Las consecuencias de la pobreza y la marginación social a veces se conducen por medios supuestamente incoloros e insípidos. Un análisis realizado por un colectivo de docentes, alumnos y graduados de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reveló que en el barrio Mariano Moreno de Claypole, Almirante Brown, “el 100 por ciento de los pozos de agua particulares examinados no poseen agua apta para el consumo humano, ya que muestra signos de contaminación microbiológica y físicoquímica”, lo que genera enfermedades en las personas. Para los especialistas y referentes sociales locales que participaron en el relevamiento, el origen de la alteración es el inacceso al tendido de red potable y cloacas.
En el barrio, el grupo “Taller de Aguas” de profesionales universitarios tomó veinte muestras en épocas del año con temperaturas contrastantes: en junio y noviembre. En los días más fríos, “el 88,9 por ciento presentó contaminación fisicoquímica, porque se excedió de los valores permitidos para agua apta para consumo establecidos por el Código Alimentario Argentino en al menos un parámetro”, según determinó el informe, al que accedió AUNO.
Por ejemplo, 11 de 18 pozos superaron los 45 miligramos de nitratos por litro esperables, mientras que 13 estaban por encima de niveles aceptables de turbidez y uno contenía nitritos, considerados altamente tóxicos.
En noviembre, los resultados fueron aún más preocupantes porque la cantidad de casas afectadas ascendió a “94,4 por ciento”, de las cuales una porción equivalente a 88 sobre 100 presentó cantidades de nitratos por encima de lo adecuado. A diferencia del primer muestro, el 6 por ciento de los pozos tenía rastros de amonio.
Paralelamente, la presencia de bacterias coliformes totales resultó “ligeramente mayor” en la segunda toma, mientras que el resto (bacterias totales, coliformes fecales, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosas) mostró “valores mayores” en los resultados correspondientes al período invernal, a partir de los análisis microbiológicos.
Traducida a la vida cotidiana, esta alteración del fluido puede provocar patologías como cólera, hepatitis, poliomielitis, cáncer, metahemoglobinemia y cianosis infantil o síndrome de “bebés azules”.
CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN
Si bien los cerca de 40 biólogos, químicos y agrónomos no examinaron los contaminantes, la presencia de microorganismos indeseables obedece a patrones comunes. “Tiene que ver con los pozos ciegos, porque sus desechos se pueden filtrar al acuífero de donde la gente saca el agua” para beber, cocinar o higienizarse, señaló Carmen Sabio y García, integrante del taller. “También puede haber filtración horizontal por el agua de lluvias”, acotó a modo de explicación de los estudios bacterianos.
Si bien era esperable que el grado de afección respondiera a la profundidad del pozo de agua —porque los menos hondos llegan al acuífero Pampeano que está más contaminado que el Puelches inferior—, el informe reveló que en Mariano Moreno “existe circulación superficial de aguas servidas que actuaría como otra importante fuente de contaminación”. Se observa en dos de los únicos siete pozos profundos (más de 60 metros), los que de mayor cantidad de bacterias por encontrarse en áreas inundables.
Por otra parte, “los nitratos pueden producirse a partir de los volcados de las fábricas al arroyo San Francisco”, aseguró a esta agencia la licenciada en Ciencias Biológicas. De este modo, “si bien no se realizó un análisis de su procedencia, no puede descartarse esta variable”, acentuó.
DERECHOS ANEGADOS
En el barrio viven familias en situación de vulnerabilidad, muchas con integrantes desocupados o empleados informalmente. La falta de recursos económicos se traduce en la poca frecuencia de saneamiento de los pozos y se profundiza por la ausencia de agua potable y cloacas. Además, hay casas construidas en áreas bajas y cercanas al arroyo, por lo que el 48 por ciento de ellas se inunda fácilmente.
El “Galpón Cultural”, perteneciente al Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) que funciona en el vecindario, coordinó el trabajo territorial para realizar la encuesta socioeconómica para seleccionar hogares representativos de los 5100 habitantes de la zona, un anuncio de la realidad que luego reflejarían los estudios de laboratorio.
Del total, se consultaron 205 lotes, donde viven 960 vecinas y vecinos. En 82 casas, por lo menos un miembro presentaba infecciones, “la mayoría dermatológicas o respiratorias”, detalló la militante social Lorena Mansilla, apoyada en las conclusiones metodológicas. En el 30 por ciento de los domicilios, había integrantes con diarreas frecuentes y tos. Sin embargo, unas 394 personas no tenían cobertura médica.
Aunque cuentan con datos sellados por los profesionales, que se definen como científicos que buscan conectarse con las realidades sociales que no se discuten en las aulas, el reclamo vecinal lleva años. “Queríamos saber en qué situación estaba el agua que bebíamos y no había ningún relevamiento sanitario, pero sí había enfermedades”, cuestionó la también integrante de la Asamblea Popular de Claypole. “Convocamos y vinieron los vecinos. Redactamos un petitorio para presentar a la Municipalidad”, relató Mansilla. Según adelantó, realizarán una movilización hasta el palacio del Ejecutivo para reclamar por el reconocimiento equitativo de los derechos.
MNL-AFD
AUNO-19-11-2009
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