El comedor de Lomas de Zamora que tiene que pedir ayuda en panaderías y kioscos

Pequeños Gigantes, en el barrio El Progreso, necesita donaciones para preparar las viandas. Brindan merienda y cena a más de 60 personas.

La encargada del comedor Pequeños Gigantes ubicado en el barrio El Progreso en Lomas, María Victoria Saban, pide ayuda del Estado para continuar con la tarea de asistir al barrio, y afirmó que “no hay ayuda de nadie, sólo donaciones de los vecinos y lo que la familia puede poner, pero en concreto no hay nadie”.

El comedor comenzó a funcionar en medio de las medidas del aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus. La familia Saban, tras el freno económico instantáneo de la economía en negro que perjudicó el ingreso de la mayoría de los vecinos de la zona, decidió abrir por su cuenta un comedor para ayudar al barrio.

En cuanto a las explicaciones por parte del Municipio, aseguró en diálogo con AUNO que los representantes estatales en el barrio le dijeron que “ya hay otros comedores”, y frente a esta respuesta, consideró que es entendible, pero consideró que los comedores funcionan de lunes a viernes y “sólo para los chicos que estén anotados”.

Saban cuestionó que si hay tantos comedores funcionando en la zona “¿por qué viene tanta gente?”. Además, disparó que “habían dicho que iban a ayudar, pidieron el teléfono y todo”, y denunció que en realidad “no llamaron nunca”.  

Al respecto, precisó que durante la semana se da merienda al menos a 60 personas, y durante el fin de semana, la cena del sábado y domingo a la noche, se dan alrededor de 130 porciones de comida. “No se llega a dar merienda los fin de semana, porque da el tiempo ni la materia prima”, reconoció.  

La encargada además relató que la materia prima es recolectada día a día por su marido y algunos vecinos del barrio que “van a pedir a las panaderías y a los kioscos” y remarcó que otras veces, los mismos que asisten a comer son los que donan “harina, arroz o hasta ropa, y también se regala, es todo a pulmón”.  

No obstante, lamentó que “hay días que no hay nada y se dice que no, a veces no tenemos ni harina, ni nada para cocinar algo a los vecinos que tienen hambre”.  

AUNO-27-5-20
EN-SAM

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