Un triunfo agónico que invita a creer

Con un cabezazo de Víctor López sobre el final, el “Taladro” le ganó 3-2 a Boca en la Bombonera y consiguió un triunfo vital para escaparle a la zona de Promoción. Fue la primera victoria como visitante en el torneo y cortó una racha de ocho años sin triunfos en La Boca. «Lo importante es que vamos sacando los puntos que necesitamos y que el grupo está cada día mejor», destacó el entrenador Julio Falcioni.

Mariano Verrina

El desahogo final del público que estaba allá arriba, en esa segunda bandeja empinada que da al Riachuelo, responde a varias situaciones. La más inmediata tiene que ver con el momento, con ese guiño que le dio el reloj y le permitió tener la última chance en un partido muy parejo en el que el equipo de Falcioni había hecho un poco mejor las cosas. Llegó el tiro de esquina, el despeje derivó en Ariel Broggi, que tocó su primera pelota en el partido, y sacó un zurdazo fuerte, con rosca ideal para los que entraban al área de frente y traicionero para los que intentan rechazar. Fue Víctor López el que aprovechó la mala salida de Abbondanzieri, metió la cabeza y salió a gritar el 3-2. Era lógico el desahogo.

Pero había más. Porque en esa descarga se incluían las victorias de Racing y de Rosario Central, rivales directos en la lucha por zafar de la Promoción. También estaba contenido el grito fuera de casa, ya que el “Taladro” no había podido sumar de a tres como visitante en todo el torneo. Y el hecho de poder volver al triunfo en la Bombonera, luego de ocho años sin poder hacerlo y con ese penal que convirtió Lucchetti en 2001, muy lejano en el tiempo.

“Tengo una alegría muy grande porque conseguimos una victoria importantísima. Intentamos ganarle a Boca desde el principio y por suerte lo logramos”, resumió el entrenador de Banfield, Julio César Falcioni, luego del valioso triunfo, que a su vez significó su primera victoria en La Boca. “Lo importante es que poco a poco vamos sacando los puntos que necesitamos y que el grupo está muy bien”, explicó el DT y subrayó el gran momento que atraviesa la pareja de ataque conformada por los uruguayos Sebastián Fernández y Santiago Silva. “Es una dupla interesante. Realmente son buenos y es muy positivo que los goles los hagan ellos”.

Justamente en los delanteros empezó a armar esta victoria Banfield. Silva, la figura del juego, pivoteó a la perfección y estuvo preciso en el cara a cara con el “Pato” Abbondanzieri para poner el 1-0 con un buen control de derecha e inmediata definición con el mismo botín luego de una veloz jugada entre Santiago Raymonda y Fernández. El único lunar del “Tanque” se dio casi sobre el final del partido cuando, notablemente cansado, desperdició otro mano a mano frente al arquero de Boca.

Su compinche en ofensiva y en la vida, es el petiso Fernández, un delantero insoportablemente movedizo para la defensa rival. Va por los dos costados sin problemas de perfil y en la noche del domingo volvió a aportarle gol a su repertorio. Puso el 2-1 con un derechazo seco, a un costado, tras un perfecto pase de Walter Erviti.

A los uruguayos hay que agregarles algunos otros intérpretes que pusieron los suyo para volver felices de La Boca. Raymonda y Erviti, principalmente. Porque ninguno de los dos la rompió pero, como se les suele pedir, aparecieron con pincelazos que cambiaron la monotonía del partido.

El zurdo le dio esa precisa encomienda a Fernández para el segundo gol, y el “Pato” hizo lo propio con un gran pase entre líneas para Silva –con el juego 2-2- en la jugada que el “Pelado” no pudo conectar bien de emboquillada.

Fue un triunfo bien grande el de Banfield. Por el rival –a pesar de estar en otra cosa, Boca puso un equipo con grandes individualidades-, por la circunstancia –habían ganado los competidores directos en la lucha por evitar la Promoción-, por el contexto –volvió a sumar de a tres en la Bombonera luego de ocho años y encima lo consiguió en el último minuto- y por envión anímico para lo que resta. Ya se empieza a notar la mano de Falcioni y este segundo triunfo al hilo sirve para seguir enderezando un camino que parecía empeñado a torcerse cada vez más.

AUNO-04-05-09
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