Coronavirus: la salud mental en tiempos de pandemia

La vicepresidenta de la Asociación Civil de Psicólogos Sociales de Lomas de Zamora, Laura Orsi, recorre distintas caras del impacto del aislamiento en las personas y el tejido social.

Foto: Télam

Lomas de Zamora, 31 de marzo (AUNO).- A pesar de que la implementación de la cuarentena busca resguardar la salud de los ciudadanos de los peligros del coronavirus, el aislamiento obligatorio puede generar un deterioro en su salud mental. En diálogo con AUNO, la vicepresidenta de la Asociación Civil de Psicólogos Sociales de Lomas de Zamora, Laura Orsi, detalló los impactos de esta medida en la mente de los argentinos.

Para ella, la cuarentena “afecta nuestra vida cotidiana violentamente”. Usualmente, las personas se rigen bajo determinados “encuadres” dentro de los cuales manejan su vida diaria, incluidas sus relaciones con los demás. La imposición del aislamiento obligatorio fue, en este sentido, un “desorganizador” abrupto. Una muestra clara de ello es que “se desdibujaron el adentro y el afuera” e incluso el tiempo. “Se requiere de mucho esfuerzo psíquico para poder superar (esta situación), porque todos necesitamos del afuera para satisfacer nuestras necesidades”, analizó Orsi.

La ansiedad

El aislamiento masivo es un desafío sin precedentes en la historia argentina y la ansiedad respecto a lo que vendrá parece ser uno de los problemas más comunes entre la población. Durante los últimos días diversos medios nacionales se hicieron eco de esto y ofrecieron reportajes a profesionales de la salud mental para que aporten recomendaciones sobre cómo hacerle frente. Incluso la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires redactó un documento titulado “Recomendaciones psicológicas para afrontar la pandemia” que incluye un apartado dedicado a la ansiedad.

El contexto presenta claros rasgos de una crisis muy importante, pero también constituye una condición de posibilidad según la mirada de Orsi. Entiende que es una oportunidad para resolver la situación de aislamiento de forma “colectiva”, y por lo tanto, se deberá “apelar a fondo a los recursos” disponibles para enfrentarla.

La extensión del período de cuarentena hasta después de Semana Santa añadió complejidad a la cuestión. Orsi relató que el anuncio del presidente Alberto Fernández generó sensaciones encontradas entre los estudiantes con los que mantiene contacto vía redes. A pesar de que en algunos casos notó que la angustia se “agudizó” con el anuncio, otros estudiantes se mostraron con una mayor “tranquilidad” como consecuencia de que el Gobierno se posicionara como “organizador”, de que diera señales de preocuparse por los ciudadanos.

“No todos atraviesan la cuarentena de la misma manera. Depende de cómo cada uno lidia con las frustraciones, porque todas estas situaciones remiten a situaciones anteriores y a cómo se han podido transitar. No es lo mismo que pase el avión que dice ‘quedate en tu casa’ cuando tenés 25 años que cuando sos mayor y viviste la dictadura”, comparó la psicóloga social.

El rol de la tecnología

De acuerdo a la profesional oriunda de Monte Chingolo, una de las formas más adecuadas para sobrellevar el aislamiento es a través de las redes sociales y herramientas de comunicación como Skype y Zoom. “Hacer una videollamada permite ver la cara de la otra persona y tener percepciones del entorno y del sentido de ciertas palabras que de otra forma se escapan”, ejemplificó.

Sin embargo, al estar conectado uno debe estar “constantemente limpiando elementos nocivos”, como pueden ser la información falsa (o “fake news”) que circula de forma masiva por Internet o la “sobresaturación” de noticias en los medios de comunicación, que también “intoxica”.

En consonancia con lo anterior, la especialista planteó que las redes y los medios “deben ser usados responsablemente” en momentos de crisis. Mientras tanto, se debe realizar un “ejercicio cívico muy importante”: el de establecer una “militancia” con la finalidad de “mitigar el impacto” que la sobrecarga de información tenga en las personas.

