El movimiento Unidxs por la cultura sigue la lucha por lograr que la Cámara de Senadores apruebe la prórroga de 50 años a los fondos específicos para el sector antes de su vencimiento el 31 de diciembre y poder evitar el “apagón cultural”. Este miércoles realizaron una marcha de carácter federal en la Plaza del Congreso, con delegaciones provenientes de provincias del norte del país y actividades de carrozas culturales, números musicales y artísticos, proyectorazo, volanteada y radio abierta. AUNO dialogó con referentes del colectivo y artistas de zona sur que expresaron la preocupación y el impacto de esta incertidumbre en sus diferentes disciplinas.
Lo que está en juego
El “apagón cultural” hace peligrar cientos de proyectos y miles de puestos de trabajo que necesitan del incentivo estatal para garantizar la libertad de expresión y el acceso a la diversidad cultural en todo el territorio: los fondos en riesgo financian directamente al Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (Incaa), Instituto Nacional de la Música (Inamu), Instituto Nacional del Teatro (INT), Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y medios comunitarios (Fomeca).
El frente multisectorial UxC se inició en 2019 como “Unidos por el cine”. Luego se fueron sumando colectivos de todas las disciplinas: música, teatro, danza, bibliotecas populares y medios comunitarios. Este año intensificaron las movilizaciones para visibilizar la problemática y la difusión en medios y redes sociales, de la que formaron parte reconocidas personalidades como Soledad Villamil, Ricardo Darín, Verónica Llinás y Mercedes Morán. Sus acciones de lucha se discuten en asambleas virtuales y presenciales que vienen realizando con mayor frecuencia ante una agenda cada vez más cercana a fin de año.
En junio obtuvieron la media sanción en Cámara Baja del proyecto de prórroga por 50 años, presentado por el diputado del Frente de Todos- Córdoba Pablo Carro, pero desde entonces el texto se encuentra paralizado en Senadores. A pesar de haber obtenido dictamen en comisiones su tratamiento en el recinto se ha postergado en varias ocasiones. En medio de la jornada de movilización de este miércoles surgió la versión de que Senadores trataría el proyecto en la sesión del jueves, ante la fuerte presión de los sectores culturales.
El sector más reacio a la designación de estos fondos es la oposición, que tuvo la iniciativa en 2017 de poner plazo de caducidad en diciembre de 2022 (Ley 27.432), por iniciativa del Gobierno en ese entonces y votación de ambas cámaras legislativas. En junio se abstuvieron la mayoría de los integrantes de Juntos por el Cambio para votar la prórroga.
Fernando Kirchmar, vocal y socio fundador de Documentalistas de Argentina (DOCA), expresó: “Por ahora nos vienen pedaleando, nos dicen que sí se va a tratar, pero lo postergan. En el medio asumió (Sergio) Massa, así que estamos preocupados”. Dejó en claro que todos los sectores de la cultura no ven con buenos ojos la designación del exintendente de Tigre al frente del Ministerio de Economía: “Que pongan como solución a un íntimo amigo de la embajada de Estados Unidos es preocupante, y justo fue en medio de que la prórroga la aprobó Diputados y Senadores en comisión, de ahí en más siguieron las dilaciones en el Senado”.
Además, dio detalles de la problemática económica en el rubro audiovisual: “Ya con las asignaciones vigentes la pandemia generó una baja tremenda en la recaudación del INCAA y su asignación que se compone de un 10 por ciento del costo de las entradas de cine y un porcentaje de la publicidad en las cableras comerciales. Esa diferencia antes se cubría con aportes del tesoro nacional. Hoy con Massa eso se ha cortado con lo que hay una situación crítica de muchas pelis y corre peligro el Festival de Mar del Plata entre otras actividades y festivales que financia el INCAA”.
Cine: otras realidades
El posible “apagón cultural” tiene un fuerte impacto negativo a la hora de proyectar futuros trabajos en el cine, según comentó en diálogo con AUNO la documentalista de Luis Guillón Marcia Paradiso, integrante de DOCA y realizadora de los documentales Lunas cautivas- historias de poetas presas y Aguas abiertas en un trabajo conjunto con el INCAA. “Ya pensar en un proyecto implica decidir si vamos a armar un equipo de trabajo con x cantidad de integrantes, con qué recursos podemos contar, un sinfín de materialidades que condicionan a un proyecto antes de estar siquiera escrito”, explicó.
Paradiso otorgó gran importancia al apoyo del Estado en los proyectos audiovisuales. Remarcó que “cada año desde 2008 se fueron produciendo más de 100 documentales de largometraje, que multiplicaron miradas, permitieron abrirse a un público que les dio una enorme receptividad”. Consideró que es una “labor artística y cultural que se pudo desarrollar fundamentalmente con esos recursos”. Y lo caracterizó como “un cine que refleja otras realidades, que piensa y mira hacia adentro de nuestras problemáticas, que no apuesta a facilismos y, sobre todo, nos pertenece a todas y todos”.
