«Hoy se puede hablar de un Estado presente»

Con 45 años de trayectoria, el cantautor presentó el viernes su nuevo CD. En una entrevista exclusiva, repasa los dramáticos días en que fue perseguido y censurado; su compromiso con los derechos humanos; el modelo que impulsa el gobierno y la participación de los jóvenes.

Sabrina Améndola y Liliana Aristiqui

En los albores del otoño, con hojas que comienzan a caer y con días que son menos luminosos, la antigua casona de Víctor Heredia, en el barrio de Palermo, parece el espacio ideal para una charla extensa, que permite transitar pos varios temas. Allí, el cantautor popular, que hoy tiene 66 años y cinco hijos, recibió a El Cruce para hablar de su último disco, “Algún día”, lanzado a fines de marzo, editado a cuatro años de su último trabajo; pero también de los vaivenes de su profesión, en 45 años de trayectoria. “Las problemáticas más preocupantes que me tocaron vivir fueron las dictaduras”, dice el músico, quien siempre deja entrever en sus letras su compromiso con los derechos humanos.

También se refirió al reciente nombramiento del cardenal Jorge Bergoglio como Papa, a su relación con la Iglesia Católica y a la controversia que generó en el ámbito eclesiástico su obra conceptual “Taki Ongoy”, que abordaba la Conquista de América desde la mirada de los pueblos originarios.

-¿Qué representa este nuevo disco?
-Todo disco recién salido del horno te genera expectativas. Lo que representa tiene que ver con la etapa en la que compuse cada una de las canciones. Es un álbum que armé en los últimos dos o tres años. Allí hay letras referidas a las Islas Malvinas, también hay dos canciones que relatan historias de pareja, además de “Canción censurada” que intenta contar en un guiño, cómo intenté en algún momento, durante la última dictadura militar, esquivar la censura. Siento que este disco me compromete con mi propio espíritu, ya que aporta una mirada sobre nuestra realidad, sobre nosotros mismos, que es sincera y auténtica.

-¿Por qué lleva el nombre Algún Día?
-Se llama Algún día porque el contenido de la canción que lleva ese mismo título se refiere a la posibilidad de que nos desembaracemos en algún momento de este peso que tenemos con nuestra historia reciente, tan trágica en relación a los torturados, a los detenidos, a los desaparecidos durante la última dictadura, para que Argentina alcance la altura con la que siempre hemos soñado los que militábamos por la democracia que tenemos hoy. Lo que nos ha sucedido como argentinos no tiene por qué pararnos. Obviamente, quienes apoyamos un modelo y un proyecto popular, como el actual, lo entendemos, pero hay sectores en la Argentina que esto no lo comprenden y creen que este país puede despegar y desarrollarse sin esa memoria, sin esa justicia, sin aclarar determinados sucesos. Me parece que eso no va a suceder jamás porque, justamente, quienes intentan parar este proyecto son aliados, cómplices o por lo menos, acompañan con un guiño la idea de que hay un pasado al que todavía se puede volver, que fue mejor que este presente, cuando la realidad nos está indicando a todos algo completamente distinto.

-¿Qué similitudes o diferencias existen con “Ciudadano”, el trabajo discográfico anterior editado en 2009?
-Es muy diferente. Este es un trabajo que hemos hecho junto con mi banda. Francisco “Panchi” Quesada, en guitarras, hizo los arreglos pensando en que lo vamos a tocar en vivo y que tiene que sonar de determinada manera. También participaron Ricardo Zielinski en bajo, Gustavo López en batería, Gabino Fernández en teclados y saxo, y “Babú” Cerviño en teclados. Además de Daniel Homer, Fernando Nurnberg, Luis Gurevich y Lito Vitale, quienes fueron invitados en algunos de los temas.

-¿Cuáles son los temas más significativos de este disco?
-“Algún día“, “Canción censurada” y “Breve historia de Las Malvinas”. Por ejemplo, esta última es una canción casi infantil donde le cuento a mi hijo de once años cuál es la razón por la que los argentinos decimos que Las Malvinas son nuestras, ya que no lo tenía muy claro y me preguntaba: ¿Por qué decimos que son nuestras si ahí viven ingleses? Por su parte, “Canción censurada”, habla de la falta de libertad de expresión durante los años setenta. En ese momento, los conciertos los prohibían o había amenazas de bomba como, por ejemplo, en el teatro De la Cova o en el Argentino de La Plata, es decir, fue realmente complicado. Uno en aquella época tenía que seguir viviendo, trataba de escribir canciones que no tuvieran que ver con lo que pasaba alrededor, pero yo no pude hacer eso. Siempre tuve una mirada de opinión sobre lo que sucedía. Después, hay dos canciones de amor muy bellas en este trabajo que tienen el contenido de la historia de mi generación, una de ellas es “Cenizas de ayer”, y otra “Parece que la fiesta terminó”, ambas tienen que ver con situaciones de pareja.

