Mía Fedra: fue modelo, drag queen y hoy es la única tenista trans del mundo

Compite en el circuito senior femenino (+35) y está tercera en el ranking. En diálogo con AUNO, aseguró: «Mi sueño es ser la número uno».

Una vida de película. Mía Fedra comenzó jugando al tenis con una paleta de pintor contra varones de su edad, pasó por la noche porteña, las drogas y el modelaje, y hoy es la única tenista transexual en el mundo. Cuenta su historia para ver qué refleja en los demás. “En nuestra comunidad hay mucha marginalidad y el tenis puede alejarte de eso”, asegura.

Cuando dejó el tenis todavía competía dentro del circuito masculino. El tratamiento hormonal que había empezado le impedía jugar al mismo nivel, pero ya estaba segura de su decisión: ella quería ser Mía. Dejó la actividad durante diez años, se vinculó con los boliches, la marginalidad y la prostitución.

“No soy activista y me tildan de cagona por no ser así. La verdad es que a mí no me ayudó nadie”, cuenta Fedra, haciendo referencia al nulo apoyo estatal que recibió, y al poco interés que le dio la comunidad LGBTIQ+.

¿Quién es Mía Fedra?

Soy una piba de barrio que comenzó a jugar al tenis en Adrogué a los 8 o 9 años con una paleta de mi papá, que era artista plástico. Entrené con varones durante toda mi infancia en el Club Village de Adrogué, y a los 17 años decidí ser Mía Fedra. Toda mi vida fui de clase media, me banqué todo yo, y a los 18 años me fui de casa para estudiar. Durante 10 años dejé el tenis porque no podía imaginarme jugando contra mujeres. Me metí en la noche y estaba re diosa. En 2012 salió la Ley de Identidad de Género y ahí elevé el pedido a la Federación Argentina de Tenis, que me dejó jugar rápidamente.

¿Por qué dejaste el tenis?

Era algo lógico. No iba a poder jugar porque tenía documento de varón y no podía competir. Nunca me imaginé que iba a existir la ley de género, y me metí en el mundo de la noche que, si bien es muy complicado, genera distintas sensaciones, porque te sentís diosa y no querés parar.

¿Y qué te trajo otra vez al tenis?

Me estaba limando. Era demasiado descontrol. Iba a los after hour y todo eso. Entonces decidí hacer el profesorado de tenis con estética femenina y DNI masculino porque todavía no existía la Ley de Identidad de Género. El profesorado fue el escalón, si bien en ese lapso de mi vida no me libré totalmente de la noche. A la profesora le pedí que me llamara por el apellido y no por el nombre, porque te hacen pasar vergüenza si no tenés el DNI. Esos dos años de profesorado me fue re bien y me amigué con la raqueta. Ya hace dos años que me puse en pareja y eso me estabilizó bastante. Volví a zona sur, me alejé del ambiente ese y me favoreció.

¿Qué efecto generó en vos la Ley de Identidad de Género ?

La Ley de Identidad de Género fue todo para mí. Yo iba a jugar por hobby cuando me cansaba de la noche, y con esta ley me pude sacar las ganas de competir. Nunca me lo imaginé, porque tenía menos años, me veía divina y quería disfrutar de la noche, pero después eso termina siendo tan superficial que necesitas buscar algo que te llene. El tenis me llena y creo que puede ser una fuente de trabajo.

Fuente: Ambito – Crédito: Ignacio-Petunchi

¿Cómo fue la entrega del documento nuevo?

El momento de la entrega del DNI fue muy emotivo, me maquillé y quedé diosa, pero cuando me lo dieron me olvidé de todo. No me interesaba ser Mía Fedra, ni lo pensé por el lado del género. A mí me interesaba encontrar un torneo para jugar. En ese sentido, creo que los tenistas somos medio obtusos. No podía creer que volvía a tener la posibilidad de jugar nuevamente y ya estaba obsesionada con volver a las canchas.

¿Cómo es tu relación con las comunidades trans?

Recién ahora me estoy interesando en eso. Yo había despotricado contra el colectivo LGTB en mis redes sociales porque no me apoyaban. Me hicieron ir a una reunión y no me ayudaron. Ahora están viendo qué pueden hacer con casos como el mío, pero tuve que llamarles la atención para que me dieran bola.

Leer más: "La otra cara de Mía Fedra: una vida llena de lucha y superación"


Mía nunca militó en ningún espacio de la comunidad. Su sostén fue la familia, que costeó con esfuerzo su vida de tenista desde su infancia y la contuvo en cada decisión que fue tomando. Sin embargo, la invitan a distintas charlas en universidades y otros espacios para contar su experiencia.

¿Te sentís una referente?

