“Ciudad sucia con voces enterradas,
te vamos a limpiar con pinceladas,
que dejó tu lucha en las miradas”.
Esa frase escrita sobre un cartel logra describir a Anahí Benítez, una combinación entre arte y lucha. Más allá de las diferentes formas en que sus amigos y familiares la recuerdan, cada uno de ellos destaca su solidaridad ante las injusticias y su gran talento para la pintura.
Esta adolescente idealista, independiente y sorora muchas veces pasaba desapercibida para los profesores de la Escuela Normal Antonio Mentruyt (ENAM) de Banfield, que recuerdan que tenía un “perfil muy bajo” durante las clases. Sus familiares coinciden en que era tímida y prefería no llamar la atención. Quizás por eso, usaba la “ropa enorme” de su hermano David.
Otros rasgos que recuerdan de ella son su alegría y su sonrisa, “una virtud muy destacada y bella”. De hecho, en las fotos que se difundieron durante los días que estuvo desaparecida, se la ve con una sonrisa amplia y natural.
A un año de que la Policía encontrara el cuerpo de Anahí en la Reserva Natural de Santa Catalina de Lomas de Zamora, sus amigos, profesores y familiares contaron a AUNO cómo la recuerdan:
Su amiga, Quimey Barrera
“Anahí fue una de las primeras pibas que conocí cuando entré a la escuela. La encontré en una actividad que se hizo por el conflicto docente y nos pusimos a hablar de que a raíz de eso que estaba pasando, que era totalmente injusto, estaba floreciendo la lucha, el arte y la cultura en los pibes y los adultos.
También hablamos de la lucha que el feminismo estaba protagonizando. Yo me estaba iniciando en el tema, estaba en la etapa en que empezás a ver todo como realmente es. Hablé con ella y me estalló el bocho. Ahí empezó nuestra amistad.
Lo que destaco de la gente del ENAM es el hecho de ser solidaria. La hermandad y la sororidad es algo fundamental en la lucha. Anahí era una artista espectacular que tenía conciencia sobre todas las injusticias del mundo y luchaba por cambiarlas. Su arte, su conciencia y su conocimiento, es algo que rescataba mucho de ella. Era una piba muy talentosa y muy inteligente, y su sonrisa era una virtud muy destacada y bella”.
Su hermano, David Rocco
“Era una persona con un perfil muy bajo, pero alegre y compañera. Nos llevábamos bastante edad, pero siempre nos veíamos y yo trataba de que no le falte nada, de estar con ella y acompañarla.
Anahí iba a marchas por cualquier injusticia que había. Siempre dibujaba alguna bandera o un cartel y acompañaba. En sus cuadros trataba de reflejar lo que pensaba y sentía. A veces era difícil descifrarlo, porque los artistas son así, pero Anahí era muy talentosa: lo hacía todo a mano alzada y no copiaba nada. Capaz empezaba con una línea y terminaba con la cara de una persona.
Era independiente, tímida y cabeza dura. No quería problemas y quizás se guardaba un poco las cosas. Se la extraña mucho. Fue una pérdida muy grande.”
Su profesor de geografía, Roberto Pazos
“La recuerdo siempre sonriente y con ganas de dibujar y pintar. Cada vez que había que hacer una bandera o algo para un acto, la buscaban a ella. Era muy buena alumna, tenía buenas calificaciones y estaba siempre atenta. Estaba muy integrada al grupo y tenía una buena relación con sus compañeros. Siempre estaba vestida sencilla, con un camperón verde. Era una chica que pasaba desapercibida porque tenía un perfil muy bajo.
Recuerdo que participó de una marcha que se hizo para pedir justicia porque la Policía había entrado al colegio y había intentado llevarse detenidos a dos chicos. Ella sentía bronca porque era muy apegada a uno de ellos. Para la movilización hizo esa pintura que decía ‘Las balas que vos tiraste van a volver’. Fijate que no eligió cualquier frase. Su imagen quedó inmortalizada en la foto que le sacaron ese día.”
Su mamá, Silvia Pérez Vilor
“Anahí era una chica espectacular, tanto por su inteligencia como por su arte y su preocupación por los demás. Tenía una madurez mucho mayor a los chicos de su edad.
Se vestía de manera austera, con la ropa enorme del hermano, porque le gustaba pasar desapercibida. Siempre andaba en su mundo y no quería que se notara su presencia.
Vivía para el arte y defendía desde las causas más pequeñas hasta las más importantes. Me pedía que no pise las hormigas porque tienen derecho a vivir, pero también era capaz de enarbolar una bandera y estar en una marcha bajo la lluvia cuando sentía que se vulneraba algún tipo de derecho. Era muy idealista. Uno que ya es más grande sabe otras cosas, pero ella quería un mundo mejor y era parte de eso.
Fue un honor para mí ser su madre. Tener a una hija como Anahí es un honor”.
AUNO-4-8-18
PC-SAM