De paso por Burzaco, su barrio natal, tras disputar el Mundial de Japón 2006, el pivote de la Selección, Gabriel Fernández, aseguró que el equipo nacional “no defraudó” tras haber quedado en el cuarto lugar y consideró que “el básquetbol argentino se mantendrá en la elite porque tendrá un buen recambio generacional”.
Fernández, que también fue finalista en la Copa del Mundo de Indianápolis 2002 y ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, visitó unos días a su familia del Sur del Gran Buenos Aires antes de subirse al avión que lo depositó en Varese, Italia, en donde juega para Pallacanestro, el equipo que dirige el argentino Rubén Magnano.
‘Gaby’, formado en la generosa cantera del Burzaco Fútbol Club, es uno de los integrantes de la generación dorada del básquet argentino que encabeza Emanuel Ginóbili y que, entre sus enormes logros, venció en dos oportunidades al ‘Dream Team’ de los Estados Unidos, formado por jugadores de la poderosa NBA.
En diálogo con la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión, destacó que “Argentina tuvo un gran Mundial” y sostuvo que “sólo se falló en el tiro del final contra España”, por la semifinales de la cita ecuménica en el Lejano Oriente. El equipo europeo, verdugo de la albiceleste en la antesala de la final, se consagró campeón en Japón 2006 tras vencer a Grecia en la definición.
En su breve estadía en el país, el gigante de Burzaco, de 30 años, se mostró “contento” por el reconocimiento de la gente y reconoció, además, que atraviesa “el mejor momento” de su carrera deportiva. A continuación, se detallan los momentos más importantes de la charla.
—¿Qué balance hace del papel de la Argentina en el Mundial?
—Fue un gran Mundial a pesar de que no pudimos cumplir con el objetivo de llegar a la final. El equipo jugo muy bien. Estuvimos a un acierto de ganar en la semifinal contra España. Ese último tiro quedó muy marcado en nosotros. Creo que estuvimos muy bien el los primeros partidos, cuando jugamos contra Francia y Serbia y Montenegro. Contra España, el equipo decayó bastante. Sobre todo en el final del tercer cuarto, cuando muchos jugadores quedaron cargados de faltas.
—¿Qué faltó para vencer a España?
—Nos faltó mantener la intensidad que tuvimos en el arranque del Mundial. Para mí se jugo bien. Insisto, sólo fallamos en ese último tiro que no quiso entrar.
—Ustedes iban con la premisa de jugar la final, ¿cómo fue enfrentar a Estados Unidos en el duelo por el tercer puesto?
—Fue difícil. Estábamos muy mal moralmente, porque era el día después de la derrota contra España. Además, algunos estábamos muy cansados. Los estadounidenses son unos competidores muy duros y cometimos el error de dejarlos jugar. Cuando sacan una diferencia no es fácil alcanzarlos.
—¿Crees que defraudaron a la gente al no alcanzar la final?
—Depende del pensamiento de cada persona. Creo que dejamos en claro que Argentina, en este momento, es una de las mejores selecciones del planeta. Un partido se puede perder. El básquet no tiene mucha ciencia.
—¿Qué pasará con esta generación dorada? ¿Está llegando el final de una era?
—Tal vez esta camada se pierda, pero creo que va a ver un buen recambio y se van a mantener estos buenos tiempos. Años atrás, la Argentina peleaba, como mucho, por el quinto o sexto puesto. Ahora, con los jugadores que tenemos, cambió la mentalidad.
El básquet argentino esta en su mejor momento. Somos candidatos en todos los torneos que disputamos. Y creo que vamos a seguir así.
—¿Qué chances tienen en el Preolímpico del año próximo?
—Será muy difícil porque sólo entrega dos pasajes para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Hay que ver quiénes van a jugarlo. En este momento, la Argentina cuenta con cinco o seis muchachos que juegan en Europa que están en un buen nivel. Espero que vayan. Si no, será complicado.
—¿Cómo se siente en Italia?
—Muy bien. Este último año jugué mi mejor temporada desde que soy profesional. Siento que estoy bárbaro, en el mejor momento de mi carrera. Además me llevo muy bien con Rubén (Magnano) nos conocemos desde hace rato.
—¿Qué se siente al volver al barrio? ¿Qué extrañaba?
—Se extraña mucho la familia, las reuniones, los amigos. Estoy muy contento por estar aquí otra vez. Pero ya regreso a Italia. Así que hay que aprovechar este tiempo para visitar a toda la gente querida.
—¿La gente de Burzaco te reconoce?
—Me reconoce bastante. Sobre todo por la Selección. Por mi altura saben que juego al básquet. No soy tan conocido como (Emanuel) Ginóbili pero bueno… Tenemos esta ventaja de ser altos, no como los jugadores de fútbol que pueden pasar desapercibidos.
—¿Qué recuerdos tiene de su época en el ‘Fóbal’?
—Muchos recuerdos, muchos amigos, muchos conocidos… Siempre que puedo me doy una vuelta. Fue una etapa muy linda en mi vida.
—¿Se le cumplieron los sueños?
—Por suerte, cada uno de los sueños que tuve se me cumplieron… La NBA siempre fue algo inalcanzable para mí, nunca lo soñé… Pero, por ejemplo, dejé el colegio cuando era chico para dedicarme a esto y, afortunadamente, la jugada me salio bien.
—¿Pensaba este presente cuando jugaba para el ‘Fobal’?
—No lo pensé nunca. La vida te va llevando y se abren posibilidades que no hay que dejar pasar. La suerte esta del lado de esta camada de jugadores. Por eso, conseguimos tantas cosas.
AUNO 07-09-06 SM-MFV
