Presos de Ezeiza adiestran perros para servicios sociales

A través de una prueba piloto de «Huellas de Esperanza», un grupo de reclusos adiestra cachorros para asistencia a discapacitados.

Un programa en el penal de Ezeiza conjuga servicio social, reinserción laboral para los internos y amor por los animales. A través de “Huellas de Esperanza”, un grupo de reclusos adiestra perros para que se desempeñen como animales de asistencia a discapacitados.

Se trata de una prueba piloto que se implementa desde principios de 2011 en la Colonia Penal Nº19 y consiste en enseñar a los internos el oficio del adiestramiento canino para que se desempeñen como perros de servicio social.

Para el proyecto fueron seleccionados tres internos cuyos perfiles son adecuados para desarrollar tareas que requieren paciencia, tolerancia, persuasión y fundamentalmente que amen a los animales.

Los tres internos trabajan en conjunto con dos adiestradores egresados de la UBA, un médico veterinario, un asistente social y una psicóloga para que tres cachorros aprendan diferentes tareas inherentes a la asistencia de discapacidades (motrices, auditivas y visuales) en el transcurso estimado de un año.

Esta capacitación sería una posibilidad concreta para que los presos tengan una oportunidad de reinserción en la sociedad con una profesión digna. Y les permite beneficiarse con los efectos del vínculo emocional establecido con los animales.

Los próximos perros que participen del programa serán de la red de refugios de Adopción Pedigree, los cuales en su mayoría han sido abandonados.

El programa está a cargo del Servicio Penitenciario Federal, en conjunto con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y en convenio con la asociación SOS Vida presidida por el doctor Juan Romero Adopción Pedigree y la fundación Camila Dragone.

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