Por Eugenia Duarte
Sin sede propia, sin alinearse a ningún partido político y sin ser reconocida como una institución que trabaja para la preservación de la memoria en Esteban Echeverría. Así trabaja el Colectivo por la Educación, una organización compuesta por profesoras, docentes jubiladas y en actividad que se reúnen en sus casas y desde allí, con archivos e información que recolectaron, plantan memoria en las calles del distrito.
En su cuenta de Instagram se presentan como “un grupo de docentes identificados con la defensa de los derechos humanos”.
La organización, compuesta solo por mujeres, surgió a fines de 2015 cuando se juntaron para darle concreción a la instalación de la “Plaza de la Memoria”, ubicada en la calle Salta y Boulevard Buenos Aires, en Monte Grande. Se trató de un proyecto que venía desde 2013 y se logró materializar en 2017.
El colectivo se caracteriza por la colocación de baldosas, esa es su actividad principal: la construcción e instalación. Visibiliza dónde el terrorismo de Estado violentó la vida de los vecinos del distrito. Hasta la fecha se colocaron más de diez.
“Poner una baldosa es un hecho concreto, es reivindicar la lucha de esos compañeros y de sus familias”, explicó Rosana Espósito, una de las integrantes del colectivo.
Ella y sus compañeras trabajan en conjunto con sus alumnos y presentan proyectos en el programa provincial “Jóvenes y Memoria”, que se implementa en las escuelas públicas. Este proyecto tiene por objetivo que los estudiantes secundarios investiguen alguna temática relacionada con los derechos humanos.
“Muchas de las investigaciones que realizamos con los estudiantes acerca del terrorismo de Estado fueron el puntapié inicial para hacer las baldosas, como lo es por ejemplo el caso de los desaparecidos de la química Mebomar”, contó Rosana.
En diciembre de 1976, en la ex química de El Jagüel fueron secuestrados cinco trabajadores que habían logrado la reducción de la jornada laboral a seis horas. Ninguno de ellos superaba los 30 años de edad. Fueron los primeros secuestrados, asesinados y desaparecidos del distrito.
Desde 2018, en la estación de El Jagüel se pueden ver las baldosas recordatorias que el colectivo colocó junto a las familias de los obreros desaparecidos y organizaciones de derechos humanos.
CÓMO TRABAJAN
Para la construcción de cada baldosa, las integrantes de la organización se contactan con las familias de las víctimas, que son quienes deciden qué texto llevará y el lugar donde se colocarán. “Lo que hacemos es acompañar en la instalación y el trabajo con la Municipalidad, que tiene que trabajar para que se puedan emplazar las baldosas en las veredas”, especificó la docente.
Además de la colocación de baldosas, realizaron varias señalizaciones donde estuvo presente Estado terrorista, una de ellas fue la identificación del Cementerio de Monte Grande como Sitio de Memoria. Esto generó réplicas en otros cementerios del conurbano que también tenían de manera clandestina cuerpos de desaparecidos como NN.
Otra señalización fue el ex Centro Clandestino de Detención “La 205”, ubicado en la localidad de 9 de Abril, que funcionó como lugar de detención de embarazadas, de puérperas y de enfermos.
También, el 8 de mayo último se llevó a cabo la señalización donde tuvo lugar la Masacre de Transradio en homenaje a las víctimas del incendio ocurrido el 15 de noviembre de 2018 en la Comisaría 3º. En esta señalización pudieron accionar más rápido porque una de las víctimas era hermano de un alumno de una docente del Colectivo.
El Colectivo por la Educación no tiene una responsable o representante sino que cada una de sus integrantes asume un rol sin decirlo, rescata la historia reciente del distrito de los crímenes de lesa humanidad y buscan interpelar a la comunidad levantando las banderas de los derechos humanos.
MED-AFD