Lomas de Zamora, noviembre 12 (AUNO).- En una nueva edición del Clásico del Sur, Banfield y Lanús empataron sin goles y desaprovecharon una buena chance de salvar el semestre irregular que protagonizan en la Superliga con una victoria sobre el tradicional rival de barrio.
A menos de una hora para que comenzara el partido las calles que acercaban a la cancha lucían repletas de hinchas con camisetas del ‘Taladro’. La escena se multiplica esquina tras esquina.
A poco más de media hora, en los accesos al Florencio Sola todo era verde y blanco. Una hilera de media cuadra para entrar las plateas. Y otra similar, de unos 50 metros, para ingresar a la popular que da a la calle Gallo. Estaban quienes tenían su entrada en una mano y sostenían a sus hijos con la otra a la espera de avanzar unos pocos pasos. También estaban quienes a último momento aguardaban para juntar el dinero para comprar un ticket en la boletería. Y estaban quienes, ya distendidos, paseaban por los stands apostados sobre Arenales o elegían refrescarse con una bebida y comer algo antes de la gran cita.
Dentro de la cancha el clima era completamente distinto. La distensión de afuera se transformaba en euforia. Los cantitos se incrementaban con el paso de los minutos mientras los futbolistas hacían la entrada en calor en el terreno de juego.
17.41. Los equipos formaban una hilera y se disponían a ingresar a la cancha. Las tribunas estallaron al compás de tradicional “Banfield mi buen amigo. Esta campaña volveremos a estar contigo…” que cae desde cada sector. En sintonía, los centenares de globos verdes y blancos que adornaban la Mouriño le dieron un marco memorable.
Cuatro minutos después el árbitro Dario Herrera dio el pitazo inicial y el ‘Lencho’ Sola entró en punto de efervescencia.
A los dos minutos de juego llegó la primera jugada clara del encuentro. El delantero de Lanús Marcelino Moreno envió un centro al área que conectó con certeza Sebastián Ribas. Pero su intento da en el palo derecho del arquero Mauricio Arboleda y en el rebote Lautaro Acosta marca el primer gol de la tarde. Pero rápidamente el asistente Juan Pablo Belatti invalidó la jugada por una posición adelantada que no existió.
El clásico siguió en modo frenético pero sin llegadas claras a las áreas. El aliento de los hinchas hizo que su equipo fuera en busca del primer gol para abrir el marcador, pero los los dirigidos por Julio Falcioni, sin creatividad, chocaron constantemente contra la defensa de Lanús.
El visitante manejó mejor la pelota, pero cuando llegó a zona de definición le sucedió la mismo que a Banfield: falta de creatividad para hilvanar el pase final.
A los 13 minutos de juego llegó la segunda jugada clara para Lanús. Ribas, otra vez, volvió a tener en su cabeza la posibilidad de romper la paridad pero esta vez, en total libertad y a centímetros del área chica, se perdió una muy buena chance al enviar la pelota por arriba del travesaño.
Las llegadas del ‘Granate’ provocaron un click en la cabeza del ‘Taladro’, que adelantó su defensa para intentar anticipar cualquier jugada que pasara por los pies de Acosta, Ribas o Moreno.
A los 26 del primer tiempo, Cvitanich tuvo en su pie derecho la primera jugada de riesgo de cara al arco de Matías Ibáñez, pero su remate se fue por arriba del travesaño en la primera reacción positiva del local.
Pocos minutos después, Adrián Calello recogió un rebote sobre el borde del área grande y convirtió un golazo para desatar el descontrol en las tribunas, pero el asistente Yamil Bonfa, en un acierto milimétrico, ya tenía en levantada la bandera por una posición indebida previa de Cvitanich.
Ya en el complemento pasaron pocos minutos para que Lanús volviera a tener otra chance de gol: el defensor Marco Torsiglieri tuvo en su pie izquierdo la oportunidad de convertir el primer gol tras una mala salida de Arboleda pero su tiro se fue desviado.
El local respondió rápido con una jugada creada desde la banda izquierda por Nicolás Silva, quien intentó desde afuera del área pero en el trayecto el tiro dio en un defensor rival y cayó justo en la posición de Cvitanich, quien se apresuró y su cabezazo quedó en la manos de Ibáñez.
Banfield mejoró con el paso de los minutos pero siguió sin poder crear esa jugada que los pusiera arriba en el resultado. En este lapso contó con dos buenas jugadas de gol: Danilo Ortiz falló un cabezazo y Luciano Gómez no pudo aprovechar una desatención de la defensa y su remate débil fue desactivado por Ibáñez.
A los 21 de la segunda etapa, Pasquini entró en diagonal al área mayor y sacó un zurdazo que se fue muy cerca del poste izquierda de un Arboleda que nada podía hacer para impedirlo.
Pasquini volvió a tener protagonismo en la tarde enseguida con un tiro libre en el borde del área, tras una falta de Renato Civelli a Acosta, que dio justo en la unión del palo con el travesaño y se fue por arriba. El “uh” y las manos agarrándose la cabeza de los hinchas locales hizo notar que acababa de darse la
jugada fue la más clara para Lanús en la tarde.
A los 33, Cvitanich pivoteo, giró y, tras dejar atrás a su marcador, envió un centro bajo para la entrada de Julián Carranza, quien acababa de entrar y no llegó a conectar. La jugada siguió, la pelota le cayó a Nicolás Bertolo que asistió a Gómez, pero el juvenil volvió a rematar débil a las manos de Ibáñez.
El partido se consumió. Herrera dio el pitazo final de un clásico que dejó a los dos con la sensación de que podían haber hecho algo más para ganarlo. Los simpatizantes despidieron al equipo con un aplauso, pero en sus caras se percibía la frustración por haber dejado pasar una chance para mejorar un semestre irregular de los dirigidos por el ‘Emperador’ Falcioni.
Poco a poco las más de 20 mil personas que poblaron el ‘Lencho’ Sola se fueron dispersando hacia sus casas. En las escaleras se oyeron todo tipo de comentarios que sintetizaron cómo se jugó y se vivió el clásico. “Este era un partido para ganarlo”.
AUNO 12-11-18
GA-MFV