(AUNO).- Datos preliminares del Estudio Latinoamericano de Osteoporosis Vertebral (Lavos), que evaluó 400 casos asintomáticos en la ciudad de Buenos Aires, demuestran que el 17
por ciento de las mujeres de más de 50 años presenta una o más fracturas
vertebrales, y que estas cifras aumentan hasta el 29 por ciento en
las mayores de 80 años.
La particularidad de esta patología, que afecta el esqueleto humano, disminuye la resistencia de los huesos e implica un mayor riesgo de fractura, es que no presenta
síntomas evidentes y que por lo general no es debidamente prevista ni tratada.
“La osteoporosis está directamente relacionada con la expectativa de vida que ha aumentado ostensiblemente en el último siglo” explicó el fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Osteoporosis, José Zanchetta.
El médico destacó que en la Argentina “la tasa de natalidad se ha mantenido constante
pero la de mortalidad ha disminuido notablemente”, lo que aumenta los casos de osteoporosis, “ya que la enfermedad, ligada con la merma de hormonas, entre otras causas, se manifiesta entre los 45 y 50 años en las mujeres y más tarde en los hombres”.
Las estadísticas indican que la osteoporosis afecta a 75 millones de personas en Europa,
Estados Unidos y Japón y que 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres de más de 50 años sufrirán una fractura por esta dolencia.
Una de las consecuencias más comunes de esta enfermedad es “la perdida de talla causada por una disminución del espesor de las vértebras” explicó Zanchetta. El riesgo de fracturas que le siguen “involucran las muñecas, cadera, pelvis y parte superior de los brazos”.
El especialista destacó que “desde hace 20 años existen drogas y tratamientos que reducen entre un 30 y un 70 por ciento la posibilidad deque pacientes que sufren osteoporosis y han sufrido una fractura, se vuelvan a fracturar”.
La desintometría, el estudio que determina la existencia de osteoporosis y se realiza entre los 45 y 50 años de edad, ayuda a prevenir y tratar esta patología que “requiere de la presencia de vitamina D para facilitar la absorción del calcio que contienen los alimentos, fundamentalmente lácteos”, recomendó Zanchetta.
El especialista precisó que “la actividad física y el ejercicio ayudan a desarrollar y fortalecer los huesos, prevenir las caídas y fracturas, y agilizar la rehabilitación”.
Por su parte, la directora del Programa de la Unidad de Medicina Familiar del Hospital Italiano, Vilda Discacciati, destacó el “importante rol” de quienes trabajan en el tema de salud con relación a la “prevención desde la edad temprana” de este tipo de patologías “poniendo énfasis en la alimentación, los hábitos y el estilo de vida de la población menuda”.
En el otro extremo, señaló Discacciati, “están las personas añosas que representan un grupo olvidado por el Estado y la sociedad”. “Nuestros viejos, en la mayoría de los casos, están desprotegidos y son los que tienen mayor riesgo de fracturas”, dijo, aludiendo a sus alteraciones cognitivas, la excesiva medicación y la mala nutrición.
Desde el punto de vista social, Discacciati comentó que la osteoporosis “se puede rastrear mediante maniobras clínicas sin necesidad del estudio de densidad mineral ósea, cuando por su costo no es accesible y como prevención, no sólo cuando llega la menopausia o la vejez”.
En cuanto a la regeneración de los huesos, los profesionales comentaron que los pacientes
que efectivamente vieron disminuida su masa ósea por los efectos de la osteoporosis
“pueden recuperar una buena parte de ella mediante el consumo de calcio y la actividad física”.
AUNO 28-10-05