Lomas de Zamora, marzo 22 (AUNO).- El 12 de octubre de 2017 comenzó el juicio por los delitos de lesa humanidad cometidos en la Comisaría de Monte Grande y Cuatrerismo, en La Matanza. Desde ese día “voy tomando registro de los testimonios porque nuestra querella lo necesita para el alegato final”, cuenta Cristina Comandé(). Ella y los sobrevivientes y familiares de desaparecidos que integran la Comisión Vesubio y Puente 12, con cuaderno y lapicera en mano, transcriben cada una de las declaraciones de ese proceso. Se inspiraron en el Diario del Juicio, la publicación editada en 1985. Y quieren hacer uno igual.
Existen experiencias similares desde que se impulsaron los juicios por delitos de lesa humanidad. Fueron realizadas en diferentes causas y con diferentes fines. Las organizaciones de derechos humanos las iniciaron como publicaciones periodísticas de papel, y con el paso del tiempo se fueron convirtiendo en versiones digitales.
El más reconocido, el que inspiró a los demás, fue El Diario del Juicio hecho por editorial Perfil durante el Juicio a las Juntas militares. Este registro está desde 2015 disponible en versión digital en el portal de la editorial. También el Espacio Memoria, que funciona en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) tiene disponible en su web el día a día de la megacausa ESMA. HIJOS Córdoba tiene un símil portal con el diario del juicio de la megacausa La Perla.
Otro caso es el de la organización Memoria Abierta, que abrió a la consulta pública 530 horas del registro fílmico del juicio compendiado después en el documental “El Nuremberg Argentino”. El material fue digitalizado por la organización a partir de un convenio con la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal y la Universidad de Salamanca. El archivo puede ser consultado en la sede de Memoria Abierta y en esa universidad española.
Hasta el momento, la Comisión Vesubio y Puente 12 sólo tiene borradores, pero una vez que finalicen la tarea para el alegato final de su abogado, Pablo Llonto, van a revivir cada momento del proceso que llevó ante la Justicia a nueve represores, entre los que se encuentra Miguel Etchecolatz.
A Cristina Comandé se la puede ver todos los jueves en los tribunales federales de Comodoro Py, allí donde se desarrollan las audiencias del juicio. Ella fue una de las víctimas y desde hace 42 años está buscando justicia. “De alguna manera siento la responsabilidad del juicio en mi espalda —reflexionó ante AUNO—. No somos muchos los sobrevivientes y creo que si estoy viva es para dar testimonio.”
También están presentes sus compañeros que se encargan de recolectar los datos de las personas que pasaron por esos “chupaderos” para llevar a los responsables ante la Justicia.
Cristina forma parte de la Comisión Vesubio y Puente 12 desde 1996 porque tardó 20 años en abrir su historia. Después de haber sido secuestrada, torturada y liberada, ella comenzó su recorrido por los organismos para que la bajen de la listas de desaparecidos. “Cuando quedé en libertad di testimonio, pero se ve que se perdieron esos papeles”.
Desde ese entonces no se volvió a separar de la comisión y todos los jueves se presenta en los tribunales, junto a sus compañeros. Graban los juicios y hasta ahora solo fueron transcriptas las declaraciones anticipadas. Buscan justicia. En un futuro cercano estará todo plasmado en una computadora algunos de los siguientes fragmentos:
12 de octubre de 2017 – LOS CUERPOS RECLAMAN JUSTICIA
Comenzó el juicio. Fue cuando el genocida Etchecolatz dijo que estaba preso “por defender a la patria”. Desde la pecera donde está ubicado el público, Raquel Robles se quitó la remera y en su torso desnudo, debajo de sus pechos, se escribió “¿Dónde está mi mamá?” y “¿Dónde está mi papá?”. Y en su espalda, “¿Dónde está Julio López?”.
Etchecolatz sigue sin responder.
Robles forma parte de HIJOS. Sus padres son Gastón Robles y Flora Pasatic, ambos están desaparecidos desde 1976 y sus casos no forman parte de la causa sino de un expediente relativo a Campo de Mayo que ya fue elevado a juicio.
En los días que ella gritó con su cuerpo era lejana la posibilidad de que Etchecolatz fuera beneficiado con la prisión domiciliaria temporal.
8 de febrero de 2018 – NO A LAS DOMICILIARIAS
Se reanudan las audiencias luego de la feria judicial. El 27 de diciembre el Tribunal Oral Federal en lo Criminal (TOF) 6 le había otorgado la prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz y el público tenía un mensaje para los jueces. El vidrio que separa al público que se llenó de carteles con la inscripción “no a las domiciliarias”.
Ese día dio testimonio la periodista Marta Dillon, hija de Marta Taboada, cuyos restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 2010, cuando fueron hallados en una fosa común del cementerio de San Martín.
Dillon también les reclamó a los jueces por la domiciliaria de Etchecolatz: “No tenemos la culpa de que hayan pasado 30, 35, 40 años hasta que se empiece a condenar a estas personas. No somos responsables de que la Justicia haya llegado tan tarde ni creo que deba ser considerada diferente la responsabilidad del genocida que planificó el exterminio de miles de personas sólo porque es un anciano. Etchecolatz tiene que volver a la cárcel”.
14 de febrero de 2018: EL GREMIO QUERELLANTE
Entre los testigos de ese día está Teresa Mendoza, hermana de José Martín Mendoza, cuyos restos fueron identificados en julio de 2016 por el EAAF en el cementerio de Lomas del Mirador.
En el momento en que fue secuestrado, Mendoza era boletero en la estación Virreyes de la Línea E del subte. Por eso, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP) está entre los querellantes y su secretario de Derechos Humanos de los Metrodelegados, Miguel “Pipi” Gónzalez, da el presente asiduamente en las audiencias.
El sindicato se constituyó como tal el 17 de septiembre de 2015 y es el segundo gremio en ir a la justicia por sus desaparecidos. El pionero fue CTERA, que fue aceptado como querellante en la causa Arancibia (Tucumán) en 2012.
8 de marzo de 2018: MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA
La tercera en declarar es Silvia Meschman.
Silvia es la esposa del detenido- desaparecido Miguel Brzotowski.
Brzotowki era militante de la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO) y empleado gráfico. Fue secuestrado el 26 de octubre de 1976 en el barrio porteño de Villa Crespo y desde entonces no se conocen más datos que su paso por el CCD Puente 12.
Antes de finalizar su testimonio, Meschman les reclamó a los jueces por los genocidas beneficiados con domiciliarias y cerró con una frase que caló hondo en el público presente y dejó expuesto al tribunal. “Quiero resaltar la Memoria, Verdad y Justicia. La memoria la estamos ejerciendo, la verdad la seguimos buscando y la justicia… está en sus manos.” El público aplaudió de pie. El Tribunal llamó a un cuarto intermedio de 15 minutos.
GS-AFD
AUNO-23-03-18