(AUNO).- Cerca del 15 por ciento de la población es sensible a alguna variedad de polen, que suele provocar severos síntomas de rinoconjuntivitis, lagrimeo, estornudos y congestión nasal. Se trata de personas que tienen que medicarse diariamente, usar lentes de sol, y restringir sus actividades al aire libre. Desde junio, estas personas cuantan, en la ciudad de Buenos Aires, con un servicio semanal para conocer el nivel de polen que se halla en el aire y, de esa manera, adoptar las medidas de prevención.
A partir de esta medición, las personas que padecen alergias saben cuándo deben evitar la exposición al aire si el polen está en concentraciones elevadas, cuándo deben mantener las ventanas de sus casas cerradas, y cuándo no deberán secar la ropa en el exterior, ya que el polen puede quedar atrapado en la tela. También, pueden conocer el período en que comenzarán a manifestar algún síntoma y regular la medicación según la indicación de su médico.
El servicio de pronóstico polínico se ofrece gratuitamente en el sitio www.polenbuenosaires.com.ar. Desde allí, se informan los niveles de los agentes que flotan en el aire de la ciudad y que son capturados por la Estación Aerobiológica Buenos Aires. A cargo del proyecto están, entre otros, el jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Argerich, Samuel Azar, y la especialista en polen, Daniela Nitiu.
El pronóstico se hace a través de la estación captadora de polen Lanzoni VPPS 2000, que está ubicada en la terraza de un edificio ubicado en el barrio de Caballito.
“El medidor trabaja de manera continua. Tiene un sistema de motor que le permite aspirar aire y todo su contenido (granos de polen, esporas de hongos, smog, polvillo, entre otros). Cuenta con un sistema de relojería que determina el muestreo con precisión diaria, y una veleta que orienta al muestreador la dirección de viento predominante”, indicó Nitiu a la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión (AUNO).
De esta forma, la máquina capta todas las partículas que hay por metro cúbico de aire “#8221;hasta las del hollín”#8221; durante determinado período. Una a una, las partículas se van adhiriendo a una cinta de celuloide que está impregnada con una solución de siliconas. Después, se analizan sólo las partículas de origen biológico que se pegaron a la cinta, más específicamente las de polen y hongos. En el aire pueden encontrarse hongos como el cladosporium, que es un agente que provoca sinusitis e infecciones pulmonares.
La última etapa del trabajo es clasificar las variedades de granos que quedaron adheridas. “Se los analiza con un microscopio y se los va clasificando de acuerdo con la bibliografía”, explica Nitiu. La especialista es la dueña de la estación captadora de polen y la encargada de detectar los niveles de agentes que hay en el aire.
En la página web se informa sobre la concentración de polen de los árboles, las gramíneas, las hierbas y los hongos. En cada caso, se explica si los niveles son bajos, moderados, altos o muy altos. Por ahora, el servicio de pronóstico es semanal y se actualiza todos los miércoles. En dos meses, se estima, podría ofrecerse un servicio diario.
Hasta el momento, la Estación Aerobiológica Buenos Aires es el único medidor con finalidad clínica que existe en el país. Según Natiu, la idea de ubicar este aparato surgió “por una necesidad de información más detallada por parte de los médicos alergistas de ver realmente qué es lo que se encuentra en la atmósfera a lo largo del año en la ciudad para luego tratar a los pacientes y, por otro lado, debido a una necesidad del paciente de estar más informado respecto de su afección y cómo poder llegar a prevenirla además de consultar con su alergista”.
Este proyecto está solventado por las empresas que anuncian en la página. “Se espera el apoyo de instituciones para ubicar nuevos captadores en diferentes áreas del país”, informa Natiu. La idea de los realizadores del proyecto es ubicar en un par de años otros medidores de polen en gran parte de Buenos Aires.
AUNO 19-10-04