En 1995 los Rolling Stones visitaron por primera vez la Argentina. La banda británica se presentó tres veces en el Monumental y de ahí salieron dos imágenes icónicas. La primera, la que la mayoría conoce, es la de la banda en la Quinta de Olivos junto con el entonces Presidente de la Nación Carlos Menem. Una segunda foto, más icónica pero quizá más de nicho, es una del baterista Charlie Watts (fallecido en 2021) posando con un hombre al lado suyo, sosteniendo la camiseta del Club Atlético Independiente. Ese hombre que está al lado de Watts se llama Diego Perri.
“Esa foto yo no la hubiera hecho. Nunca hubiera molestado a ningún miembro de los Stones, no está en mi filosofía molestar con ese tipo de cosas”, cuenta Perri, un hombre de pasiones, a AUNO. Ha dedicado gran parte de su carrera a manifestar su pasión por el Club Atlético Independiente y por los Rolling Stones. Presenció más de 80 recitales de la banda británica. Manejó su prensa en dos ocasiones que vinieron a la Argentina y vivió algo que causaría envidia en todo fan: salvo a Brian Jones conoció a todos los músicos del grupo. En su último libro, Stones fuera de Stones, recorre trabajos y colaboraciones solistas de los miembros de la banda.
En este libro publicado el año pasado por ZORN Books, aparece cualquier crédito de composición, riff, percusión o voces de fondo que hayan hecho como solistas o colaboradores. Sobre el proceso de producción, Perri cuenta que le tomó “muchos años, casi 11”. El melómano más tenaz o el fan más “enfermito” de la banda se encontrará con un listado exhaustivo de discos, EPs y singles que demuestran el lado más colaborativo y ecléctico de cada miembro, exaltando desvíos hacia géneros como el jazz, reggae, soul, funk y electrónica.
Perri comparte el proceso de investigación y creación de Stones fuera de Stones, los descubrimientos que logró; analiza la influencia de la banda en la cultura argentina, en el sonido del rock nacional y aporta su perspectiva sobre el estado actual del rock en el “mainstream”.
-¿Cómo fue el proceso de investigación del libro?
-En principio iba a ser solamente sobre los álbumes solistas, pero si le metía toda la info de las colaboraciones, participaciones y producciones iba a ser mucho más completo y salía un poco de la zona de confort. Lo disfruté y lo padecí. Me apoyé en un par de fuentes de consulta, sobre todo una web muy completa de un alemán que, de hecho, hasta me brindó algunos temas que yo no tenía en su momento.
-¿Hubo material que tuviste que dejar afuera?
-Mucho, porque sino se hacía mucho más amplio. Podrían ser tres libros, ¿por qué? Porque lo que está en este libro es todo material oficial. Si voy al ámbito de lo pirata y de lo digital, se amplía un poco más la brecha. Exageré con dos o tres libros, pero digo, podría ser aún más amplio. Me limité a que sea oficial y físico. En la sección que cierra cada año/ capítulo, esa suerte de cronología en la vida de los Stones, “Stoneología”, me limité a los hechos que sean realmente trascendentes.
—¿Qué miembro fue el más dispuesto a explorar otros géneros?
—Si bien es el que menos colaboró, Brian Jones fue el más experimental en la década del ‘60; de hecho, su álbum solista, que es póstumo (Brian Jones presents the pipes of pan at Joujouka, grabado en 1968, lanzado en el ‘71), se considera como el pionero de la World Music (amplio elenco de géneros musicales, tanto tradicionales como no tradicionales, de todas partes del mundo). Y al margen de Brian, yo creo que tanto Ron Wood como Mick Taylor son los que más contribuciones tienen. Lo de Taylor es mucha cosa progresiva, cosas más alejadas de su raíz más bluesera. Y por el lado de Ron Wood, creo que por mucho amiguismo con muchos colegas del pop y pop-rock, hasta con cosas medias electrónicas. Descubrí que hay un abanico muy amplio de colaboraciones en todo ámbito. Hay boogie, R&B, blues, algún coqueteo con la música disco o con la electrónica, mucho soul, folk. Por el lado de Charlie vas a encontrar todo lo relacionado con el jazz. Por el lado de Ian Stewart todo lo relacionado con el boogie. Hay aristas musicales muy diferentes, cosa que hace atractiva a la obra.
-¿Qué le encontrás a los Stones que no encontrás en otras bandas de rock importantes como los Beatles?
–Los Beatles es una banda que me gusta pero que también en algunos momentos me aburre. Les faltaba esa sangre que tiene el rock and roll. A ver, tienen himnos, son la banda más popular de los últimos 100 años, eso es indiscutible, pero no deja de ser una banda de pop. Los Stones son rock and roll, suenan más cavernosos, más sanguíneos, los shows son incendiarios. Con los Stones me pasa algo desde chico que no me pasa con otros artistas. Puedo escucharlos y no aburrirme. Los Beatles, u otras bandas súper reconocidas… al sexto, séptimo tema, es como que les falta algo.
—Bandas nacionales como Viejas Locas y Ratones Paranoicos tienen mucha influencia de los Stones, y hace años se conformó la tribu urbana rolinga. ¿Pensás que la Argentina es un país que se identifica mucho culturalmente con los Stones?
—El joven se identifica por una cosa más rebelde, más rockera, una imagen más a la semejanza de Keith Richards que de McCartney. Uno cuando es joven se identifica más con una cosa más salvaje, más de patear el tablero. Y después, con el tema de la influencia musical, es bastante relativo el tema. No soy fan de Los Ratones ni de muchas bandas que emulan eso, sí respeto a los tipos autóctonos. Por ejemplo, Viejas Locas y Pity Álvarez, con su locura, son absolutamente autóctonos y tienen su sonido, su impronta. Heroicos Sobrevivientes también tenía un sello muy personal más atrás en el tiempo. Bandas que ya en las décadas del ‘70 y el ‘80 estaban como bajo la influencia de los Stones pero con un sonido y con temas muy personales. Los Ratones caen muy en el molde de los Stones, ya imitando tapas, escenografías, videos. Siempre digo que es una banda para la gilada.
-Ante la popularidad del trap y el RKT en el país, ¿por qué pensás que el rock se encuentra al margen del mainstream?
-Las discográficas están bastante infectadas por el negocio. En los últimos años ese negocio entre la televisión, los medios y las discográficas se volvió más asqueroso, porque el 70 u 80 por ciento de todo lo que suena te lo quieren inculcar por los medios. Está coordinado con Sony, con Universal y las grandes multinacionales que te ponen ese tema poronga del momento y le termina gustando a quien no tiene realmente una cultura o una bajada de línea, o una definición de cuál es tu gusto musical.
-¿Ves al rock volviendo en algún momento al mainstream?
-Yo creo que siempre va a haber cosas interesantes. Es difícil inventar dentro del rock cosas muy llamativas o que realmente sacudan la escena, pero siempre hay músicos talentosos dándole una vuelta más a lo ya inventado y con propuestas nuevas. El mundo de la canción es muy amplio y se dan vuelta algunas canciones, algunos riffs, algunas melodías, y se crean otras, y siempre hay un público cautivo para eso, sobre todo cuando se hace con el corazón.
AUNO-13-11-2024
TRL-MDY