Artistas, locos, pero no criminales

Con el objetivo de desterrar el estigma social que pesa sobre los enfermos mentales, el “Tren por los derechos Patas Arriba” realizó una primera recorrida por varias estaciones de la zona Sur del GBA a bordo del Ferrocarril Roca. Música, teatro y juegos fueron la manera de demostrar que «el encierro no cura» y que «el tratamiento efectivo se en la comunidad explicaron los organizadores de la jornada.

Lomas de Zamora, noviembre 14 (AUNO).- Para poner de manifiesto que la salud mental es un derecho y desterrar el estigma social que padecen los pacientes neuropsiquiátricos se realizó el primer “Tren por los derechos Patas Arriba”, un recorrido por las estaciones de la zona Sur, a bordo del ferrocarril Roca.

Una radio abierta de La Colifata, donde participan internos del Hospital José Tiburcio Borda, arrancó la jornada desde temprano. Dos parlantes en el hall de Constitución amplificaban las voces y la música de los pacientes devenidos en estrellas de la radiofonía en la señal que lleva 20 años en el aire.

A los costados del estudio improvisado había muestras fotográficas, obras de teatro y pintura de remeras con el logo del Patas Arriba, la red que busca la inclusión y la ampliación de derechos de las personas con padecimientos mentales.

En 2010, la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental fue un gran paso para avanzar en contra de la discriminación y el estigma social que sentencia al enfermo mental a padecer el encierro. “Antes no había ninguna legislación de carácter nacional, todo estaba basado en la adhesión a tratados internacionales”, explicó a AUNO Carmen Cáceres, miembro de la Asociación por los Derechos en Salud Mental (Adesam).

“A partir de esta norma –continuó—se va a tender a la desaparición de los hospitales monovalentes, ya que se deja de lado la internación crónica. El encierro no cura; la libertad es lo que los ayuda a mejorar”

Ése es el espíritu del Patas Arriba, que ya realizó varios recorridos hacia el Oeste del Conurbano bonaerense, en el ferrocarril Sarmiento, pero esta vez cruzó el Riachuelo hacia el Sur. La idea sobre la cual se basa es originaria de Italia y es conocida como “Sottosopra”.

La definición de los que llevan adelante “El Patas” la dio la presidente de Adesam, María Rosa Riva: “Somos un grupo de delirantes los que arrancamos con esto, y buscamos dar vuelta un orden, ocupar el espacio público para difundir esta problemática”.

Llegado el mediodía, “la caravana de los locos” arrancó rumbo a la estación de Remedios de Escalada para compartir un almuerzo en la Universidad Nacional de Lanús. El viaje en tren no resultó ajeno a la movida cultural: teatro participativo con los pasajeros fue el plato principal del trayecto.

Pero no sólo hubo tiempo para comer, ya que también la cultura volvió a estar presente: recitales, juegos, y yoga sirvieron para tirar abajo prejuicios y diferencias instaladas en la sociedad.

“Para curar a un paciente no sólo es necesario el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico, sino también el acceso a los bienes culturales, a un trabajo, a una casa”, aseguró Cáceres y manifestó que “en algunas historias de vida hay que recuperar el aspecto social, en otras es enseñarles por primera vez a manejarse en el mundo”.

Al respecto, Agustina Pelatelli, una de las terapistas ocupacionales de Adesam, detalló los pasos que siguen los pacientes: “Comienzan con los Talleres Intrahospitalarios, en el que ven cosas básicas como tomar un colectivo o comprar un caramelo. Una vez que logran el alta médica entran en lo que sería la Externación, donde pasan a vivir en casas de convivencia con otros pacientes, pero continúan el tratamiento”.

Digestión mediante, la caravana volvió a subirse al tren y emprender la última parte del recorrido. El destino final era Temperley, para concluir la jornada en el Centro Comunitario Libremente que brinda cursos y talleres de danza, teatro, música, fotografía, entre otras actividades, una manera de demostrar que la rehabilitación de un enfermo mental se hace dentro de la comunidad.

Una vez arribados a la Plaza Tomás Espora, los participantes del Patas Arriba fueron recibidos por la murga Los ruidosos de enfrente y por el grupo Metangorfosis, que estaban rodeados por cuadros de diferentes artistas plásticos del distrito.

Dirigidos por los bombos y redoblantes, pacientes, médicos y familiares caminaron hasta Libremente para finalizar una jornada que no dejó a nadie afuera y que debutó en el Sur con un objetivo nada menor: cambiar la consciencia de la sociedad y tirar por la borda el estigma del loco como un ser peligroso, salvaje y violento.

PT-LDC
AUNO-14-11-11

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