No, ni ahí. Sólo cuento mi historia de vida y a veces me siento egoísta, pero tal vez sirve para visibilizar. Por eso se me ocurrió acercarme más a la comunidad para ayudar de alguna manera y ver qué refleja mi historia en los demás. No me siento una referente ni nada de eso, porque me sentiría agrandada. Sólo estoy para el que necesita una mano. Muchos se sorprenden de mi situación en el tenis porque estoy integrada en un ambiente que tildan de pacato. La sociedad ha ido cambiando en los últimos años, aunque le falta crecer y dar algunos pasos. No hay muchas chicas trans profesionales que hagan deportes. Deben ser tres o cuatro y recién ahora están apareciendo más. Tantos años de marginalidad hacen que la gente no se acerque al deporte.

¿Se te acercó alguna de esas chicas?

Se me acercó una chica que juega al hockey, pero que no tiene el apoyo de su federación, algo completamente distinto a lo que me pasó a mí, que yo directamente tuve la aprobación de la Asociación Argentina de Tenis. Lo mío fue porque me moví rápido, llevé todos los papeles e insistí para que me dejaran jugar. Ella se acercó porque la federación no la deja jugar y el colectivo LGBT la está ayudando e intercediendo para que la dejen. No conozco muchos casos más. Mi deporte es muy individual y yo voy de la cancha a mi casa.

Fuente: LA-NACION -Crédito: Ignacio-Sánchez

¿Hay prejuicio en el tenis? ¿Hay críticas?

A mí nadie del circuito femenino me prejuzgó o algo por el estilo. Es más, tengo la mejor onda con todas las chicas del circuito. Una sola vez me peleé por el tema y fue con el periodista Walter Queijeiro, que me increpó. Yo había ido a Telefé con mi médica, quien le explicó el tema de las hormonas y mi pérdida de masa muscular y se calmó. Siempre se agarran de ese lado, mis compañeras son las que pueden responder y ellas dicen que no sienten que están jugando contra un hombre, sienten que están jugando contra una jugadora porque no hay una diferencia en potencia.

¿Cómo se reacciona ante ese prejuicio?

No me enojó mucho porque podría pensar lo mismo si fuese al revés. No siento que tengo un misil en la mano y que saco a mil por hora. Meto doble faltas y tengo errores como cualquiera. Ninguna rival me dijo algo con la sexualidad. Es más, con muchas de las chicas tengo una amistad importante y nunca me han dicho algo en todos estos años de carrera.

¿Tuviste apoyo de sponsors o del Estado alguna vez?

Es difícil. No soy una joven tenista promesa del tenis, pero al ser un personaje atractivo para el circuito y jugar bien, atraigo a las marcas. Estoy en tratativas con una, pero no cerré nada. Del Estado no me dieron nada, me banco sola, todo mi equipamiento es por esfuerzo mío. Yo sigo siendo modelo y con eso banco todo lo que necesito para jugar al tenis. De la casa, se encarga mi marido. Obvio que todo me cuesta, pero sé que estoy cumpliendo mi sueño y no me puedo quejar de mi vida.

¿Te arrepentís de algo en tu vida?

No me arrepiento de nada. La edad me hizo madurar en todo sentido, creo que ese es mi mérito. Tengo 38 años, jugando lo que estoy jugando, contra pibas, contra gente de mi edad que no paró de jugar nunca, y yo vengo de la noche, de 10 años de no jugar al tenis. No me arrepiento de esos 10 años porque fueron años en los que no podía jugar al tenis, no había Ley de Identidad de Género, no había rumbo para mí. Iba a jugar partido tras partido, pero nunca pensé que iba a pasar. Ahora estoy retomando. Para haber dejado tanto y tener mi edad, estoy muy bien.

¿Cuál es tu sueño a futuro?

Mi sueño es ser la número uno. Me queda poco: le estoy pisando los talones a las primeras y me enfrento en todos los torneos contra ellas. El 2019 fue uno de los mejores años de mi carrera, ya estuve segunda en el ranking, jugando muy bien y muy conforme con mi entrenador. Otro objetivo es poder ser más disciplinada. Porque si mejora mi juego mejora mi vida y mi estado de ánimo. Una vez finalizada esa etapa, trataré de pensar en los demás, la vida del tenista es muy egoísta y es muy de pensar en sí mismo. Mi sueño es ser más constante y pensar más en el otro, es la clave del éxito en la sociedad, la educación también es clave. No pienso en tener familia ni en adoptar. Soy muy arraigada a mis afectos, a mis sobrinos, mi hermana, mi mamá y me hago espacios para ellos. De todas maneras, mi sueño máximo es mejorar el saque y el revés.

Definite en pocas palabras.

Soy una jugadora de tenis que, porque soy trans y pasó eso, a todos les causa curiosidad saber qué tengo en la cabeza. Cuento una historia medio speech, pero hay toda una lucha atrás con muchas cosas oscuras de la noche, las drogas, el alcohol y la prostitución que me las guardo para mí. Soy una persona positiva, me divierte todo y quizás para adentro soy más seria. No soy muy consciente de lo que logré. Toda mi vida fui una inconsciente y me lo dicen todo el tiempo. Si me lo pongo a pensar, me agrando y dejo de ser yo misma. Quizás me sirva para dejar de ser tan a la bartola.

AUNO-6-2-20
GM-SAM

Dejar una respuesta