Isla Maciel, una mirada desde adentro de los pibes

El centro cultural que funciona en la ex Escuela Mecánica de la Armada abrió sus puertas a una muestra de fotografías que chicos de la Isla Maciel tomaron durante su participación en un taller de periodismo que puso en marcha la Asociación Miguel Bru. Fue dictado por fotógrafos y periodistas en actividad dentro de medios nacionales.

Arte, cultura e integración tienen lugar desde el sábado pasado en el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos). Así, la ex ESMA se convirtió en la sede de una exhibición de fotos y textos realizados por chicos y adolescentes que viven en la exclusión y la pobreza de la Isla Maciel.

Cientos de fotos en blanco y negro cubren las paredes del salón de artes visuales, reflejan los ojos y miradas de muchos de los chicos que viven en la isla: sus dolores, sus necesidades, sus realidades. Pequeños trozos de texto verbalizan las imágenes que parecen hablar por sí mismas. “Una nena gritando, olor a húmedo, gusto agrio, barro húmedo. Muy feo”, sentenciaba en un escrito Juanita Ale, una de las nenas que participó en el taller de periodismo.

Las imágenes, los escritos de los chicos, las miradas grises sobre sus realidades opacas se contrastaban con las risas y abrazos de las personas presentes en la inauguración de la muestra “Ojos y voces de la isla”. Una mezcla de sensaciones invadía el salón. Gente que iba y venía. Sonrisas amplias y risas contagiosas, estaban contentos. Parecían felices.

Jesica Báez es una de las adolescentes que cursó los talleres de periodismo y fotografía. “Escribiendo me desahogaba explicó con voz firme y sin vueltas. Me di cuenta que me destrababa con la escritura, cambié un montón, desarrollé la mente.”

Su relato narra una vida con muchos altibajos, una realidad sesgada por la miseria. Pese a sentirse muy cómoda escribiendo, ella, como tantas otras voces de la isla, tiene otras necesidades y prioridades: “Primero y principal, quiero recuperar a mis hijos y después volver a escribir”. En este momento, Jesica está internada en un centro de rehabilitación en Cañuelas. “Tengo fuerzas pero me falta un poquito de voluntad”, admitió en su charla con AUNO.

Los talleres de periodismo y fotografía que se llevaron a cabo en la Isla Maciel, pertenecen a un proyecto sostenido por la Asociación Miguel Bru (Ambru), que lleva ese nombre debido al joven “desaparecido” en 1993. Ambru investiga desde el 2002 casos de “abuso, violencia y de ‘gatillo fácil’ cometidos por la Policía Federal”. En 2003, la asociación llega a la Isla Maciel para investigar el “fusilamiento” de dos adolescentes que, según comentaban los vecinos del lugar, fueron efectuados por policías locales.

“Cuando llegamos a la isla, las madres y los familiares nos decían que hagamos algo por los chicos, que los estaban ‘matando’. Así nació la idea de organizar los talleres”, explicó a esta agencia Leo Godoy, uno de los capacitadores del taller de periodismo.

Los talleres representaban espacios donde los chicos recibían una orientación entre las áreas en las que más interés mostraban. Se crearon talleres de panadería, peluquería, derechos humanos, de género, fotografía y periodismo. Estos dos últimos tuvieron un impacto y una popularidad mucho mayor a la esperada: “Al revés de lo que pensábamos todos, los talleres de periodismo y fotografía tuvieron una gran repercusión. Eran los talleres a los que concurrían más asiduamente, teníamos seis o siete alumnos que venían todas las clases”, contaba sorprendido el capacitador del área de periodismo.

En los primeros dos años, los cursos se dictaron en el club 3 de Febrero. Allí, principalmente se presentaban chicos que habían dejado la escuela o que carecían de formación escolar. Luego, la asociación comenzó a trabajar dentro de la Escuela Primaria Nº 6 y los cursos empezaron a contar con una concurrencia mucho más numerosa.

“Se percibió un gran cambio desde que los chicos empezaron hasta que terminaron los cursos”, explicaban los capacitadores, “pasaron de tener mucho miedo de agarrar la lapicera y que los lean a escribir textos largos y contar sus historias”, remarcó Leo Godoy.

Los periodistas, fotógrafos y demás docentes que enseñaban en los cursos, lo hacían en forma gratuita. “Todo el trabajo que hicimos nosotros fue completamente voluntario y era un tipo de militancia. Creemos que otro mundo es posible”, declaró María Eugenia Ludueña, capacitadora de periodismo.

Actualmente, los cursos no están siendo dictados. Hacia finales del año pasado se decidió que una etapa había concluido con la publicación del libro “Ojos y voces de la isla”. Este libro, que fue financiado con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, recopila todos los textos y fotografías que los chicos realizaron en sus pasos por los talleres y revela las condiciones precarias en las que viven las familias de la Isla Maciel.

“La idea es continuar con los talleres, pero primero queríamos cerrar con esta etapa de difundir el material”, declaró Laura Sottile, miembro de Ambru y coordinadora del proyecto realizado en la Isla Maciel. “Después de muchísimos años de trabajo por parte de todos los capacitadotes de la asociación, de los docentes y el compromiso de los chicos, (lo valioso) es haber llegado hasta el final y haber concretado el sueño de un libro”, añadió con una sonrisa.

La exposición podrá visitarse gratuitamente de lunes a viernes de 14 a 20.30, los sábados de 17 a 21 hasta el próximo 13 de mayo, en el Espacio de Artes Visuales del Ecunhi, perteneciente a la Fundación de Madres de Plaza de Mayo.

La muestra “Ojos y voces de la Isla” es el cierre de años de trabajo y esfuerzo de docentes, periodistas y fotógrafos. María Eugenia Ludueña admite que ellos también tuvieron prejuicios al arribar a la isla y que están muy satisfechos con los logros obtenidos. “Creemos que otro mundo es posible –concluyó-, y para que otro mundo sea posible tiene que haber inclusión de todas y de todos.”

TR-GAVQ-AFD
AUNO 18-03-10

Dejar una respuesta