-En el momento de componer ¿qué lo inspira escribir letras comprometidas?
-Tengo el hábito de escribir, esa es mi mejor inspiración. Tengo esta carrera, esta profesión, ¿qué puedo inventar sobre eso?, nada. Hay algunas cosas que me parecen interesantes, desde el punto de vista artístico, soy un tipo que escribe compulsivamente. Todos los cantautores abrazamos esta profesión como compositores porque tenemos ese hábito (el de escribir) que es maravilloso; algunos dicen que es un hobby, otros un hábito o una profesión. En especial no me inspira ninguna otra cosa más que la realidad, lo cotidiano, el día a día.

-Luego de la presentación de “Algún día” ¿Cómo continuará con su gira?
-El 14 de abril me estoy yendo a Entre Ríos, el 19 inicio junto a León Gieco y el “Tano” Piero una gira de seis o siete conciertos por América Latina, con actuaciones en Colombia, Venezuela y Ecuador. También, seguramente, haremos alguna presentación en Rosario, Córdoba o Mendoza, pero aún no están confirmadas las fechas.

-“El viejo Matías”, “Todavía cantamos”, “Sobreviviendo” y “Aquellos soldaditos de plomo”, son canciones muy solicitadas en sus conciertos. ¿Cuál es la más apreciada por usted y qué sensación le genera al interpretarla?
-No puedo elegir una. Nombraste cuatro canciones muy fuertes, creo que siempre las canto y me parecen nuevas. “El Viejo Matías” porque fue el primer gran éxito discográfico, la canción que me dio a conocer a un público masivo cuando yo era muy jovencito, con apenas 21 años. Las otras tres porque representan un segmento muy fuerte en nuestra historia: “Todavía Cantamos” dedicada a la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, y “Sobreviviendo” o “Aquellos Soldaditos de Plomo”, que están escritas en plena dictadura y fueron editadas poco tiempo después al igual que “Informe de la Situación”. Todas ellas son canciones de catarsis, tienen contenidos muy fuertes.

-Haciendo un balance de su carrera desde aquel reconocimiento con el premio “Revelación juvenil” en el festival de Cosquín 1967 con la zamba “Para cobrar altura”. ¿Qué cambios hubo en su estilo musical?
-En los inicios me asociaron con el folklore. Pero ya en el primer disco (Gritando esperanzas) se ve que hay un despegue desde lo que era el folklore tradicional hacia el pop, el rock o el beat, que en ese momento como ciudadano de esta capital empecé a escuchar cuando era adolescente. El cambio fue paulatino y tenía que ver con el enriquecimiento personal a nivel musical e intelectual. Como arranqué en esta carrera siendo muy joven no sabía cómo decir que “no” a determinadas presiones de la compañía discográfica, que me vistieron casi de folklorista, pero en realidad, yo quería tocar otra cosa. Por eso me enojé, me fui y dije: “Esto no es lo que yo quiero hacer”, y grabé “El viejo Matías” con una banda eléctrica, mucho más apoyado en lo que era la fusión entre el beat, el pop, algunas cosas de rock y folklore.

-¿Lleva un registro de la cantidad de canciones compuestas a lo largo de su carrera?
-Eso lo lleva la editorial. A veces me asusto porque me mandan las fichas con las canciones que tengo que firmar y son más de 400, es tremendo. Si me pidieras que te dijera sobre qué tratan todas ellas ni me acuerdo, al igual que se las va olvidando la gente.

*-¿A qué edad empezó a componer? *
-Desde muy chico. Para mí escribir es una necesidad de sacar las cosas de encima con una hoja en blanco adelante, por ahí me comunico muy bien con esa parte mía.

