Comienza un nuevo juicio por un caso de «gatillo fácil»

Se trata del asesinado del adolescente Rubén Galarza, que ocurrió en agosto de 2006. El acusado es un policía de la Bonaerense. Según las pericias forenses, dos de las tres balas que mataron al muchacho «ingresaron en dirección descendente, de arriba hacia abajo, lo que denota la indefensión de la víctima y una posición de fusilamiento».

Un nuevo caso de “gatillo fácil” comenzará a dirimirse en la Justicia mañana cuando el Tribunal Oral y Criminal Nº 4 de Lomas de Zamora inicie el juicio para establecer las causas del asesinato del adolescente Rubén Darío Galarza, a quien el efectivo de la Policía Federal José Luís Benítez mató de tres tiros en una plaza del barrio El olimpo en Lomas de Zamora, hace poco más de tres años.

“Mi hijo estaba con sus amigos y su novia y este tipo lo mató porque sí. Lo único que espero es que lo condenen por lo que hizo”, sostuvo Vilma Galarza, la madre del adolescente, en referencia al juicio oral que comenzará a las 8.30 en los tribunales ubicados en Larroque y Camino Negro.

José Luis Benítez es oficial de la Policía Federal y está acusado de “homicidio simple” por haber asesinado de tres tiros al “Chanchi”, como en el barrio lo llamaban a Rubén, en la mañana del 2 de agosto, cuando el adolescente compartía un momento con amigos en la plaza de la esquina de su casa, en el barrio El Olimpo.

“El policía iba con su auto por Diagonal 62. Al llegar a la esquina, se bajó y empezó a disparar. Uno de los tiros hirió a Rubén. Otro le rozó la cara a uno de sus amigos. Los demás corrieron y se salvaron. Inmediatamente lo cargó en el auto, donde lo ejecutó con dos disparos más y lo llevó al hospital muerto”, relató a AUNO el abogado de la familia Galarza, Gustavo Mendieta, que reconstruyó los hechos en base a las declaraciones de testigos presenciales y pericias balísticas y médicas que presentará en la causa.

Vilma Galarza supo de lo ocurrido por una vecina, que entró en la casa donde aún vive el matrimonio Galarza y sus ocho hijos a los gritos: “’Le pegaron un tiro al Chanchi, vení rápido’, me dijo. En casa no escuchamos ningún disparo y como yo estaba en muletas mandé a mi hijo mayor. Él fue el primero que llegó a la esquina, pero no lo encontró”, narró la mujer.

Entonces acudieron al hospital Oscar Alende, de Ingeniero Budge, “para ver si el ‘Chanchi’ estaba ahí”. El hermano mayor de Rubén alcanzó a verlo de lejos, pero “no bien entró, lo detuvieron dos policías que no lo dejaron pasar”, agregó la madre. Luego, empleados del hospital le comunicaron que el joven había sido trasladado “muy mal herido” al Hospital Evita, de Lanús, donde desmintieron a la familia de la víctima haber recibido orden de traslado alguna del Alende, así como el ingreso de ningún paciente con el nombre Rubén.

Finalmente volvieron al hospital de Budge, donde confirmaron que el adolescente había muerto de “un paro cardio respiratorio provocado por la herida de tres impactos de bala”, detalló Vilma.

La causa llegó a la Unidad Funcional de Instrucción 8 de lomas de Zamora, a cargo del fiscal Domingo Ferrari, que dejó al policía en libertad tras dos días de detención por considerar que se trataba de “un caso de defensa propia, ya que la muerte de Rubén había sido producto de la reacción del policía en un intento de protegerse de cuatro chicos que le quisieron robar —detalló Mendieta—. Sus palabras fueron: ‘Ya lo tengo solucionado y la causa está prácticamente archivada. Estos pibes son unos chorritos’”.

No obstante, la investigación derivó en tres puntos principales que obligaron al fiscal a cambiar de parecer y elevar el caso a juicio por “homicidio simple”: en ningún momento se confirmó que los chicos portaran armas, los vecinos declararon que no hubo tiroteo y las pericias en el lugar determinaron no existió otro disparo más que los del arma reglamentaria del policía.

De esta manera, “la excusa de la defensa propia se cayó por completo. El fiscal actuó como actúa en connivencia con la Policía, como ocurre casi siempre que el acusado es un miembro de la fuerza, que se arma un conglomerado de encubrimientos que es difícil penetrar”, observó Mendieta.

Entre los 15 testigos que presentará la querella, dos son clave. Alejandro Nuctz, uno de los amigos que se encontraba con Galarza sentado en la plaza aquella mañana, es uno de ellos, que “aseguró que a Rubén lo alcanzó sólo uno de los tantos tiros que disparó Benítez. Sin embargo, el chico llegó al hospital con tres impactos”, especificó el abogado. El otro es Alejandra Galeano, una vecina que vive frente a la plaza y que salió a la calle cuando escuchó los disparos. Según el letrado, “vio a Rubén que desde el auto pedía: ‘llamen a mi mama, este tipo me está llevando’”.

El resultado de la autopsia es el tercer elemento, sumado a las declaraciones de los dos testigos principales, que Mendieta utilizará en el juicio para probar que Benítez “directamente fusiló” al adolescente una vez que lo subió a su auto. Ese documento “confirma que dos de las balas ingresaron en dirección descendente, de arriba hacia abajo, lo que denota la indefensión de la víctima y una posición de fusilamiento”.

Tanto la familia Galarza como su abogado vaticinaron que el juicio durará cuatro días, durante los que deberán declarar el acusado, los peritos y médicos forenses, 15 testigos de la querella y otros tantos de la Fiscalía y la defensa.

AMB-AFD
AUNO-14-10-09
aauno@yahoo.com.ar

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