(AUNO-TERCER SECTOR*) El Comité de Movilización Buenos Aires del Foro Social Mundial organizó tres jornadas en la que un conjunto de agrupaciones sociales se reunieron para plantear un modelo de economía distinto. La temática del foro abordó La Economía Social y Solidaria como herramienta válida para hacer frente a las reglas de juego de la economía globalizada y romper con la brecha que separa a ricos y pobres.
Uno de los ejes que se desarrollaron “#732;Las nuevas prácticas económicas como forma de resistencia y construcción”#8482; sirvió de marco para que Lucio Salas Oroño, miembro de la Cooperativa La Asamblearia, subrayara que la lucha contra el capitalismo se debe dar también en el terreno cultural y avanzara sobre el valor del salario. “Se debe reconsiderar el concepto de trabajo como toda actividad socialmente útil para los hombres, ya que las necesidades de lucha hicieron que los sindicatos, así como los partidos políticos de los trabajadores, se sentaran a discutir el monto del salario. Pero se olvidaron que en él siempre existe la explotación del hombre sobre el hombre, con independencia de que el salario sea mejor o peor”.
Por su parte, el representante del Instituto Movilizador de los Fondos Cooperativos, Edgardo Form, sostuvo que, si se quiere un verdadero cambio, “hay que trabajar sobre las prácticas cotidianas para lograr la construcción de nuevos sujetos sociales que transformen el mundo”.
Como posible solución, el Foro planteó un “comercio justo que le brinde al productor de los artículos un porcentaje más importante del precio final, debido que actualmente el salario no le garantiza ni una alimentación, ni una educación, o salud dignas”.
Miguel Ángel González, en nombre de la Cooperativa Río Paraná de la provincia de Misiones, quiso reflejar la realidad de las comunidades rurales. “Los campesinos no pueden decir “#732;mi trabajo vale tanto”#8482; y es allí donde el comercio justo y el consumo responsable son tan importantes”, opinó.
Por otra parte, el presidente de la Asociación por los Derechos de los Aborígenes, Andrés Madariaga, acusó al capital extranjero por no tener en cuenta más que la eficiencia de sus negocios. “Las comunidades indígenas que desarrollan activides en la construcción, jardinería, carpintería y carbonería son muy diferentes a los trabajos que realizan los inversores extranjeros porque los pueblos originarios cuidan el medio ambiente, mientras que a los demás no les importa ni la gente, ni nuestra tierra”.
Como cierre de la jornada, Form rescató el sistema cooperativo como alternativa en una economía social. “La cooperación es una herramienta de esperanza, que si bien es limitada en materia jurídica, es ilimitada en relación a la capacidad de creación y acción que tienen los seres humanos en la medida en que están convencidos de que pueden lograr construir un mundo mejor a través de instrumentos políticos, sociales y económicos”.
Los temas que completaron el Foro de la Economía Solidaria fueron: “#732;La economía Social y Solidaria como alternativa a la exclusión”#8482;, “#732;Nuevos paradigmas culturales basados en la solidaridad y la cooperación”#8482;, “#732;El rol del Estado en el proceso de inclusión e integración social”#8482; y “#732;La crisis mundial del sistema. Modelos alternativos”#8482;.
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