-En los ’70 usted fue militante en el Partido Comunista. ¿Cómo fue esa etapa, por qué se produjo su alejamiento?
-La militancia fue concreta, yo fui dirigente en el Sindicato de Músicos y llegué a militar en el partido hasta el año 1978, cuando tuve serias disidencias con lo que planteaba en ese momento la organización y me distancié. Yo seguí siendo marxista-leninista, ellos no sé. (Se ríe)

-El cantautor Víctor Jara fue militante del PC chileno y también reconocido como un cantante de protesta. ¿Cree que su asesinato por parte de las fuerzas represivas del gobierno de Augusto Pinochet marcó un antes y un después para los artistas latinoamericanos?
-A Víctor (Jara) lo asesinaron en 1973 y la dictadura argentina comenzó en 1976 aún cuando la Triple A empezó a finales de 1974 con la aparición de José López Rega como figura de gran poder dentro de la política nacional. Como era joven tenía la sensación de que nada me iba a pasar y menos aún siendo un artista. Me preguntaba por qué había zafado, por qué me había salvado. Tomando en cuenta aquellos hechos tan dolorosos, como la dudosa muerte del poeta Pablo Neruda, opositor al gobierno dictatorial de Pinochet y el asesinato de Jara, comprendí que ambos denunciaron el régimen. Aquí, la dictadura militar quería ocultar lo que sucedía bajo el famoso eslogan “Los argentinos somos derechos y humanos”. Con todo esto, advertí que quizás la muerte de Víctor había sido un alerta para los genocidas argentinos porque en Chile hicieron desaparecer gente muy importante. Entonces, tocar a algún artista era realmente denunciar que en la Argentina, efectivamente, había desaparecidos, detenidos políticos y torturados como se estaba denunciando en gran parte del mundo. Así que creo que eso nos salvó la vida, más allá de algunos sustos que nos llevábamos, las persecuciones, las censuras, la imposibilidad de trabajar, las cartas amenazantes y los llamados telefónicos.

-¿Cómo le impactaban esas amenazas?
-A nivel personal lo primero que pensás es en tu hijo, tu familia, en la gente que querés, tratás de alejarte o alejarlos lo más posible del tema. Asumí dos exilios frente al recrudecimiento de esas amenazas y al peligro cierto de que pudiera suceder algo en mi casa o contra mi persona que involucrara a mi familia. Me fui a España en 1978, regresé a los pocos meses y volví a salir del país en 1980, pero esta vez a Italia.

-¿Por qué decidió regresar del exilio?
-Estaba mi madre sola, mi sobrina y mis hijos, eran muchas las razones por las cuales tenía que volver y cuestiones que resolver, como el sostén familiar, la economía. Por otra parte, había una expectativa interna en los artistas que era poner el pie para que la puerta no se cerrara del todo, esa era la idea y militábamos en la medida en que las circunstancias lo permitían.

-¿Cómo se manejaba con las grabaciones?
-Era muy difícil, la compañía muy discretamente me pidió que grabara un disco en 1980 en España, que aquí casi no salió; hablaba entre líneas, trataba de sugerir pero algunas de las canciones pero me las bocharon porque era imposible pasarlas, como “Informe de la situación”. Estaba escrita desde hacía dos años en España en homenaje a los desaparecidos durante la última dictadura militar. La pude grabar recién en 1982.

-*A iniciarse la última dictadura desapareció su hermana y su cuñado. ¿Qué significó aquello para usted y su familia?*
-Fue una sorpresa para nosotros, porque independientemente de que sabíamos de la militancia de María Cristina en la docencia, no teníamos idea de que tuviera algún otro tipo de conexión que la pusiera tan en peligro para que le suceda lo que le ocurrió. Así que fue un golpe realmente muy duro.

*-¿Y cómo fue la búsqueda? *
-Primero presentamos un hábeas corpus, luego indagamos en los lugares que nosotros sospechábamos que eran centros de detención o, al menos, así nos lo habían indicado: la Escuela Militar de El Palomar, Campo de Mayo, el Batallón de Infantería 601 de Mar del Plata y el Edificio Libertador, lugares a los que entré con la foto de mi hermana y de su pareja Claudio Nicolás Grandi para poder encontrarlos. La búsqueda duró dos años, desde 1976 a 1978. Cristina estaba embarazada de casi cinco meses, desapareció junto a su marido, al poco tiempo falleció mi padre, así que en la familia nos deben cuatro. Además, estoy buscando a mi sobrino o sobrina desaparecida.

