Lanús, noviembre 23 (AUNo).- Lanús cayó en la primera de las dos finales por definir al campeón de la Copa Libertadores de América: fue triunfo de Gremio por 1 a 0 en el Arena do Gremio, un resultado que obliga a los dirigidos por Jorge Almirón a dar vuelta la página rápido para dar vuelta la serie el próximo miércoles en La Fortaleza.
El único gol del encuentro lo marcó el mediocampista Cícero Santos, luego de que el delantero Jael Ferreira le bajara de cabeza una pelota dividida que no pudo ser interceptada por la defensa del ‘Granate’.
Sobre el final del partido, el árbitro chileno Julio Bascuñan no sancionó una falta del ‘Bicho’ Aguirre sobre Jael Ferreira y acto seguido, concluyó el encuentro sin apoyarse en el VAR pese al reclamo generalizado del elenco brasileño.
La imagen de Lanús a lo largo del desarrollo del juego lo mostró algo mejor que su rival en la primera etapa, con una buena organización defensiva que limitó el ataque del equipo ‘Gaucho’ y un manejo criterioso de la pelota.
Pero en el complemento, el ‘Grana’ comenzó a defender muy cerca de su propia área y perdió por completo el manejo del balón, algo que fue perjudicial para las características de juego del equipo de Almirón.
Sin embargo, el conjunto brasileño careció de profundidad en los metros finales y tuvo poca creatividad para romper la sobria línea defensiva que plantó su rival, de manera que hasta llegada la jugada del gol el empate no era un resultado injusto.
Durante el primer tiempo Lanús contó con dos situaciones de gol: la primera a los 32 minutos con un derechazo cruzado desde afuera del área de Román Martínez que despejó el arquero Marcelo Grohe.
Y a los 39 minutos llegó su oportunidad más clara a partir de un cabezazo potente del defensor Diego Braghieri que despejó el propio Grohe sobre la línea con una enorme estirada abajo.
El trabajo táctico del equipo de Almirón en esa primera mitad funcionó a la perfección en defensa, con una línea de mediocampistas que presionaba desde la mitad del campo a los dirigidos por Renato Gaucho y lo mantenía lejos de su propio arco.
A los tres mediocampistas que utiliza Lanús usualmente, a la hora de retroceder se sumaban los extremos Alejandro Silva y Lautaro Acosta, de forma que se generaba un cerrojo muy difícil de vulnerar.
Lo que fue una dificultad para Lanús fue lograr un constante manejo del balón, la marca registrada de este equipo, una problemática que se vio profundizada en la segunda parte cuando comenzó a defender muy cerca de su propia área y no encontró solución a la presión que imponía Gremio sobre su salida desde el fondo.
El conjunto brasileño tuvo mayor decisión para buscar la victoria en el complemento, puso mucha gente en ataque y asfixió por momentos a su rival, algo que de cualquier manera no supo traducir en oportunidades de gol por falta de creatividad pero también por mérito de la defensa contraria.
Tanto Rolando García Guerreño como Braghieri (que se perderá la vuelta por acumulación de tarjetas amarillas) fueron garantía de confianza en el fondo y no le permitieron entrar nunca con comodidad al área al equipo brasileño.
El gol llegó de una forma inesperada, a menos de diez minutos de que terminara el partido, cuando Gremio mostraba más signos de impotencia.
Por esta razón se podría decir que hasta ahí el empate no estaba mal, aunque también quedó en evidencia que Lanús pagó el hecho de ceder por completo el protagonismo de las acciones.
Y si a eso se le suma que, sobre la última jugada del partido, Bascuñan omitió un penal a favor de los de Porto Alegre, el resultado pudo haber terminado con dos goles de diferencia, algo que hubiera perjudicado mucho las aspiraciones del equipo del Sur del Gran Buenos Aires en este certamen.
Para el encuentro en La Fortaleza, Lanús deberá principalmente lograr imponer su forma de jugar, que es ni más ni menos que con constante manejo de la pelota sobre el campo contrario y no en una situación de dependencia a lo que haga su rival.
Las estadísticas en este sentido juegan a su favor, ya que las dos veces que perdió el partido de ida de una serie en esta copa, frente a San Lorenzo y contra River, fue con una muy baja producción futbolística, que en ambas ocasiones supo resolver con un cambio radical en su rendimiento individual y colectivo en los duelos de vuelta.
El miércoles que viene será la hora de la verdad, en la que los dirigidos por Almirón tendrán la oportunidad de frente a su gente revertir la serie y gritar campeón de América por primera vez. Depende de Lanús.
AUNO 23-11-17
MDC-MFV