Ni una placa por la muerte de un operario

Allegados a un operario fallecido hace dos meses en horas de trabajo marcharon desde la estación de Monte Grande hasta la fábrica para pedir explicaciones sobre el caso. No fueron recibidos ni pudieron colocar una placa en su memoria. Denuncian «aprietes» a testigos.

Familiares y amigos de Alejandro Torres Suárez, que falleció electrocutado hace dos meses en su trabajo, marcharon junto a organizaciones sociales desde la estación de Monte Grande hasta la fabrica FAPA, donde el joven se desempeñaba como operario, en reclamo del esclarecimiento del hecho.
La marcha comenzó alrededor de las 13 desde la estación ferroviaria local rumbo a la Fábrica Argentina de Porcelana Armanino (FAPA) donde Haydeé Suárez, madre de Alejandro, intentó sin éxito ingresar a la empresa para colocar una foto de su hijo donde ocupó su lugar de trabajo durante más de dos años.
No es la primera oportunidad en que Haydeé quedó esperando en la puerta de FAPA; pasó lo mismo hace exactamente un mes atrás al cumplirse el primer mes de la muerte de su hijo cuando un grupo de amigos y familiares marchó hasta las mismas puertas para colocar una placa conmemorativa hecha por los obreros de la FaSinPat (Fábrica Sin Patrones, ex Zanon).
La presencia en el lugar de quien se identificó como “capitán de la comisaría primera de Monte Grande”, Sergio Gabriel Sudaires, tampoco fue una novedad. En la primera marcha también estuvo presente “para que no se produjeran desmanes”, según relató Haydeé. En esta última marcha, el hombre justificó su presencia argumentando que “llamaron algunos vecinos para ver qué estaba pasando”.
La madre de Alejandro aseguró que marchará “cada mes” para que una muerte como la de su hijo “no vuelva a pasar”. Además reconoció que tras lo ocurrido con Alejandro “ya no se pueda hacer demasiado”, pero advirtió que dentro de la fábrica hay “muchos chicos que están en peligro de morir en cualquier momento” porque “no tienen los elementos de seguridad mínimos”.
Según la pericia policial, Alejandro Torres Suárez murió electrocutado el 8 de agosto a las 15:30 en las instalaciones de la fabrica FAPA, una empresa especializada en la elaboración y comercialización de aisladores eléctricos. La ambulancia “llegó a la empresa a las 16”, relató Haydeé.
El muchacho de 25 años murió mientras trabajaba “sin su ropa de seguridad aclaró su madre, fue el 8 de agosto, pero los responsables de la empresa nos avisaron de la muerte el 9, un día después”. Alejandro falleció mientras operaba una máquina en un sector donde diariamente trabajan varias personas, según consta en la causa judicial.
En la causa, donde interviene la UFI 17 de Lomas de Zamora a cargo de Silvana Alustiza, los compañeros de trabajo del joven muerto no declararon como testigos. Haydeé supone que “fueron apretados” por la empresa. “No entiendo por qué nadie quiere salir de testigo”, lamentó.
El día después de la muerte de su hijo, Haydeé se dirigió a FAPA “para ver el lugar exacto” del deceso, se encontró con la máquina “sin acordonar con cintas de seguridad” y con un miembro del personal jerárquico de la empresa que le aseguró –según la mujer- que “en 48 horas la máquina tenía que estar funcionando”.
Luego de la marcha en la que se conmemoró el segundo mes desde la muerte, Haydeé volvió con el resto de los amigos y familiares de Alejandro sin haber conseguido que los dueños de la fábrica le abrieran la puerta para colocar una foto del joven en el último lugar donde lo vieron con vida.

JC-AFD

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