-¿Hubo novedades en la búsqueda de su hermana y su cuñado?
-En este momento presentamos una querella al juez Daniel Rafecas, que está al frente del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 3, en relación a una denuncia que presentó un soldado conscripto de aquella época, la cual señala a quienes pudieran ser los posibles culpables y deberían estar presos.

-¿Cuál es su relación con el actual gobierno y qué cambios nota en los últimos diez años?
-Estoy muy cercano y afín a una enorme cantidad de cosas que se han hecho a favor de las mayorías; el tema de la educación me parece sustantivo, la inclusión social en este ámbito me parece extraordinaria, las asignaciones familiares abren la puerta para chicos que de otra manera no podrían acceder jamás a un colegio; el aumento en las jubilaciones, el hecho de haber pagado la deuda que teníamos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para sacarnos esa espada de Damocles y de opinión falaz que pesaba sobre nosotros, me parece sustancial. La mirada que tiene este modelo en relación a lo que debiera ser me parece extraordinaria.

-¿Existe mayor participación de los jóvenes en la política a partir de la gestión de Nésto Kirchner?
-Diría que los jóvenes participan por primera vez masivamente después de la dictadura. Durante mucho tiempo hubo miedo en los padres de mi generación en relación a si los hijos debían o no participar políticamente con algún partido. Lo que dejó la dictadura fue realmente un estigma de temor muy fuerte, que ha sido superado a partir de 2003 y que en los últimos tiempos ha convocado a miles de jóvenes, no sólo a los universitarios sino también a los trabajadores. En las universidades la actividad estudiantil lleva al debate político y a una toma de posición. Pero fuera de estos espacios eso no sucedía y hoy sucede, hay muchos chicos que se intelectualizan, se enriquecen personalmente a raíz de su militancia, que es lo mejor que le puede pasar a un país; independientemente de cuál sea la postura ideológica que cada uno de ellos tome o asuma, porque no necesariamente tienen que ser kirchneristas. Acá hay una cantidad muy interesante de partidos, algunos de ellos progresistas y otros que perdieron su progresismo, pero considero que lo van a ganar con la incorporación de nuevos jóvenes. Es importante la diversidad y la posibilidad de que existan varios partidos progresistas para que uno pueda debatir, enriquecerse, crecer y hacer análisis sobre lo que queremos para el país.

*-¿Qué asignaturas pendientes tiene este gobierno? *
-Creo que faltan un montón de cosas por hacer que están sobre el tapete y que tienen que ver con el mejoramiento de todo lo que venimos hablando. Se ha tomado al toro por las astas en distintas cuestiones que son fundamentales para la Argentina. En salud se han hecho avances extraordinarios, por ejemplo, hoy el PAMI es un lugar de refugio, de consuelo, de recuperación en salud de muchísimos ancianos y esto antes no existía. Ni hablar de la inclusión social en el tema de educación. Yo no llamaría a ninguna de éstas asignaturas pendientes, sino me pondría en la vereda de enfrente. Creo que se está caminando en ese sentido. Considero que se ha avanzado en muchos sectores y hay que seguir mejorando estas cuestiones con el paso de tiempo y con menos palos en la rueda. Hoy se puede hablar de un estado presente.

-*¿Cómo definiría a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo?*
-Ellas son la columna vertebral de esta democracia. Es sustancial lo que han hecho, el ejemplo que nos han dado en todo sentido, porque ellas han sido la voz cantante de un pueblo que no sabía por dónde empezar a defenderse y buscar (a los desaparecidos). Ellas defendieron su lucha sin ningún temor y son un modelo a seguir.

-¿Cómo ve en la actualidad el enfoque, tanto a nivel nacional como internacional, en el abordaje de los derechos humanos?
-El avance ha sido sustancial. Tanto el ejemplo que dieron las Abuelas en la recuperación de los nietos, y las Madres, en la exposición constante de una problemática y el pedido de justicia sobre quienes han sido considerados criminales de lesa humanidad. Los derechos humanos subsisten en la conciencia de muchísimas personas en el continente americano y de los gobernantes, merced al trabajo que han hecho estos dos organismos.

-Usted ha participado en varios conciertos solidarios. ¿Qué problemática a nivel nacional lo movilizó más?
-Las problemáticas más preocupantes que me tocaron vivir fueron las dictaduras y todas ellas fueron superadas con el amor, el sacrificio, la militancia, el esfuerzo y el dolor de todo un pueblo.

AUNO 11-04-13 SA-LA/EV

*Nota publicada en la revista El Cruce de abril

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