Tutoriales de maquillaje con cuchillo y tenedor hasta memes y bailes de TikTok forman parte del material que analizan los estudiantes de la Escuela Secundaria N° 28 Julio Cortázar de Berazategui como parte de un proyecto de laboratorio de verificación de información que busca desarrollar las competencias críticas y técnicas de sus participantes para enfrentar la desinformación en entornos digitales.
“El proyecto busca desarrollar en los chicos de nivel secundario orientado a la comunicación, habilidades para verificar las narrativas desinformantes que son producto del momento histórico que estamos viviendo”, comentó a AUNO el profesor Claudio Vallory, quien junto a Miguel Simonetti, llevan adelante la iniciativa.
La iniciativa promueve la formación de ciudadanos digitales responsables, capaces de participar activamente en procesos de verificación colectiva, y posee un enfoque pedagógico innovador que integra tecnologías emergentes en el ámbito educativo para formar verificadores que tengan base académica.
El desafío de los estudiantes se divide en tres fases: la primera consiste en seleccionar una muestra de las narrativas desinformantes que circulan por las redes sociales; y luego, los fact-checkers son los responsables de verificar ese contenido, con técnicas tradicionales y herramientas digitales de verificación, como por ejemplo, contrastación de fuentes o búsqueda inversa de imágenes.

Vallory explicó que las narrativas desinformantes son relatos con información inexacta, engañosa o falsa, muchas veces vinculadas con discursos periodísticos o datos que circulan en las redes sociales, que buscan causar daño o alarma en la población, y que son la materia prima con la que los chicos comienzan el proceso de fact-checking.
De este modo, el abordaje pedagógico enfatiza la formación crítica mediante el análisis de fenómenos desinformativos actuales, como los sesgos en las inteligencias artificiales generativas, las campañas de desinformación, las estafas virtuales y el robo y mal uso de datos personales, informaron los docentes.
En una última etapa, el grupo de los estudiantes llamado «prosumidores» se encarga de desarrollar la desmentida y dar a conocer el proceso de verificación a través de distintas plataformas y formatos audiovisuales, como Reels o Tiktoks.
Vallory relató que una de las cosas que más lo llenan de satisfacción es poder ver que los estudiantes ponen en práctica de forma personal las cosas que aprenden. “El hecho de desconectar los micrófonos del teléfono celular fue un ejercicio que los hizo pensar y razonar con respecto al uso de los datos personales”, aseguró. De este modo, nació la campaña de Manchita que enseña a mantener la seguridad digital.
Manchita, el verificador perruno
Uno de los ejercicios prácticos que generó más impacto entre los estudiantes y las familias fue la campaña del perro Manchita, la mascota de la escuela, que enseña a toda la comunidad escolar a «mantener la seguridad digital”.
“Los chicos intervienen la imagen del perro, con gráfica, emojis, y hasta lo hacen hablar a través de la inteligencia artificial. De repente, te encontrás con Manchita (en redes sociales) que te cuenta que no tenés que poner siempre la misma contraseña en todas las aplicaciones”, agregó el profesor.
También se trabaja temáticas como el robo de información y la suplantación de datos, cuestiones vinculadas con los juegos online, como la ludopatía y estafas virtuales, y el desconocimiento que tienes las personas respecto al uso de sus datos personales, destacó el docente.
“La escuela como dispositivo no permite el ingreso del discurso de las redes sociales, no permiten que estas nuevas narrativas atraviesen la escuela”, y es por eso que “el momento epocal hace necesaria la transformación del dispositivo escolar”, reflexiona Vallory.
Los futuros comunicadores de la Escuela Secundaria “Julio Cortázar” son los primeros en pasar por el laboratorio de fact checkers, una iniciativa que esperan que pueda expandirse a otras escuelas de la región.
AUNO-18-11-25
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