Lomas de Zamora, 17 de marzo (AUNO). – Miguel Raduazzo, vecino de Temperley, es ingeniero industrial. A través de sus vínculos con la NASA ideó una posible solución contra la crisis alimentaria que azota a la provincia: aprovechar el increíble valor nutricional de las “microalgas”. Asegura que su producción es capaz de generar empleo a la vez de ser una gran fuente de ingresos para el Estado.
Dicho todo junto suena surrealista. Utilizar algas marinas para paliar el hambre de la provincia a la vez que se sanean sus deudas. Parece un plan urdido por El Astrólogo, el ficticio residente de Temperley en la famosa novela de Roberto Arlt, Los siete locos. Sin embargo, lejos está de ser una invención literaria y Raduazzo tiene argumentos para probarlo.
El ingeniero graduado en la Universidad de Lomas mantiene desde 2017 una fructífera relación con la agencia espacial norteamericana: sí, la NASA. En ese año, durante un viaje familiar, tuvo la oportunidad de presentar un proyecto suyo en la base de Cabo Cañaberal que rápidamente llamó la atención del organismo anglosajón. “La NASA tenía un proyecto con muchos paralelismos con el mío”, explicó.
La propuesta había sido presentada a la Secretaría de Transporte e implicaba el uso de lanchas diseñadas especialmente para realizar tareas de saneamiento en el Riachuelo. Lamentablemente, su implementación quedó trunca como consecuencia de los escándalos por desvío de fondos que rodearon al encargado de supervisar la limpieza de la cuenca, el juez Luis Armella.
Este primer acercamiento le permitió un intercambio con la agencia espacial que se mantendría en los años venideros y que a la larga le permitiría al oriundo del partido de Lomas poder contar con el asesoramiento de los expertos de la NASA en la búsqueda de soluciones a los problemas que aquejan a la provincia y su propia zona.
Las microalgas
Fue en ese momento que le sugirieron el uso de las “microalgas” como alimento, base de la dieta de los astronautas desde los sesenta. “Es el remedio a un montón de problemas: tiene 200 veces más calcio que la leche y 300 veces más betacaroteno que las zanahorias. Es cambiar un paradigma en la desnutrición y en cómo combatirla”, explicó el ingeniero a AUNO.
Sin embargo, lo que plantea no es reemplazar comidas por pastillas, como fue en su momento el caso de la NASA, sino utilizar a las microalgas como un aderezo a las comidas habituales. El resultado sería el mismo, sean como aditivo o como encapsulado, la razón es más bien cultural: «Nadie va a tomar unas pastillas si puede comer un buen choripán con chimichurri», bromeó al respecto.
«El hecho de incorporarlas serviría por sus nutrientes por un lado y por el otro para depurar al organismo de la mala alimentación, ya que estimulan a los órganos a cumplir su función”, sintentizó.
En este sentido, su consumo ayudaría a los lomenses de más bajos recursos en su lucha contra uno de sus males mas comunes: el plomo en la sangre. Este problema es particularmente grave en las localidades cercanas a la cuenca del Riachuelo como Villa Lamadrid, Fiorito, Centenario e Ingeniero Budge.
Otro de los beneficios es el fortalecimiento del sistema inmunológico que se produce en el organismo luego de su consumo. Algo fundamental en un contexto nacional con la epidemia de dengue y el coronavirus.
Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que acarrearía esta dieta, Raduazzo destacó ciertas “oposiciones” de médicos. Para él, dentro de la comunidad médica hay varios que se encuentran más interesados en “cómo paliar (ciertas enfermedades) y no en cómo curarlas”.
“Un reactor criollo”
La puesta en marcha de semejante proyecto implicaría la construcción de un bio-reactor similar a los que se utilizan en la Estación Espacial Internacional y otros vehículos espaciales. Cumplen la doble función de generar alimento y purificar el aire a través del proceso de fotosíntesis.
Sin embargo, la construcción de una instalación semejante implicaría una inversión considerable de dinero y tecnología. Ante esa imposibilidad, al egresado de la casa de estudios lomense se le ocurrió una solución: construir un “reactor criollo”.
“Remplazar la tecnología involucra incluir mucha mano de obra y hoy lo que estamos precisando es eso. No estamos contando con capitales como para comprar tecnología o invertir en ella pero sí tenemos disponible una gran cantidad de mano de obra no muy calificada. Como en cierta forma el proceso es una sucesión de trabajos sencillos, podemos incorporar una gran cantidad de personal”, detalló a esta agencia.
La puesta en marcha de este reactor “criollo”, además de incluir mano de obra actualmente desempleada, traería otros beneficios. Se podrían utilizar como combustible los residuos forestales del municipio de Lomas y aprovechar el calor generado en el proceso para producir energía eléctrica.
Además, frente a los cultivos tradicionales como la soja y el trigo, las microalgas poseen dos grandes ventajas: la primera es que no utilizan grandes cantidades de agua dulce, un bien escaso, sino agua salada. La segunda es la rapidez con que maduran y el aprovechamiento de los nutrientes.
“En la soja el tiempo de producción demora seis meses y de la planta de soja solo se aprovecha un 10 por ciento que es el fruto. En el caso de las microalgas se aprovecha el 100 por ciento porque todo el organismo es digerible. Además podés duplicar su masa y el volumen en un día”, explicó el ingeniero.
Pero quizás el asunto más impresionante es la posibilidad de que estas algas se vuelvan “commodities” de alto valor en el mercado internacional: 8 mil dólares vale un tonelada de microalgas de acuerdo al ingeniero. En contraposición, la tonelada de soja cotizó en marzo a 311 dólares.
El problema del hambre
Actualmente Buenos Aires es la provincia con mayor cantidad de hogares en riesgo de seguridad alimentaria, con más de 3500. Además concentra el 55 por ciento de los pobres y el 60 por ciento de los desocupados de todo el país. Por otra parte, en materia económica, el gobernador Kicillof deberá hacer frente a un vencimiento de deuda por más de 8.800 millones de dólares.
A pesar del potencial que ofrece el proyecto, solo pudo ser ofrecido a “mandos medios”. Raduazzo se lamentó de que todavía no pudo hablar con ningún intendente de manera “personalizada” o con algún secretario del Gobierno que esté “interesado en el tema”. Esto incluye a Martín Insaurralde, quien en el pasado había condecorado al ingeniero como “Orgullo de Lomas” por sus vínculos con la NASA, pero que por el momento no se pronunció respecto del tema.
AUNO-16-03-2020
JP-MDY