Lautaro Cárdenas, de 16 años, fue atacado a botellazos en la cabeza por seis delincuentes cuando regresaba el domingo a la madrugada de una fiesta en Villa Centenario, en el partido de Lomas de Zamora. Después de varios allanamientos en la zona, la Policía detuvo a cuatro jóvenes por el hecho, dos son menores, mientras un sexto se encuentra prófugo. El adolescente se encuentra internado en terapia intensiva.
En diálogo con AUNO el hermano mayor, Alan Cárdenas, contó que Lautaro «evoluciona rápido, ya no tiene el tubo de oxígeno, se encuentra consciente, preguntó por sus amigos, contó más detalles de lo que pasó el fin de semana pero después ya no recuerda más”.
Todo lo sucedido quedó registrado en las cámaras de vigilancia de la zona. Los testigos, que acompañaban a su hermano, son menores, «no quieren hablar, están en shock y uno de ellos está con ataques de pánico”, agregó.
Tras una serie de allanamientos se logró la detención de cuatro personas –de las cuales dos son menores de edad– que se encontraban demorados en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°7 de Banfield. El fiscal Marcelo Domínguez, de la UFI N°5, está cargo del caso.
El hermano de Lautaro había subido un pedido de ayuda en Instagram para dar a conocer el caso y que no quede impune. «Hago esta publicación para mostrar y pedir justicia por toda la tristeza que tenemos. Estamos cansados de tener que vivir cuidándonos de los lacras que salen a arruinar familias sin importarles nada», manifestó.
La golpiza
El ataque ocurrió el pasado fin de semana, a las 6:30 del domingo, cuando Lautaro junto a cinco amigos caminaba hacia la casa de un compañero. A pocas cuadras del domicilio fueron interceptados por dos autos, un Volkswagen Bora Gris y un New Beatle amarillo, cuyos ocupantes intentaron robarle sus pertenencias.
En ese sentido, el hermano de Lautaro precisó que cuatro de los chicos lograron escapar pero uno fue atacado por los agresores para robarle. Si bien su hermano logró huir, cuando vio que a uno de sus amigos le pegaban entre tres, regresó a ayudarlo y, en ese instante, recibió tres botellazos en la cabeza, especificó a este medio.
A pesar de los golpes, Lautaro logró huir del lugar, los delincuentes lo persiguieron con el auto, pero el adolescente se escondió debajo de un auto viejo y pudo perderlos. Después, llamó a su hermano mayor para que lo vaya a buscar, volvió a la casa de su amigo, hablaron de lo que pasó y se fueron a dormir. Pasadas cuatro horas, el joven de 16 años tuvo vómitos y dolores de cabeza, y no respondía las preguntas que le hacía su familia por lo que fue llevado a la Clínica Boedo, en el centro de Lomas.
El hermano de la víctima aseguró que la tomografía indicaba que Lautaro “tenía un hematoma epidural con el 99 por ciento de sangre en el cerebro y era urgente operarlo”. “En la intervención quirúrgica daban el 1 por ciento de vida, el 99 de que muera. Si no se operaba podía quedar en estado vegetativo. Luego lo trasladaron a la clínica Sagrada Familia de Belgrano, porque necesitábamos un neurocirujano de guardia. La operación salió bien”, aseguró.
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MC-SAM