El show íntimo de Fandermole

El artista recorrió parte de su extensa carrera y mostró diferentes facetas de su personalidad: su pensamiento político, sus sentires y su concepción poética.

Adrián Emanuel Barrera

Lomas de Zamora, agosto 6 (AUNO).- Las personas que lo esperan al final del show en la entrada del Teatro Maipú se van lentamente a medida que las agujas del reloj se acercan a la medianoche. Jorge Fandermole sigue dentro de la sala ahora iluminada. Desde las puertas se lo ve que desarma las poquitas cosas que integraron la escenografía de su presentación Solo, en la que recorrió parte de su extensa carrera y mostró diferentes facetas de su personalidad: su pensamiento político, sus sentires y su concepción poética. La humildad que tiene es poderosamente llamativa, mucho más en un artista de su talante y reconocimiento en el mundo del folklore.

Parece tímido cuando sale al escenario. Saluda con la mano y una pequeña sonrisa, para dedicarse inmediatamente a afinar en silencio una de las dos guitarras que lo rodean. Solo eso tiene el escenario: dos guitarras electroacústica con sus respectivos pies, un micrófono, dos parlantes, una silla y un atril para partituras, donde los ojos de Jorge estarán puestos gran parte de la noche para no perder prolijidad en ningún momento.

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Los versos de varios poemas y canciones serán los preludios de los diferentes momentos de la noche del sábado. Los recuerdos de su vida, de la idiosincrasia de su gente son puntales de un espectáculo que, como él dice, apunta a relacionarse con el alma de las personas que están en la sala y escuchan con mucha atención cada una de las canciones.

Poco más de 100 concurrentes se encuentran en las primeras cinco filas de la sala y el grado de intimidad que se logra es tal que son muchos los que cierran los ojos y disfrutan de las melodías. Mueven sus manos al ritmo de los arreglos de la guitarra de Jorge. Los aplausos al terminar cada interpretación van en ascenso: primero parecen temerosos, como buscaran postergar el clímax, sin embargo a medida que avance la presentación crecerán y se sumarán gritos de felicitaciones.

“El 25 de mayo del año pasado, a las 9 de la mañana, se fue mi papá”, dirá en uno de los primeros momentos emocionantes de la noche. Mientras afina la caprichosa guitarra, recuerda que a pesar del dolor de ese momento, supo valorar todo lo que le enseñó, pero que principalmente valora el hecho de haberle enseñado a trabajar en la música. “Esta canción se llama El abrazo de mi padre”, anuncia y la suave guitarra comienza a sonar.

Encontrar la máxima belleza de las interpretaciones es difícil. Todas las canciones tienen un punto de sensibilidad que cala profundo en les concurrentes, por lo que se transmite en ese frente a frente con Fandermole. Se podría suponer que las 19 canciones de la noche serán en una clave de baja intensidad, sin embargo la potencia se da en los ratitos que el instrumento y su voz explotan en sentimientos.

El posicionamiento ideológico de Fandermole se puede sentir en algunas de sus letras, como es el caso de “Cuando”, en el que habla de una “patria de lo inaccesible”, sin embargo el momento político clave se da antes de empezar a tocar “Canto versos” en el que se toma un momento para dedicar todo el show a “una persona que murió haciéndole el desayuno a sus alumnos en una escuela de Moreno”, refiriéndose a Sandra Calamano, la vicedirectora fallecida de la escuela 49, a causa de una pérdida de gas.

No sólo le importa la realidad política nacional, sino también el panorama mundial. Como orillero del Paraná que es, no puede evitar tocar la situación que viven algunos países y resalta “el agua dulce es un derecho humano que algunos parecen no entender” y luego despliega las notas de “Agua dulce”, que trae consigo el perfume de las flores del camalotal.

En el repertorio no pueden faltar el clásico “Sueñero” ni la chacarera trunca “La torcida”, en la que se asomaron unos aplausos del público, pero sólo por unos instantes porque escuchar las sentidas interpretaciones del santafesino es más importante.

Al despedirse con la tan esperada “Oración del remanso” no se olvida de ninguno de los colaboradores del teatro. Agradece por las luces y el sonido, con nombre y apellido de les encargades, por la paciencia de cada une, y al público por hacer un posible un show íntimo que deja claro que Fandermole, más allá de ser un enorme artista reconocido por su extensa trayectoria, es un ser dotado de una gran humildad, sencillez y humanidad.

AUNO-06-08-2018
AEB-MDY

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