AUNO fue una idea genial y a la vez una solución manual a un problema. La Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ buscaba tener un medio propio y la llegada de una radio (la idea en ese momento) se demoraba. Entonces, un grupo de docentes de periodismo pensó en una posibilidad más viable en lo inmediato, que además sería algo fundacional: propusieron armar la primera agencia de noticias de una universidad en América Latina.
Dos de los profesores, Daniel Míguez y Daniel Casal trabajaban en una agencia nacional (NA), y Eduardo Videla era parte de la redacción de Página/12. La idea fue aceptada por el decano Miguel de Luca. La actividad podía arrancar enseguida porque escenario y utilería estaban disponibles: el aula donde se daban la clases de periodismo gráfico con sus máquinas de escribir de la época.
Varios alumnos con intenciones fuimos los primeros redactores. El nombre se resolvió en una mesa del bar de la facultad. Una idea era que el nombre se armara con una sigla que a la vez fuese una palabra. Por un rato prevaleció DAR: Difusión de Acontecimientos Regionales. Pero de impuso una sigla “autoexplicable”, AUN, la Agencia Universitaria de Noticias.
El primer día de AUN debe haber sido un sábado, que en aquella época era el día fuerte de las cursadas en le facultad: iba todo el mundo. La agencia también funcionaba otros dos días a la semana. Las secciones se organizaron por municipios (Lomas de Zamora, Almirante Brown, Esteban Echeverría y Lanús) y Deportes aparte.
La agencia en los primeros años
Fue una idea redonda para la época, porque cubría dos necesidades. Era el lugar natural para la “práctica real”, el complemento pedagógico de las materias de periodismo escrito. Es el espíritu que se mantuvo hasta hoy.
Pero también satisfacía una demanda externa. En el Conurbano era la época de las radios comunitarias, que tenían la necesidad de transmitir información local que el servicio de AUN les proveía. Esa radios, el diario La Unión de Lomas (ya casi centenario en esa época), y otros medios gráficos de la zona fueron nuestros primeros abonados.
Año 1990. El material, los cables de la agencia, se hacían por triplicado con unos carbónicos y se sumaban algunas fotocopias para llegar a la cantidad de abonados. Se armaba la pilita de papeles para cada medio (cada uno de los tres días se hacía un servicio lo más completo posible) y los mismos redactores salíamos en bondi o con la bici a repartir domicilio. Lográbamos que el material llegara en el día.
Con las computadoras llegó el rezo para que lo que escribíamos en la pantalla negra con letras naranjas saliera por la impresora, en esas hojas formulario con los agujeritos. Para esa época la agencia ya había agregado una sección de La Matanza. Había muy pocas universidades en el Conurbano y el caudal de estudiantes que venían de esa zona era muy grande.
En 1997 llegaron las novedades: se ampliaron las instalaciones y hubo cambio de nombre. Como se había agregado un área de consultoría, se agregó la “O” de AUNO.
Más adelante, para ampliar el panorama, se sumó la sección Educación y otra con la temática emergente en ese momento: Tercer Sector.
Los 20 años de AUNO
La crisis del 2001 fue el momento más duro, pero la agencia la superó con esfuerzo. Con la recuperación del país,
Internet y los cambios en el ecosistema de medios empujaron a la agencia a una transformación inevitable. Es la que todavía estamos viviendo. De abastecer a un grupo de abonados, pasó a ser un medio abierto, con su portal web. El espíritu de “agencia” como productora de noticias generadas por estudiantes con objetivos de formación profesional, se mantuvo firme.
Otros hito fue la realización de la revista El Cruce, con producciones de mayor aliento dedicadas a la promoción de las políticas inclusivas, los Derechos Humanos, la Diversidad y la cultura digital.
En los últimos años AUNO, fue una usina de actividades vinculadas con las nuevas herramientas y narrativas periodísticas. Fue parte de la Semana Transmedia, conformó un equipo de Periodismo de Datos y lanzó Crisálida, un proyecto de integral sobre violencia de género y femicidios. Además de organizar charlas sobre las prácticas periodísticas más y las claves para la inserción en el mundo laboral.
Desde el principio, a través de sus pasantías, AUNO fue el vehículo para la llegada de decenas de alumnos a diferentes medios de comunicación, donde desarrollaron su profesión. La agencia también fue inspiradora de muchos proyectos en la campo de la comunicación alternativa.
Las periodistas de AUNO en la firma a favor del aborto legal
Lo que hacemos en el presente, 28 años después de aquella chispa, lo pueden ver día a día en nuestra página y en nuestras redes. Están todxs invitadxs.