Hace una década, el anhelo de un grupo de vecinos que fundaron un club en una barriada obrera del Sur del Gran Buenos Aires estuvo a punto de truncarse para siempre. Es que el 2 de noviembre 1999, la Justicia decretó la quiebra de Talleres de Remedios de Escalada por las numerosas deudas que acumulaba la entidad y que la colocaron al borde del remate. Ese calvario, que se extendió por nueve años, un mes y 27 días, finalizó en diciembre de 2008, con el pago de una última tasa judicial que posibilitó que la institución volviera a estar en manos de sus socios. Luego, una Asamblea resolvió que Sergio Míguez, antiguo titular de la Comisión de Apoyo, asumiera como presidente y que el club comenzara a vivir nuevos sueños.
Luego del levantamiento de la quiebra en diciembre de 2008, Talleres volvió a quedar en manos de los socios. Desde la asunción de Míguez, la Comisión Directiva trabaja en un proyecto a nivel institución que no se limite sólo al fútbol, sino que también recupere las diversas actividades que el club supo desarrollar a lo largo de su historia.
“Debemos realizar una reorganización interna. Hace diez años que Talleres no tiene dirigencia y por eso queremos formar dirigentes que apunten a desarrollar un función social, a través de actividades que queden fijas para el socio”, comentó el presidente.
La crisis de Talleres se inició en noviembre de 1996, cuando el juez José Durañona decretó un concurso preventivo de acreedores y designó a un síndico para que se hiciese cargo del manejo del club. En 2003, apareció la figura de la Comisión de Apoyo, integrada por ex dirigentes y socios, que ante el estancamiento del expediente judicial decidieron tomar una participación activa y solicitaron una audiencia con el magistrado, que les notificó que el club estaba a punto de rematarse.
“Nosotros no teníamos información sobre lo que pasaba en el club, pero veíamos que no había avances, por eso nos pusimos en acción. Ante esas dificultades decidimos hablar con el juez y nos llevamos la sorpresa de que el remate era inminente”, explicó Míguez.
Ante los pedidos de la Comisión de Apoyo, Durañona decidió dejar a cargo de la economía del club a los socios y ex dirigentes. En noviembre de 2008, la Comisión cumplió todas las condiciones que fijaba la ley y levantó la quiebra de la institución. Estas obligaciones pudieron ser canceladas gracias al porcentaje que recibió Talleres en concepto derechos formativos por la venta del delantero de Independiente Germán Denis (surgido en las divisiones inferiores de la entidad de Remedios de Escalada) al Nápoli de Italia.
“Las personas que se quedaron en el club hicieron un esfuerzo titánico. Dejaron todo y lograron cumplir con todos los pedidos que día a día iba presentando el Juzgado. Con el paso del tiempo, las obligaciones eran cada vez más difíciles. De no haber sido por estos socios, no se dónde estaría hoy el club”, resaltó Gerardo Lanata, ex integrante de la Comisión de Apoyo.
Sin embargo, la alegría que inundó a los hinchas de Talleres tras el levantamiento de la quiebra y la reestructuración de la institución fue sacudida por el descenso del equipo a la Primera C: “Sabíamos que era probable el descenso, aunque en todo momento tuvimos la esperanza de salvarnos. Permanecer en la B Metropolitana hubiese sido la frutilla del postre para este proceso”, opinó Míguez.
Talleres, a lo largo de su historia, no sólo fue una cantera de grandes jugadores de nivel internacional como Ángel Bossio, Javier Zanetti, Roberto Pompei y Germán Denis, sino que además ejerció un importante rol social en la zona de Remedios de Escalada.
“El club debe volver a cumplir una función social muy importante. En estos momentos formamos parte de un programa que lanzó la Municipalidad de Lanús llamado ‘Ni un pibe afuera’, que consiste en darle un espacio a los chicos para que en vez de estar en la calle estén acá, en Talleres, desarrollando alguna actividad”, apuntó el dirigente.
Sin bien en la actualidad las actividades que ofrece Talleres no son numerosas por los inconvenientes económicos que intenta superar, las autoridades trabajan para multiplicarlas con el propósito de incrementar la masa societaria. Hoy en día, el club brinda disciplinas como el handball, taekwondo, baby fútbol y una escuelita de básquet.
“Por el momento, tenemos muy pocas actividades, pero estamos en conversaciones con un profesor de educación física porque queremos incorporar más actividades sociales, como el vóley. También vamos a refaccionar todos los gimnasios para brindarles mayor comodidad a todos los que se acerquen”, contó.
Con la vuelta del club a manos de sus socios se recuperó el espíritu que llevó a un grupo de vecinos del humilde barrio “Los Talleres” a fundar “Talleres United Football Club”, el 1 de junio de 1906. Se observan mecanismos más participativos en la administración de la institución. Periódicamente se desarrollan Asambleas que posibilitan que los hinchas puedan estar informados de la situación económica, deportiva y social.
En la última Asamblea Extraordinaria que se llevó a cabo el 2 de octubre los socios dieron a la Comisión Directiva la autorización para negociar con la Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires un porcentaje de las ganancias del Bingo Lanús. Este pedido está relacionado con un monto que las organizaciones sin fines de lucro pueden solicitar al grupo que administra el Bingo, según lo que establece el reglamento de Lotería y Casinos.
“Estamos conversando directamente con la gente de Lotería Nacional para ver si podemos recibir un monto de las ganancias del Bingo. Estamos presentando todo lo que nos piden. A Talleres le correspondería recibir un porcentaje por ser una organización sin fines de lucro, pero sabemos que otros clubes también tuvieron problemas en recibir este beneficio”, reveló.
Los socios e hinchas de Talleres estuvieron a punto de quedarse sin club en 2003, pero el esfuerzo mancomunado de todo un barrio permitió que hoy el club vuelva a estar en manos de sus legítimos dueños, que hoy intentan vivir un nuevo sueño.
MS-SL- NS-LCD
AUNO-13-11-09
deportes@auno.org.ar