(AUNO/Ciencia) El médico especialista en Hemodinamia y Cardiología Intervencionista, José Álvarez, explicó que la experiencia surgió a partir del saber que “un stent es necesario sólo durante los primeros meses de colocado, que es el tiempo que la arteria tratada tarda en cicatrizar”.
De esta manera el profesional fundamentó la experiencia con stents reabsorbibles o biodegradables que “se colocan sujetando las paredes de la arteria en posición abierta, mientras esta cicatriza adecuadamente, y luego desaparecen por reabsorción”.
El stent es una protesis que se coloca en una arteria que ha sufrido una obstrucción, después de dilatar en forma mecánica ese conducto mediante un catéter. Su función es actuar como ssotén del vaso para impedir que vuelva a obstruirse.
Alvarez, entrevistado por AUNO/Ciencia, recordó la evolución que tuvo el stent, desde que fue desarrollado por el médico argentino Julio Palmaz, entre los años 1978 y 1987. “El stent es siempre como una malla, como un rulero, que sujeta la pared de la arteria, manteniéndola abierta mientras cicatriza”
Dos problemas surgen cuando se coloca un stent, por la presencia de un cuerpo extraño en la arteria: una oclusión brusca por un coágulo, para lo cual “se medica al paciente con ticloplidina o clopidogrel, durante 30 a 45 días, y con aspirina, que en los enfermos ateroescleróticos esta recomendada de por vida” explicó Alvarez, con relación a los medicamentos que disminuyen la coagulación de la sangre.
El otro problema, más mediato, surge cuando la arteria desarrolla en el sitio en que se colocó el stent, una cicatriz exagerada que termina ocluyendo nuevamente la arteria tratada. “Este fenómeno, llamado reestenosis, se da entre el 15 al 30 por ciento de los pacientes a los que se les ha colocado un stent metálico convencional”, puntualizó el médico.
Los stents que liberan fármacos son de acero inoxidable o de cromo cobalto, recubiertos por un medicamento que actúa sobre la pared arterial, neutraliza esa reestenosis y “reduce este efecto al 5 por ciento de los casos”.
“Todos estos stents quedan en la arteria para siempre y una vez colocados no se pueden sacar. Como la cicatrización es lenta, la medicación antedicha, debe suministrarse durante al menos 12 meses” explico el especialista, miembro del Comité Organizador del XIII Congreso de la Sociedad latinoamericana de Cirugía Intervencionista 2007, que reunirá a más de 4.000 profesionales de Latinoamérica y el resto del mundo en Buenos Aires el mes próximo.
Acerca de los nuevos stent biodegradables, Alvarez aclaró que “estos stents están todavía en la fase de desarrollo y no se encuentran comercialmente disponibles en ninguna parte del mundo”
AUNO 29-06-07 GRB-EV