“Este año ya venimos de otros conflictos enormes con la gestión del INCAA”, recordó Paradiso, en alusión a la salida del expresidente del organismo Luis Puenzo luego de una cuestionable gestión, y concluyó que la caducidad de los fondos “implicaría un golpe tremendo al sector audiovisual en particular y a la Cultura en general”.
La artista de zona sur se encuentra trabajando en un documental sobre el artista plástico Rocambole. Es un proyecto que se propone “revalorizar toda una trayectoria de arte contrahegemónico”. “Rocambole es un artista que representa a su generación y a las posteriores, a un modo de vivir el lado sur, como nosotros, los conurba, como nos sentimos, con orgullo”, concluyó.
Bibliotecas populares: riesgos de cerrar
En lo referente a las bibliotecas populares, Manuel Cullen, delegado de ATE en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), comentó que la comunidad se encuentra “muy movilizada y preocupada”, aunque “con expectativa de que se vote” la prórroga.
“Las bibliotecas populares que son más de 1400 en todo el país funcionan principalmente con la ayuda de estos fondos, con los cuales pagan salarios de bibliotecarios, servicios, Internet, libros, hacen reformas en los edificios. Lo que significa que sin estos fondos muchas bibliotecas deberían cerrar”, vaticinó.
Teatro: el arrastre del desfinanciamiento
Nano Gandara es uno de los dueños del emblemático espacio cultural de Temperley Otro mundo, que ofrece espectáculos de miércoles a domingo. Anteriormente fue Teatro Diablomundo, durante 32 años, pero sufrió la desgracia de fundir durante la pandemia y debió reconvertirse para volver a abrir.
Gandara conoce los vaivenes del rubro y sabe que es difícil subsistir en la actividad teatral. “Formamos parte de lo que llamamos ‘teatro subterráneo’ que está por debajo del underground. Sabemos que ningún actor se va a llevar mucho dinero, ni quizás yo como dueño del espacio, pero sabemos que en las presentaciones el hecho teatral va a suceder. Entiendo que a muchos espacios esto les influencia muy negativamente, a nosotros no demasiado porque estamos acostumbrados a trabajar sin subsidios”.
Cuenta que uno de los métodos que los ayuda a sobrellevar el espacio es la oferta gastronómica que ofrecen, con comidas rápidas y minutas. Hacen un esfuerzo extra para ofrecer espectáculos todas las semanas. “Preferimos arriesgar, a veces ganamos, a veces perdemos y otras empatamos, pero la gente siempre sabe que en el espacio algo va a haber y están invitados a venir.”
Sobre las líneas de ayuda que provee el Estado, cree que están mal distribuidas porque “con los subsidios que te brindan hay cosas que no podés pagar, como los servicios”. “Necesitamos que nos subsidien los servicios, porque hoy gasto lo mismo de luz que de alquiler, es mucha presión. Que los espacios culturales no tengan una línea de subsidios para los servicios me parece vergonzoso”, cuestionó.
Sin embargo, Gandara quiso recalcar: “Diablomundo fundió no solo por la cuarentena, sino porque años previos el espacio había sido muy maltratado por las políticas del gobierno anterior. Si te fijas la mayoría de los espacios como el nuestro han cerrado durante el macrismo. Los centros culturales vienen siendo desfinanciados hace mucho tiempo y este apagón cultural sería una forma de formalizar esta cuestión”.
Música: desidia cultural
El músico independiente Tonga Galván, de Wilde, Avellaneda, opinó que se vive una “desidia cultural desde hace muchos años”, a pesar de haber existido “parches” por parte de algunos gobiernos, “pero eso no alcanza”. Y a su vez recalcó que “todo es muy difícil” para los músicos independientes, que en ocasiones tienen que pagar para tocar, cuando “en realidad” deberían “cobrar por hacerlo”.
“Toda la crisis socioeconómica cultural que estamos viviendo hace años incide en nuestros proyectos, como personas, como artistas. La realidad es que todas estas trabas hacen que no se pueda generar un espacio para transmitir un mensaje y que nos vayamos cerrando en burbujas en el ambiente artístico”, expresó como reflexión.
A pesar de no integrar ningún colectivo, apoya la causa de Unidxs por la cultura, en las marchas a las que asiste y llevando la consigna del proyecto como bandera en cada una de sus presentaciones. “Desde el under, desde el conurbano sur, necesitamos que se sigan propagando nuestras voces, porque vamos a terminar siendo un país más pobre todavía, no solo en lo económico, sino por la desidia cultural. Tenemos una cultura muy rica como para dejar de alimentar.”
Galván, de un amplio recorrido en la escena musical (más de 25 años), ha sido parte de varios proyectos. En 2013 junto a la banda Maturana obtuvieron el premio Gardel a “Mejor álbum nuevo-artista de rock”. Actualmente sigue su camino de manera solista. En 2021 lanzó su primer disco “Tocar Hondo” y acaba de lanzar su nuevo single “Supervivencia”, que se encuentra en plataformas digitales.
AUNO-26-10-2022
MO-MDY
