A partir del 10 de diciembre, el oficialismo bonaerense tropezará con mayores dificultades en la Legislatura provincial. Tras perder la mayoría en ambas cámaras y luego del éxodo de algunos legisladores a las filas del peronismo disidente, el kirchnerismo tendrá que convivir en igualdad de condiciones con el Acuerdo Cívico y Social. Ante este panorama, las esperanzas de la tropa legislativa del gobernador Daniel Scioli están puestas en la fragmentación de los bloques opositores, una clásica ventaja del kirchnerismo.
Hace ya varios meses que Scioli se acostumbró a gobernar sin mayoría en la Cámara baja. El alicaído espíritu kirchnerista tras la derrota en las elecciones legislativas del 28 de junio desembocó en una diáspora que dejó al bloque del Frente para la Victoria-PJ con 46 diputados sobre 92, es decir a un voto del quórum propio. Pero el mes próximo quedará con 36 bancas y para el gobernador ese será el fin del sueño legislativo que todo partido político persigue, el de votar sin necesitar de los adversarios.
Instaurado como primera minoría, el oficialismo tendrá altas probabilidades de retener la presidencia y la vicepresidencia primera de la Cámara, así como la mayoría de las comisiones, pero deberá compartir cargos con el Acuerdo Cívico y Social. La fuerza que lidera Elisa Carrió junto al radicalismo también contará con 36 legisladores, y el acceso a la titularidad de algunas comisiones sería una de las condiciones que pondría esta fuerza para ser más flexible a la hora de negociar.
Sin embargo, el Acuerdo Cívico estará dividido en los bloques del ARI/Coalición Cívica, el GEN de Margarita Stolbizer, la UCR, y el Confe del vicepresidente Julio Cobos. La abierta disputa entre Carrió y Stolbizer luego de los comicios cristalizó el divorcio de “lilitos” y “margaritos”, quienes formaron bloques independientes entre sí. Éstas desinteligencias ya habituales en la oposición le dan a Scioli la esperanza de conseguir el oxígeno que creyó perdido luego del 28 de junio.
En tanto, la bancada del PRO negocia con el peronismo disidente la conformación de un único bloque llamado Unión PRO. Si esto se concretara, los hombres de Francisco De Narváez, Felipe Solá, y Joge Macri sumarían 19 diputados y alcanzarían así a ser la tercera minoría de la Cámara. Si la iniciativa se cayera, aparecerá una nueva luz para el sciolismo en las grietas de la oposición.
Si bien los enredos opositores ofrecen cierta ventaja al gobernador, los proyectos más polémicos podrían encontrar de todas formas algunos escollos. “Con el impuestazo, la oposición estuvo a un voto de dejarlo sin quórum, pero lo salvó un cobista”, ejemplificó una fuente legislativa en diálogo con AUNO, en alusión a la votación de la reforma fiscal impulsada por el gobierno bonaerense. Si con 46 diputados la sesión corrió riesgo, las divisiones a partir de diciembre no garantizarán un mejor horizonte para cuando el oficialismo tenga 10 bancas menos.
OTRA CÁMARA, MISMO PANORMA
De las 46 bancas que conforman el Senado bonaerense, el Frente para la Victoria-PJ retendrá 19 después del 10 de diciembre, una diferencia muy significativa con respecto a la holgada mayoría de 32 senadores que mantiene actualmente. Pero también aquí el oficialismo espera que las desavenencias en el seno del Acuerdo Cívico le jueguen a favor: la segunda minoría y principal fuerza opositora contará con 19 senadores que, al igual que en Diputados, estarán divididos en varios bloques. Y es que el frente abierto entre Carrió y Stolbizer caló hondo en ambas cámaras. Pero también aquí las rupturas podrían no ser suficientes: la reforma fiscal en la Cámara Alta fue aprobada con 28 votos a favor y 12 en contra provenientes, ni más ni menos, que de los bloques del ARI, el GEN, y la UCR.
También aquí Unión PRO tratará de organizarse para contar con mayor presencia parlamentaria. Los peronistas disidentes y el macrismo bonaerense tratan de unificar sus bancadas para conformar un único bloque de siete senadores. Uno de los pocos motivos para que esto no prospere sería la especulación política de cara a 2011: tanto Solá como el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, ambos representados en esas bancas, tienen aspiraciones presidenciales. Construir a la par de un eventual adversario en el distrito más populoso del país nunca les pareció buen negocio a los políticos argentinos.
PS-AFD
AUNO-06-11-09
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