Lomas de Zamora, mayo 14 (AUNO)-. El paco, droga accesible y mortal, hace rato que afecta a la sociedad. De producción casera, ya que no existe el contrabando, su consumo creció en el conurbano bonaerense y después se expandió. Esto se sabe. Lo que todavía está por verse es la cantidad de víctimas de esta droga. Por eso, el Ministerio de Salud de la provincia hará un censo en tres barrios de zonas vulnerables.
El relevamiento surge de un convenio entre el ministro de Salud de la provincia, Alejandro Collia; el subsecretario de Atención a las Adicciones, Carlos Sanguinetti; y el defensor del pueblo bonaerense, Carlos Bonicatto. En un plazo de 60 días (que finalizará el 10 de junio) tendrán un detalle de la primera muestra que se realizará en tres barrios: Altos de San Lorenzo, de la Región Sanitaria XI; Villa Albertina, de Lomas de Zamora; y Puerta de Hierro, de La Matanza.
Sanguinetti afirmó a AUNO que cualquier política que abarque la atención de adicciones “necesita un marco epidemiológico” y que hasta el momento sólo se poseen “datos de los CPA (Centros provinciales de Atención de Adicciones) y encuestas de prevalencia” —es decir, “instantáneas” de la problemática, que no continúan en un seguimiento—. “Necesitamos abrir los datos para, con los números finales, aplicar una política estratégica”, se comprometió.
Este censo tiene un antecedente estadístico: de las 12 mil consultas mensuales que se reciben en los CPA, sólo el 6,2 por ciento de las personas inicia el tratamiento por consumo de paco. Los resultados de la investigación serán presentados a principios de julio en un acto conjunto del Ministerio de Salud y la Defensoría del Pueblo.
Según el funcionario, el consumo de paco es mucho mayor en el Gran Buenos Aires que en el resto del país. “Hablamos de un 0,6 por ciento contra un seis por ciento”, comparó. Y agregó: “Elegimos estos sectores por sus carencias, su falta de recursos y mala urbanización. Vamos a instalar Unidades de Atención Primaria en Adicciones (Uapa), de construcción rápida, con hasta nueve camas. No se abrirán en un lugar lejano, sino en los barrios en los que las necesiten”.
Un estudio del Adictions Institute (AI), de Nueva York, indica que aumentó enormemente el número de personas que consumen paco, en especial en Colombia, Perú y la Argentina, durante las últimas décadas. En contraste, en marzo de este año, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, dio a conocer las conclusiones de un relevamiento de la Sedronar, según el cual el uso del paco se redujo de 0,5 a 0,05 por ciento.
En Un paradigma de la híper modernidad, la canallada del paco, Ernesto Sinatra, psicoanalista y fundador de la Red internacional del campo freudiano en toxicomanía y alcoholismo (TYA), explica que con el paco las “narco-ciencias” lograron introducir el resto de la producción de cocaína al mercado.
“Esto es un ideal de consumo: no se trata ya de eliminar el resto del proceso de producción de la cocaína nuevamente, sino de venderlo. Operación canallesca, paradigmática del estado actual de la civilización; a los individuos se les destina ahora lo que ese mismo mercado había previamente descartado”, reflexiona Sinatra.
En diálogo con este medio, la titular de la asociación civil Madres contra el Paco y por la Vida, Alicia Romero, destacó este convenio porque “todo lo que sea para relevar datos es bueno”. “Desde su lugar, Madres contra el paco brindará asistencia territorial a quienes hagan la investigación, ya que conocemos las zonas donde se hará el censo”, aseguró Romero.
Además, manifestó que muchos de los chicos “no llegan” a los centros asistenciales ni tienen “acceso a la Justicia”. La asociación tiene un comedor en el barrio Villa Lamadrid, de Lomas de Zamora, que fue creado en los noventa para dar contención a los chicos de la zona en su lucha contra las drogas. “Todos tenemos derechos y los chicos tiene que saber lo suyo, el problema es que muchos no se acercan, no llegan”, concluyó Romero.
AUNO-14-05-14
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