Lomas de Zamora, octubre 22 (AUNO)-Familiares y amigos de Nicolás Vázquez, asesinado en septiembre de 2013 en Lanús, realizaron un mural para homenajearlo y exigieron la detención del único acusado del crimen, el comisario Héctor Amarilla, quien se encuentra prófugo. La abogada de la familia del joven, Marina Pirro, aseguró que la ausencia del efectivo policial “se debe a que sabe lo que hizo”.
A un año de cumplirse el asesinato de Nicolás, se realizó un acto en la Plaza Gardel, en Remedios de Escalada, para reclamar la captura de Amarilla, dado que luego de conocerse el pedido de detención, por parte de la UFI 8 de Lomas de Zamora, no se presentó en el trabajo ni en su domicilio.
El comisario está acusado de homicidio doblemente agravado por alevosía y por su condición de policía.
En diálogo con AUNO, Pirro denunció que “hubo varias irregularidades en el caso” y destacó que el pedido de detención ya está en marcha por lo que “mucho tiempo en la clandestinidad no puede vivir”. La abogada afirmó que “la búsqueda (de Amarilla) va a seguir”.
Durante el acto, la hermana de Nicolás, Anahí Vázquez, aseguró que él “no era un delincuente, ni un jefe de banda ni nada de lo que se difundió”.
“Es una lucha de todos los días, de tristeza. Es algo irreparable y lo único que quiero es que no haya más de estos casos de gatillo fácil”, dijo emocionada, minutos antes de presentar el mural.
Según la causa judicial, Nicolás, de 18 años, salió el 25 de septiembre de 2013 para almorzar con amigos en el centro de Lanús. Antes del encuentro, entró a un comercio de ropa deportiva sobre la peatonal 9 de Julio, se probó tres remeras, dejó dos en el mostrador y salió corriendo. Al sonar la alarma, Amarilla, que hacía horas extras en el local, lo persiguió.
Nicolás corrió dos cuadras por Oncativo y al llegar a la esquina con Margarita Weild —donde la cámara de seguridad de una inmobiliaria registra que Vázquez no estaba armado— Amarilla comienza a disparar. En ese trayecto, Nicolás tira la remera y al hacer unos metros más, sobre Las Piedras al 1400, frena y queda frente a Amarilla. Un testigo de la causa afirmó que el agente se acercó apuntando hacia el muchacho y disparó.
Según fuentes policiales, se trató de un enfrentamiento. Luego de la persecución, Amarilla es llevado al hospital con una herida de bala en su pierna, y allí entrega su arma y la que supuestamente portaba Nicolás. “El arma que le plantaron a Nico se le hizo un revenido metaloquímico, que duró cuatro horas, y allí apareció el número que le habían limado y resultó ser que era de otro policía”, explicó Pirro.
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