Los trabajadores de la empresa Danica se encuentran en «estado de alerta» en las plantas de la localidad bonaerense de Llavallol y la ciudad de Villa Mercedes en San Luis luego de que el Grupo Beltrán, dueño de la firma alimenticia, anunciara la suspensión de la producción desde el 31 de agosto por «falta de insumos».
La empresa señaló que esta medida «afectará a más de 200 colaboradores» y se produce tras «varios meses de afrontar dificultades con cambios en las restricciones cambiarias y la imposibilidad de pagar en el exterior insumos importados vitales para la producción«, informaron mediante un comunicado.
El Grupo Beltrán manifestó que tuvo conversaciones desde noviembre de 2021 con el Gobierno Nacional en el que anticiparon que «de no autorizarse el acceso a divisas para la importación de insumos se produciría un quiebre de stock y consiguiente desabastecimiento al mercado nacional».
Desde la Federación de Trabajadores Aceiteros Desmontadores de Algodón afirmaron que la decisión de la empresa puede ser consecuencia de un reclamo previo de una paritaria que «les adeudan desde Dorada», y recordaron que desde que la firma compró a la empresa «están de conflicto en conflicto», como lo fue el intento del cambio de convenio aceitero por el de alimentación» lo que en su momento implicaba «una baja del 50 por ciento del salario y un día de trabajo más de manera obligatoria».
El delegado de la planta de Llavallol, Javier Castillo, subrayó que analizan medidas de fuerza «si hay suspensiones o despidos» e indicó que la situación de los trabajadores «es desconcertante» y que «hay un fuerte malestar» por la postura de la empresa cuando «la producción continúa con normalidad», situación que según plantean «se contradice con las medidas tomadas por la empresa» debido a que si continúan la producción con faltante «acelerarían el final de su trabajo».
En diálogo con AUNO, el gremialista criticó que al Grupo Beltrán «le gusta jugar con la necesidad de la gente, con el salario y la incertidumbre», y enfatizó que este conflicto puede ser una estrategia de la empresa que «utiliza de rehenes a los empleados» para «generar un apriete y lograr la liberación de dólares para la importación», ya que el producto faltante «es el aceite de palma», que proviene de una palmera africana llamada Elaeis guineensis y es necesario para la producción de margarina.
Desde la Federación Aceitera indicaron que «las causas que invoca la empresa para tomar esa decisión son ajenas a los obreros, que dependen del salario para vivir, y mucho más en el actual contexto de inflación y deterioro de los ingresos», y se declararon «en estado de alerta, ante esta situación impuesta por la patronal», detallaron en un comunicado.
«Continuaremos con las asambleas permanentes por turnos y sin realizar horas extras porque no vamos a permitir ninguna suspensión ni cese de actividades porque queremos garantizar el trabajo de los compañeros y la remuneración adecuada. No nos tenemos que dejar avallasar por las empresas», sentenció Castillo.
AUNO-26-8-22
SG-SAM