arquero Nereo Fernández.
Para el ‘Tatengue’, en cambio, los goles llegaron mediante jugadas aisladas. Primero con un disparo frontal desde fuera del área del mediocampista Manuel De Iriondo (39 PT), que se desvió en el defensor Marcelo Herrera e imposibilitó la reacción del arquero Fernando Monetti.
El segundo, el de la victoria, fue obra del delantero Lucas Gamba (18’ ST) tras un gran desborde y centro atrás del lateral derecho Damián Martínez, que lo dejó solo frente al arco.
El equipo de Jorge Almirón presentó una versión de juego muy deslucida en comparación a lo que fue su primera presentación en este semestre frente a The Strongest de Bolivia por Copa Libertadores, cuando logró la clasificación para los cuartos de final.
Con el monopolio de la tenencia del balón como idea madre para buscar la victoria, a Lanús le faltó precisión para encontrar conexiones en ataque que quebraran el cerrojo defensivo que le presentó Unión y de esa manera generar ocasiones de gol.
El conjunto de Leonardo Madelón planteó como estrategia neutralizar el juego de Lanús en tres cuartos de cancha y salir rápido de contra o mediante envíos aéreos a Gamba, su única referencia en el área contraria.
Los ejes del mediocampo ‘Granate’ en principio debían ser Román Martínez y Matías Rojas, pero al surgido en Deportivo Morón se lo vio muy poco participativo en el juego, mientras que al paraguayo se mostró desordenado y con poca gravitación en ataque.
Frente a este problema, Lanús no encontró un plan B para desbaratar la telaraña del equipo rival. Cuando pudo buscar otros caminos para sorprender en ataque, Almirón solo cambió puesto por puesto sin generar una variante táctica.
Cuatro defensores, un mediocampista de contención, dos volantes por adentro, dos delanteros abiertos por los costados y un referente de área: Lanús nunca salió de este esquema y facilitó el trabajo defensivo de un Unión que estudió bien a su rival.
Si el conjunto de Sur del Gran Buenos Aires comenzó adelante en el marcador fue porque supo sacarle jugo a la primera jugada a fondo que tuvo en ataque.
Para el ‘Tatengue’, los goles llegaron casi sin proponérselo, con cierta cuota de fortuna en el primer gol y con el oportunismo de golpear en el momento justo en la segunda parte, cuando Lanús se disponía a buscar con todo la victoria.
Lo que más llama la atención en el ‘Grana’ es lo aferrado que está a su concepción de juego: la pelota siempre por abajo sin importar las condiciones contra las cuales se enfrenta, como bien pueden ser una defensa de once jugadores enfrente o un cronómetro ajustado.
Esto es algo que podría ser considerado una virtud, si la paciencia posibilita ver de forma más clara las opciones de ataque en momentos complejos, pero también un defecto, si se tiene en cuenta que a falta de un minuto para que termine el encuentro, Lanús contó con un tiro libre a su favor en campo contrario.
Una pelota parada que contaba con la presencia de casi todos los futbolistas del ‘Grana’ en el área contraria y que por lógica debía ser enviada al área, pero que terminó en un despilfarro por querer seguir tocando por abajo, hasta perderla sin siquiera haber intentado la heroica.
AUNO 17-08-17
MC-MFV
