La consulta médica periódica, especialmente cuando se tiene más de 50 años o cuando se detectan trastornos intestinales; una dieta rica en verduras, frutas y fibras, y la reducción del consumo de carnes y alimentos ricos en grasas y colesterol, son las claves para prevenir el cáncer colorectal, una enfermedad que ocupa el segundo lugar entre los tumores, tanto en frecuencia como en mortalidad, especialmente en hombres.
Las recomendaciones forman parte de la campaña que lanzó la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAG), junto a la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec), orientada a la difusión de los métodos de prevención de esta enfermedad.
“El número de personas que hacen prevención es bajo, porque no hay campañas o programas oficiales”, dijo a AUNO/Ciencia el médico Ubaldo Gualdrini, de la Sociedad Argentina de Gastroenterología
Entre las pautas recomendadas por los especialistas se encuentran la consulta al médico cuando aparecen cambios en la forma habitual de evacuar el intestino, como el sangrado, los dolores abdominales o rectales frecuentes o la anemia. También se debe consultar en forma periódica en caso de que se tenga mas de cincuenta años, aunque no haya síntomas ni antecedentes familiares de cáncer colon o recto.
En cuanto a la prevención, la campaña pone el acento en la alimentación: se sugiere mantener una dieta balanceada con alimentos ricos en fibras, frutas y verduras, y restringir el consumo de grasas y colesterol los cuales, al igual que las carnes están asociados con el aumento del riesgo de tener esta enfermedad.
Otro factor a tener en cuenta es el peso corporal, que debe ser el adecuado para el tamaño corporal ya que la obesidad aumenta el riesgo de contraer cáncer de colon.
De acuerdo con los especialistas de la SAG, la actividad física puede disminuir el riesgo de tener esta enfermedad en un cuarenta por ciento. Por otra parte, el tabaquismo es un factor de riesgo porque se inhalan substancias tóxicas que se depositan en el interior del intestino.
También se deben tener en cuenta los antecedentes familiares y propios sobre pólipos, procesos intestinales inflamatorios crónicos y otro tipo de cáncer.
La detección precoz permite una posibilidad de cura del 90 por ciento, por lo que se recomienda hacerse el examen aunque no tenga síntomas ni antecedentes familiares. Otros motivos para consultar al médico son la perdida de peso sin motivo aparente y la anemia.
Sobre los exámenes que se deben realizar, la SAG explica que estos son
el examen rectal digital, de rutina, y el de sangre oculta en la materia fecal, originada en la existencia de pólipos. En el caso de que se encuentre sangrado, se puede realizar una colonoscopía.
La colonoscopía es un estudio que se realiza con un instrumento flexible, dotado de una cámara en la punta que permite visualizar el intestino grueso internamente, de manera completa. En caso de detectar la existencia de pólipos, éstos se pueden extirpar mediante un proceso se realiza con una anestesia muy suave que no genera inconvenientes posteriores.
Otro estudio que se realiza es la sigmoideoscopía, que consiste en utilizar un instrumento similar a una cámara para examinar la parte final del intestino grueso (colon, sigmoideo y recto).
También se utiliza como método de diagnóstico la radiografía de colon por enema con doble contraste: mediante el uso de solución de bario y la introducción de aire, se puede visualizar todo el colon y el recto con diferentes placas radiográficas.
Entre los estudios más avanzados se encuentra la colonoscopía virtual, que se realiza a través de una tomografía computada de última generación.
En cuanto a los tratamientos, se encuentran la quimioterapia oral, mediante la administración de cápsulas, con igual resultado que la terapia endovenosa pero que ofrece una mejor calidad de vida y mayor comodidad para el paciente, ya que se puede tomar en cualquier lugar y no se necesitan equipos especiales.
También existen nuevos tratamientos con anticuerpos monoclonales, drogas logradas en base a la ingeniería genética que hace que se ataque solo a las células malignas y se preserve a las sanas por lo que se logra una mayor sobrevida. Este tratamiento se suele combinar con quimioterapia.
AUNO 28-08-08 MS/EV