Una empresa petroquímica argentina desarrolló un proceso industrial para elaborar productos que hoy se hacen a base de hidrocarburos, a partir del alcohol vegetal que se obtiene de la caña de azúcar , el maíz o la remolacha.
El nuevo producto químico reemplazaría a los provenientes del petróleo, y serviría como materia prima para la industria del plástico, fertilizantes y agroquímicos, fibras textiles y pinturas.
El emprendimiento –el primero en su tipo en el país— es llevado a cabo la Química True, ubicada en la localidad bonaerense de Monte Grande, en conjunto con la fundación Innova-T, dependiente del Conicet y el Laboratorio de Procesos Catalíticos de la Facultad de Ingeniería de la UBA. Contó con un crédito blando de 200 mil dólares de la Agencia de Promoción Científica de la Nación.
La compañía se dedica a la importación de derivados del petróleo, que luego convierte en líquidos para frenos y refrigerantes, utilizados en la industria automotriz local. Ahora, merced al crédito obtenido, construirá una planta piloto para transformar el etanol (alcohol vegetal) en fluidos que hasta ahora se hacen en base a petroleo.
Las ventajas de este combustible son por lo menos dos: por un lado, no contaminan el medio ambiente, como ocurre con la quema de hidrocarburos; por otro, al provenir de materia prima obtenida mediante la agricultura, se trata de un recurso renovable