Lomas de Zamora, octubre 06 (AUNO) – La charla que los integrantes de La Garganta Poderoso dieron en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora estuvo atravesada por el hecho de violencia institucional que sufrieron dos de los miembros de la revista, desde la que denunciaron que “son repetidos los casos en los que las fuerzas de seguridad cometen abuso de poder” en los barrios pobres.
El violento episodio ocurrió el 24 de septiembre, cuando dos chicos de La Poderosa, que viven en la Villa 31, Iván Navarro de 18 años y Ezequiel Villanueva Moya de 15, fueron detenidos por efectivos de Gendarmería, quienes los llevaron encapuchados a un descampado lindero al Riachuelo donde los torturaron y amenazaron.
“Uno de los gendarmes estaba al lado del fiscal cuando fuimos a declarar y fue detenido en el momento”, detalló Alejandro Mur, otro de los integrantes del colectivo cultural, quien también precisó que “siete de los diez gendarmes están presos, cuatro de ellos se entregaron”.
“Nos esposaron a un caño y dispararon varios tiros al aire, mientras nos quitaban las camperas. Se reían cuando nos ponían un cuchillo en el cuello y nos decían que también les parecían lindas nuestras zapatillas, nuestras cadenitas, nos sacaron todo”, denunciaron los chicos desde la pagina de “La Garganta”.
Por el mismo medio, indicaron que “uno de los prefectos puso su arma en la nuca de Iván, para obligarlo a rezar que no lo mate”, pero cuando por fin accedieron a soltarles las manos, los encañonaron por la espalda, con una escopeta y les gritaron: “Corran bien rápido, o van a ser boleta”.
El episodio de violencia no quedó ahí: el martes, luego de participar en un programa de televisión al que fue a denunciar las torturas que recibió por parte de los gendarmes, Iván se cruzó con dos prefectos que golpeaban a un chico y los escuchó decir: “Ahora van a cobrar todos, por habernos escrachado en los medios”.
Iván intentó defender al chico que era agredido y uno de los prefectos lo amenazó y lo corrió hasta que pudo llegar a su casa.
Bautista, quien vive en el barrio Rodrigo Bueno, afirmó que son repetidos los casos en los que las fuerzas de seguridad cometen abuso de poder, y que él y los vecinos sienten que la policía muchas veces los “forrean”.
“A mí me pararon varias veces solo por portación de cara y a mi hijo le ha pasado lo mismo”, relató y además criticó que los policías “a veces se piensan que porque llevan uniforme pueden hacer lo que quieren.”
Alejandro fue más a fondo y aseguró que “si en el barrio venden droga es porque la fuerzas policiales lo permiten, a veces se puede ver como a las seis de la tarde pasa el gendarme a pedir coimas”, por lo que concluyó que “ellos administran ese negocio”.
Además se lamentó de que el reclamo de más seguridad “se interprete en la cabeza de la gente como más chabones con un fierro en la cintura” y cuestionó que los efectivos no tienen “ningún tipo de formación”.
AUNO 06-10-2016
LM-AFG