Carlos Rodríguez, más conocido como Boom Boom Kid, se presentó en Lomas de Zamora en el marco de su gira “Verano Tour 2009” y frente a un auditorio lleno para mostrar su nuevo material discográfico de edición limitada, “Benjui Jamboree”, que “sólo será distribuido en formato vinilo y luego por celular, antes de salir en CD”, según indicó el cantante entrevistado por AUNO.
El ex Fun People enloqueció a cientos al interpretar viejos temas de la banda disuelta a fines de la década pasada y algunos adelantos de su quinto álbum de estudio de su nueva etapa como solista, durante un show que no ocurrió en horario matiné, como acostumbra, sino a las 20.
En ese contexto, AUNO tuvo la oportunidad de tener con él una entrevista llena de colores en la que, entre otras cosas, se definió como “un animalito, una cosa rara” y se diferenció de quienes “usan la música para ofender”.
—¿Cree que su música es formativa, en un sentido cultural y político?
—No, mi música es deformativa en todo sentido. Mi intención es deformar porque hay cosas que creo que no están bien en este mundo. Por ello soy todo lo contrario a un formador. En verdad no soy nada, simplemente la música es una pastilla tranquilizante para mí.
—¿Toma la expresión musical como una forma de militancia política?
—No, no lo hago. Pero quiera o no, termina siendo un “sí”, ya que no lo puedo evitar.
—Usted suele cruzar varios géneros en un mismo disco o, incluso, en una misma canción, ¿discrimina a alguno?
-No, mientras no agredan a nadie, no. También hay gente que utiliza la música para ofender a otros que tienen la piel de otro color, porque vienen de un lugar en particular o la utilizan para decir cosas que para mí son desubicadas. Y hay otros que la usan para demostrar cuán racistas son o cuán odiosos se muestran.
— Y en la misma línea, ¿por qué, muchas veces, mezcla el castellano y el inglés en un mismo tema?
—En realidad no los mezclo. No es puro inglés y no es puro español en un mismo tema, es más bien un “tum tum”. Esta forma de combinar los idiomas los tomé de influencias de cantantes como Nat King Cole, que quería cantar en español y era norteamericano, o Trini López, que tiene una cultura diferente. También está Matt Monro, que siempre cantaba en otro idioma al suyo. Esas combinaciones me resultaron graciosas, y las tomo porque me gustan, es una continuidad con esos artistas. Aunque claro que mi música es más berreta.
— Al ser un músico independiente y autodistribuir sus materiales, ¿cómo logra que su música llegue a otras escenas del under mundial?
—Utilizo el correo, la gente que va y que viene; y nosotros mismos, cuando vamos a esos lugares a tocar, repartimos los discos.
—Y en los casos en que no los distribuye usted, ¿le disgusta ser pirateado?
—No, nunca tuve problemas con eso. Pero sí hubo casos de, por ejemplo, un chabón que es dueño de una rockería y piratea mis discos, y luego voy a ofrecerle algunas remeras para venderle y él me dice “no” o no me quiere pagar lo que es justo. Hay gente como esa: mala. Pero con el asunto de internet y el hecho de poder bajar música sin autorización de forma gratuita y que la esté escuchando un flaco en Japón, eso me parece perfecto. De otra manera, yo no podría llegar a esos lugares.
— Con más repercusión y reconocimiento que hace diez años ¿tiene más beneficios para producir sus discos?
—Ahora conozco a mucha gente que graba de forma independiente, amigos. Creo que son cosas muy buenas y eso me da la posibilidad de grabar en muchos lugares diferentes. De hecho, mi nuevo álbum tiene grabaciones hechas en Estados Unidos, Brasil, en bastantes lugares.
—¿Cada personaje (Miss Muerte, Il Carlo, Nekro, Boom Boom Kid) a lo largo de su carrera como cantante, representa un horizonte musical diferente?
-No. Es un estado de ánimo diferente y el boludeo de uno mismo. A mí gustan mucho los cómics y entonces juego con eso, con cambiarme los nombres. También me gusta David Bowie, al igual que Lee Perry, que en todos los discos cambia de nombre.
— Hablando de cambios, ¿sintió uno en su público desde los primeros años de Anesthesia a Fun People, y ahora con BBK?
—Salvo cinco o seis personas que siempre se encuentran en el frente de los recitales, los demás, el público, siempre cambia. Desde el primer disco que saqué como BBK fueron cambiando, y los que quedan son aquellos que a mí me interesa que estén. Eso me hace feliz.
BOOM BOOM KID REMASTERIZADO
—En entrevistas anteriores usted dijo: “Pienso hacer lo que sea para que se conozca lo que hago, mientras sea libre”. Entonces, ¿qué tan lejos estaría dispuesto a llegar para lograr que se conozca lo que hace?
—No tengo problemas en ponerme en bolas para hacerlo, jaja…
—¿Qué relación tiene con las grandes industrias musicales?
—Yo pertenezco a la industria musical, soy parte de ella, sólo que a una pequeña. Por el momento estoy cómodo de esta forma.
— En otra ocasión, consideró que usted y su banda son “unas personas muy pacíficas, en el sentido de que no andamos agarrándonos a las piñas. A veces no es porque no querrámos, sino porque nos contenemos. Por suerte tenemos el arte para volcar todo esa energía negativa, y transformarla en algo superpositivo”. ¿Cómo logra esa transformación?
—Aprendiendo, dándome la cabeza contra la pared por cosas que no funcionan bien en este mundo; aprendiendo siempre de eso. Es una cosa de la vida misma, algo que uno lo tiene incorporado. Yo vivo en Zanadú, ese lugar donde todos quieren ir, un lugar donde llueve y jamás se moja, donde el reloj da marcha atrás, donde el viento dice: “Hay amor”. Ahí vivo yo, la mayoría de la gente no. Yo estoy en un nivel donde me permito hacer esas cosas, siempre respetando la vida de cada uno. Me concentro en las cosas positivas de la vida.
—Dice que a veces que no es un adulto, entonces ¿qué es?
—Es que no soy un adulto, tampoco un niño, soy un animalito, una cosa rara.
—¿Cuales son sus sueños dentro de la banda?
—Con la banda: seguir tocando, seguir expresándome. Y dormir en Xanadú todas las noches.
PL-LP-AFD
AUNO-05-03-09
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