Lanús, febrero 7 (AUNO).- Si hace falta pararse en una fecha y marcarla como punto de partida para proyectarse hacia el Lanús de hoy, el 28 de julio de 1990 parece ser el día indicado: final por el ascenso para el conjunto que dirigía Miguel Angel Russo frente a Quilmes y victoria por 4 a1 en los penales para devolver al club a la Primera División tras trece años de espera, con una caída a Primera C incluida.
Lanús, sin embargo, sufrió el descenso de categoría al año siguiente, pero este traspié no impidió que el DT siguiera en su cargo, en un voto de confianza de la dirigencia de aquel entonces para continuar con un proceso que luego daría frutos, ya que el ‘Granate’ volvió a la A en 1992 para no irse nunca más.
A partir de ese entonces, Lanús no paró de obtener logros que poco a poco lo colocaron en el lugar en el que está en la actualidad.
En 1996, en su segunda participación en una copa internacional, logró ganar la extinta Copa Conmebol tras vencer en la final a Independiente de Santa Fe de Colombia con un resultado de 2 a 1 en el global: fue nada menos que su primer título oficial de la mano de un talentoso grupo de jugadores entre los que se encontraban el “Caño” Ibagaza y Hugo Morales, conducidos por Héctor Cúper.
Al año siguiente, Lanús volvió a jugar la final del torneo, pero no pudo defender el título, ya que cayó con Atlético Mineiro de Brasil en una final plagada de polémicas, con batalla campal incluida.
El primer campeonato local del ‘Granate’ llegó una década más tarde, en el Apertura 2007, de la mano de Ramón Cabrero y con un plantel compuesto en su mayor parte por futbolistas provenientes de las divisiones inferiores como “Laucha” Acosta, Diego Váleri y Sebastián Blanco, entre otros, más la participación de experimentados como “Pepe” Sand y “Chiquito” Bossio.
Este equipo fue producto de una apuesta dirigencial en promover jugadores de la cantera del club con un director técnico que pasó por las divisiones formativas del club y conocía sus cualidades.
Se trató de un proceso que creció poco a poco y que, antes de lograr el título, ya había conseguido en 2006 un subcampeonato que lo depositó por primera vez en Copa Libertadores.
Ya en 2013, Lanús se consagró campeón de la Copa Sudamericana en ‘La Fortaleza’ tras vencer en la final a Ponte Preta de Brasil, con los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto en el banco y con un equipo de un ADN completamente ofensivo que atacaba con mucha gente, tanto de local como de visitante.
Tras la partida de los ‘Mellizos’ de la institución, la dirigencia apostó por Jorge Almirón, un joven entrenador que venía de un paso irregular por Independiente, pero con una propuesta de juego ofensiva que permitía pensar en una continuidad del proceso de los actuales conductores de Boca.
Con un plantel que mantuvo la base del anterior ciclo técnico, la habilidad del “Laucha” Acosta, más las buenas incorporaciones de futbolistas como Román Martínez y el regreso de “Pepe” Sand, Lanús aplastó en la final a San Lorenzo y se quedó con el Torneo de Transición 2016 para conquistar su segunda liga local.
Más adelante llegó la obtención de la Copa Bicentenario frente a Racing Club en el Cilindro de Avellaneda y la consagración en la Supercopa Argentina ante River, para conseguir de esta manera su tercera vuelta olímpica en nueve meses.
El objetivo próximo es la Copa Libertadores y, visto que Lanús en los últimos tiempos no parece tener un techo, no suena descabellado que el club sea uno de los grandes protagonistas del máximo torneo continental. La historia de los últimos 25 lo avala: consiguió todo lo que se propuso desde su última vuelta a Primera.
AUNO 07-02-17
MDC-MFV