Lomas de Zamora, noviembre 21 (AUNO).-El ‘Grana’ vive momentos históricos, de esos que serán recordados por siempre por sus hinchas, que esperaron un centenar de años para ver a su equipo jugar una final de la Copa Libertadores. Ni hablar de las 4 mil personas que juntaron dinero para viajar a Brasil y estar en el Beira Río este miércoles cuando Lanús esté ante una chance histórica.
Esta será la primera vez que la institución de la zona Sur del Gran Buenos Aires juegue la final del máximo certamen continental, el mismo que supo coronar a ocho equipos argentinos hasta el momento, entre los cuales se encuentran los denominados cinco grandes, Estudiantes, Vélez y Argentinos Juniors.
Si bien no existen antecedentes para Lanús en esta instancia de la Libertadores, eso no quiere decir que “el club de barrio más grande del mundo” sea inexperto en estas definiciones, ya que será la quinta vez que dispute una final a nivel internacional.
El primer campeonato obtenido por el ‘Grana’ fue la Copa Conmebol de 1996, título que alcanzó tras superar en la fase definitoria a Independiente Santa Fe de Colombia de la mano de Héctor Cúper como DT, tras ganar la ida por 2 a 0 y perder por 1 a 0 en ‘El Campín’ de Bogotá.
Al año siguiente, Lanús volvería a jugar una final de Conmebol pero en esa ocasión no con la misma suerte: perdió por 4 a 1 en La Fortaleza contra Atlético Mineiro de Brasil en un encuentro que terminó con una batalla campal entre los jugadores de ambos equipos. El partido de vuelta terminó con un resultado de 1 a 1 y la consagración para el club de Belo Horizonte.
Tuvieron que pasar 16 años de esa serie fatídica para que Lanús tenga frente a otro conjunto brasileño la posibilidad de gritar campeón de una competencia internacional.
Los partidos previos
El ‘Grana’ dirigido por Guillermo Barros Schelotto se consagró campeón de la Copa Sudamericana 2013 luego de superar a Ponte Preta, con empate 1 a 1 en Brasil y victoria 2 a 0 en La Fortaleza.
La obtención de este certamen le permitió a Lanús disputar en 2014 dos competencias que en caso de ganarlas le hubieran permitido a la institución agrandar más sus vitrinas, pero en ninguna de las dos pudo gritar campeón.
Primero le tocó jugar en Japón la Copa Suruga, que perdió por 2 a 1 frente al Kashiwa Reysol, equipo nipón que había ganado el derecho de disputar a partido único la competencia por ser el campeón de la liga local.
A Lanús le tocó jugar ese mismo año la Recopa Sudamericana frente a Atlético Mineiro, un viejo conocido del ‘Grana’ que volvió a ser una piedra en el zapato.
El equipo, que seguía teniendo como DT a Guillermo Barros Schelotto, perdió por 1 a 0 la ida en La Fortaleza y ganó por 3 a 2 en los 90 minutos reglamentarios en Brasil con una actuación memorable del equipo.
En el tiempo suplementario se le escapó a Lanús la posibilidad de alzarse con la Copa: dos goles en contra (del defensor Gustavo Gómez y del mediocampista Víctor Ayala) condenaron las aspiraciones del equipo argentino.
Esta final llega en el mejor momento para Lanús, con dos años con Jorge Almirón en frente de la dirección técnica, que supo reponerse algunas bajas en el medio y recuperó la confianza en su fútbol para alcanzar lugares impensados.
El camino hacia la gloria llegó a su capítulo final y solo quedan dos instancias a superar para que el club de barrio del sur del Gran Buenos Aires pueda alcanzar el título de campeón.
AUNO-21-11-17
MC-SAM