Violencia de género

Desgraciadamente, durante lo que va de la cuarentena se pudo observar un significativo incremento en las llamadas al 144 por violencia de género. Y por el momento 16 mujeres, niñas y travestis fueron asesinadas en este período. “La situación para las mujeres es muy peligrosa, todo lo que estaba latente ahora lo está mucho más”, concluyó la psicóloga.

El otro como enemigo

Télam

Luego de que Fernández decidiera que el 20 de marzo iba a comenzar el aislamiento obligatorio y que penalizaría a quienes lo incumplieran, la cantidad de detenidos, demorados y notificados en los primeros diez días llegó a los 33 mil. La denuncia de quienes violan la cuarentena por parte de vecinos se volvió moneda corriente.

En momentos de crisis las personas tienden “a ver al otro como un enemigo”. Orsi calificó al escrache contra los infractores de esta medida como un “linchamiento simbólico” de carácter “nefasto”.

Esa percepción del otro como peligroso contiene prejuicios contra esa figura que es percibida como amenazante. En primera instancia la comunidad china fue fuertemente estigmatizada por ser considerada portadora del virus. Luego el foco pasó a quienes volvieron o intentaron volver del exterior en medio de la pandemia.

Apelar al sentido común que se apoya solo en lo represivo es un riesgo y un error. Es cierto que existe un otro que se ‘desresponzabiliza’ de todo pero de ahí a estigmatizar a alguien sin saber por qué está en la calle es otra cosa”, amplió Orsi al respecto.

Los más vulnerables

Por otra parte, subrayó el riesgo que representa para los sectores más vulnerables de la sociedad la posibilidad de que el encierro se extienda: “Si la cuarentena continúa, las personas más expuestas e invisibilizadas no la van a pasar bien y van a salir”.

Se refirió no solamente a las clases populares, sino a las personas en situación de calle y a los adultos mayores. De un modo u otro, son “excluidos” de la sociedad. En el caso de las personas sin hogar es mas visible. ‘“Quedate en tu casa’ es un lema maravilloso siempre y cuando tengas casa”, ironizó.

Las estadísticas de las Universidad Católica Argentina sobre la indigencia son alarmantes. En septiembre de 2019 había un 8,9 por ciento de indigencia, con el Conurbano bonaerense como uno de los focos. La pandemia solo empeora las cosas. “Es una situación dolorosa psíquicamente (para la gente en situación de calle), los están espantando de todos lados como si tuvieran lepra”, denunció.

El desborde en los bancos del viernes por la mañana evidenció la exclusión que padecen los jubilados que no suelen utilizar la tecnología, porque eso actualmente es “como ser analfabeto en el siglo XX”.

“Las personas que no pueden resolver su vida son también parte de la sociedad”, enfatizó Orsi, a la vez que cuestionó la idea de que el Covid-19 “iguala” debido al supuesto de que la sociedad entera es vulnerable al contagio. Para ella, al contrario, “se notan más las diferencias”.

Otra subjetividad

A pesar de que evitó realizar predicciones, Orsi aseguró que en el momento en que sea posible volver a circular libremente “no va a ser la misma cotidianidad” a la que vamos a volver. “No salimos de ésta siendo los mismos, se está modificando nuestra subjetividad queramos o no”, afirmó. Aunque lejos está de ser esa una sentencia pesimista. “Hay algo que se está aprendiendo” de todo esto: “No nos va a volver a pasar lo mismo”.

Destacó los “recursos solidarios” que puso a disposición la comunidad y citó los casos de voluntarios que ofrecieron su ayuda: desde trabajadores informales, profesionales de distintos tipos hasta organismos estatales, como las universidades públicas. “Si nos pensamos como colectivo es más fácil, nos enfermamos en grupo y debemos sanar en grupo”.

AUNO-03-04-2020
JP-MDY

Un comentario en «Coronavirus: la salud mental en tiempos de pandemia»

  • Jorge Aguilera dice:

    Me gustó la nota. Tal vez agregar, para el caso de los jubilados, que no es sólo la cuestión de si son analfabetos tecnológicos, sino que también muestran una ruptura parental, o de afectos, o de confianza, al no poder delegar en otra persona el trámite que quieren realizar.

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