Tal vez porque en el mar fue donde se originó la vida, la inmensa variedad de seres que lo pueblan ganan en interés y misterio. Conocer esas formas de vida para aprovecharlas sin provocar su degradación es el objetivo de la Estación Hidrobiológica de Puerto Quequén, en la provincia de Buenos Aires, y que depende del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
Dentro de la Estación funciona el Museo de Fauna Regional, en donde se busca difundir, a través de sus colecciones, el conocimiento acerca de los animales que habitan y habitaron la parte sur occidental del océano Atlántico y sus costas.
Planeta Océano es el nombre que tomó el recorrido del museo luego de haber sido modernizado y remodelado en función de mejorar la exhibición de sus piezas, a través de las que se puede conocer la diversidad de invertebrados marinos, tiburones, peces, aves y mamíferos marinos de la región. También es posible, por medio de restos fósiles, conocer los mamíferos que habitaron la llanura pampeana hace decenas de miles de años.
Después de las modificaciones, el Museo de Fauna Regional pasó de cuatro a seis salas de exhibición. Los dos nuevos espacios no sólo contienen elementos naturales, sino que agregan la interactividad a través de la tecnología como una modalidad para facilitar el acceso al conocimiento.
Las novedades de Planeta Océano son las salas “Prohibido No Tocar” y “Criaturas Microscópicas”, en las que por medio de animaciones y gráficos realizados con herramientas informáticas se vuelve posible un acercamiento a organismos que de otro modo no serían visibles.
Las otras cuatro salas, ya existentes, pero que fueron remodeladas, son “El océano y sus habitantes”, “Los peces, la pesca y la conservación de los recursos marinos”, “Los invertebrados marinos” y “Las costas y sus habitantes más comunes”, la única sala con fauna terrestre.
Además de las reformas en las salas, en el museo se presentará el espectáculo cultural Fuga Oceánica, donde se vinculan los conocimientos tradicionales de un museo con el arte. Allí, la experimentación permite la convivencia entre la exhibición de videos, fotografías, instalaciones y la interpretación de música en vivo, en un conjunto que busca mostrar con formas innovadoras el mundo oceánico.
Tanto esmero puesto en difundir la vida marina responde a que quienes llevan adelante el museo y la estación hidrobiológica sostienen que es importante la llegada del conocimiento al público en función de divulgar cuáles son los recursos naturales existentes en el país y cómo pueden ser explotados sin descuidar su conservación.
Fueron esas las motivaciones para que en 1928 se creara la primera estación de investigación de biología marina de América del Sur en una casa que dejaba desocupada la empresa holandesa encargada de la construcción del puerto de Quequén.
En sus más de 76 años de trabajo, la Estación Hidrobiológica de Puerto Quequén elaboró el primer catálogo regional de peces marinos y moluscos, se emprendieron novedosas investigaciones sobre microorganismos tóxicos causantes de marea roja, y se desarrollaron los primeros estudios de los esquemas regionales de distribución y el movimiento de masas de agua, entre otras investigaciones. En la institución, además, se forman continuamente especialistas en ciencias del mar.
Nueve años después de la creación de la estación, en 1937, se iniciaba el Museo de Fauna Regional con la habilitación de tres salas para la muestra al público de las colecciones de fauna que empezaban a constituirse. Hoy el museo recibe a sus visitantes combinando la antigua arquitectura de su edificio con el conocimiento y las nuevas tecnologías.