Julio Cortázar en Banfield: cómo era su casa, qué hay ahora en ese lugar, y cómo recorrer el circuito del autor de Rayuela en las calles donde pasó su infancia

El gran escritor vivió y fue a la escuela en Banfield durante 10 años, entre 1918 y 1928. Qué hay para ver sobre el autor de Rayuela en una de las “patrias” que más evocó durante su vida.

Julio Cortázar nació en la embajada argentina en Bruselas (Bélgica), donde sus padres vivían por su trabajo. Pero pasó 10 años de su infancia y adolescencia en Banfield, en el sur del conurbano bonaerense, antes de mudarse Buenos Aires. En la actualidad, banfileños y banfileñas se esfuerzan por señalizar los lugares que el artista habitó y de cuidar los homenajes que realizaron para transmitir sus historias a las futuras generaciones.

¿Dónde encontrar a Julio Cortázar en Banfield, una de sus “patrias más amadas”?

La casa de Rodríguez Peña 585

Quienes pasan por la vereda de Rodríguez Peña al 500, casi llegando a San Martín, pueden ver detrás de unas rejas negras la placa que recuerda que en ese lugar creció el gran escritor.

“En el fondo había un jardín lleno de gatos, perros, tortugas y papagayos: un paraíso (…). Lo he evocado en algunos cuentos”, escribió en una carta que está fechada en 1963 sobre su casa de Banfield, donde el pequeño Julio pasaba sus tardes leyendo y luego eligió como el escenario donde transcurrió Casa tomada quizá su cuento más famoso. La placa es un consuelo porque esa casa ya no existe. Fue demolida hace años y en su lugar hay chalet.

La casa original de Rodríguez Peña 585
El lugar donde estaba la casa, hoy

La escultura en la esquina

“La pluma que apuñala” se llama  la obra que crearon Fernando Izaguirre y Jorge Gionco en 2005 y está a pocos metros de la casa del escritor. En diálogo con AUNO, Gionco contó que el dueño del chalet donde antes estuvo la casa de Cortázar “no nos dejó poner la escultura en la puerta, por eso la pusimos en la esquina”.

En la esquina de enfrente, cruzando la calle San Martín, está el cartel municipal que que explica sin demasiada precisión que en las proximidades vivía el vecino célebre.

La escuela N°10 Julio Cortázar, Pueyrredón 1840

La escuela primaria a la que asistió Cortázar en su infancia es la misma pero es otra. Ya no está en la esquina de Maipú y Belgrano, como cuando él estudiaba, sino a cuatro cuadras. Cortázar la conoció con el nombre de Julio Argentino Roca. Hoy lleva el nombre del autor de Rayuela.

La escuela 10 fue el destino de lo único que sobrevivió a la demolición de la casona de Rodríguez Peñas 585: la puerta metálica del jardín de la entrada.

La puerta de la casa orginal de Cortázar en la escuela 10 (foto de 2014)

Los murales

Escuela N°31 Carlos Guido y Spano, avenida Hipólito Yrigoyen 7672

Dos murales con referencias a  Rayuela reciben a los alumnos y alumnas de esta institución. En el que se retrata a Cortázar se lee la firma de Edgardo García Nieto y el que muestra a un chico y una chica con un mate y una rayuela de fondo forma parte del Proyecto Cortázar 2005, encabezado por Fernando Izaguirre y Jorge Gionco. Ellos mismos lo restauraron en 2021.

Country Club de Banfield, Belgrano 1780

Un mural y una escultura sobre el cuento Casa Tomada están en la entrada del gimnasio del club. Sus autores también son Fernando Izaguirre y Jorge Gionco.

 Levalle al 1500

En esa cuadra se pueden ver dos murales sobre las obras Historias de Cronopios y de Famas y Continuidad de los parques. Decoran la entrada de un estacionamiento hace 17 años. Los autores son artistas del Centro Cultural El Galpón, del que Jorge Gionco es director. También fueron restaurados en 2021.

Maipú al 800

El cuento Axolotl y una escena de Rayuela fueron las elegidas para estas paredes como parte del Proyecto Cortázar de 2005. Como los otros murales en la zona, ambos fueron restaurados este año.

Jorge Gionco explicó a AUNO que los artistas eligieron los textos “más prácticos de imaginar y de ver” para colorear las paredes banfileñas. En la actualidad trabajan en la Secretaría de Cultura de Lomas de Zamora, pero en 2005 fueron ellos quienes presentaron el Proyecto Cortázar a la municipalidad y quienes gestionaron los permisos para realizar estos homenajes.. 

Busto en la Plaza El Campeón, estación de Banfield

Fue realizado por el escultor Juan Carlos Mercurio, en 2014, e instalado en diciembre de 2015. Este homenaje fue una iniciativa del diario cultural El Banfileño, que gestionaba un colectivo literario con el mismo nombre. En la actualidad publican en su blog y cambiaron su nombre por El Clandestino.

El Camino Cortázar

Todos estos homenajes al escritor banfileño se pueden recorrer con la compañía de guías de la agrupación Saltó la ficha, que forma parte del proyecto Camino Cortázar. Se trata de dos recorridos –Rayuela y Hormiga– que se hacen a la gorra los viernes y sábados a las 12 y a las 15 con inscripción previa

Fue una idea del colectivo literario El Clandestino, dirigido por Silvia Bonfiglio, materializado en agosto de 2021 por los gestores culturales Ezequiel Morante y Julián Riveros junto a Ailén Torres, una estudiante de Turismo de  la Universidad Nacional de Lanús. Ella realizó su tesis sobre el recorrido, entre los tres presentaron el proyecto ante el Fondo Nacional de las Artes, y obtuvieron una Beca Creación 2021, que destinaron a la restauración de los murales. Una labor que llevaron a cabo los autores de las obras..

En diálogo con AUNO, Ezequiel Morante puntualizó que vecinas y vecinos de la zona ya se acercan a realizar el recorrido y señaló que están “desarrollando muchos detalles dentro de la propuesta para que al momento de que se haga masivo tenga una estructura de guía y una estructura material e inmaterial muy fuertes”.

“Una meta es trabajar con maestras, maestros, docentes, profesores para que estudiantes que hagan el recorrido después trabajen en el aula, lo lean a Julio; para que no quede solo en la experiencia de conocerlo, sino también de leerlo”, reflexionó Morante. Y añadió: “Ya muchos colegios nos están diciendo que quieren realizar el recorrido con estudiantes, la idea es elaborar una propuesta particular para ellos”.

En este aspecto coincide Agustina Pan, secretaria de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, que acompaña estos proyecto: “Estos grupos de militantes de la cultura lo hacen desde distintas aristas y no solamente haciéndolo eterno en los monumentos y en las obras de arte, sino también trayendo su memoria a través de obras de teatro y de encuentros literarios. La idea es que las escuelas puedan seguir tomando su obra, seguir poniéndola en valor y que a través de estas nuevas propuestas que nacen de la comunidad se pueda seguir poniendo a Cortázar en la agenda y en las currículas de los pibes y pibas de nuestras escuelas”. 

AUNO-26-10-21
MH-LT

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