Lomas de Zamora, noviembre 5 (AUNO).- El director técnico Gustavo Álvarez decidió dar un paso al costado y renunció de su cargo en Temperley luego de la dura derrota por 4-1 sufrida por su equipo ante Defensa y Justicia en el estadio Alfredo Beranger.
De esta forma se profundizó aún más la dura situación deportiva que le toca vivir al ‘Gasolero’ en este inicio de la Superliga, en donde apenas apenas sumó cuatro unidades sobre 24 posibles —está a 20 del líder, Boca Juniors— y se hunde en la zona de descenso.
Álvarez, que trabajaba en las divisiones inferiores del club, tuvo su primera experiencia ante un plantel profesional después de reemplazar al destituido Carlos Mayor en noviembre de 2016.
Le tocó asumir en una pésima situación y con el peor promedio de gol del torneo, pero logró enderezar el barco a base de una filosofía de juego ofensiva, con mucho manejo de la pelota respaldada en el orden defensivo.
El primer semestre de 2017 fue espectacular desde los números, con un total de siete triunfos sobre 16 partidos jugados (cinco de ellos en el Beranger) y 24 puntos en total, lo que le permitió lograr la permanencia en Primera División.
Pero en este comienzo de campeonato la mano cambió como consecuencia de dos factores cruciales que fueron un contraste con lo había hecho el equipo en la primera mitad del año.
Por un lado, las graves falencias en la última línea llevaron al ‘Celeste’ a perder varios partidos y no solo por las virtudes de los rivales de turno sino, en especial, por errores propios que pagó carísimo: es el equipo más goleado del torneo (17).
Por otra parte, la falta de contundencia a la hora de resolver las jugadas en ataque atentaron contra la confianza del plantel, que por el momento es con apenas cuatro goles a favor uno de los cuatro conjuntos con peor eficacia frente al arco rival (junto con Tigre, Olimpo y Belgrano).
Este combo, sumado a que perdió los últimos cuatro partidos que disputó, llevaron a Álvarez a dejar su cargo de entrenador de la Primera del club, algo que parecía impensado cuando comenzó este campeonato.
Para explicar cómo se produjo este cambio tan drástico entre el equipo del primer semestre y el del segundo hay que basarse en las individualidades que ya no son las mismas que antes.
La falta de contundencia en el área rival se explica en primer lugar por la partida del delantero Mauro Guevgeozian, quien fue goleador del equipo en la primera mitad del año y por momentos también un gran asistidor.
Si a eso se le suma los problemas de lesiones que tuvo Emiliano Ozuna, la notoria baja de nivel de Marcos Figueroa y la partida de Ariel Cólzera, el entrenador no contó prácticamente con ninguno de los delanteros que formaron parte de su proceso más exitoso en el club.
Por otra parte, la defensa también se vio disminuida respecto al campeonato anterior por las idas de los jugadores Cristian Chimino y Gastón Bojanich, a lo que se sumó la separación del plantel de Alexis Zarate, condenado por la Justicia por abuso sexual.
La dirigencia se intentó traer jugadores en cantidad para poder suplir las ausencias de los jugadores que emigraron, pero la mayoría de estos futbolistas hasta el momento no se adaptó bien al equipo.
Para completar el panorama que explica la crisis del ‘Gasolero’ hay que tener en cuenta además que el fixture que le tocó en estas primeras cuatro fechas fue sumamente exigente: entre otros tuvo que enfrentar a River, Racing y San Lorenzo, clubes con mucho más presupuesto que la institución de Turdera.
El desafío pasará ahora por ver cómo el nuevo entrenador logra recuperar a un plantel que llega completamente golpeado, pero que tiene la necesidad de comenzar a sumar si la idea es mantener a Temperley una nueva temporada en Primera División.
AUNO 05-11-17
MDC-MFV