Por Sergio Sánchez
El estado físico de “Palo” Pandolfo da envidia: tiene la energía de un músico de 20 años, pero la experiencia de un tipo con casi 30 años de trayectoria en el rock argentino. Arriba del escenario mueve los brazos, arenga al público, baila y cambia la guitarra sin descuidar el micrófono. Así lo hizo una y otra vez el sábado en Temperley, donde recorrió sus tres discos como solista y recordó canciones clásicas de Don Cornelio y la Zona, para delicia de los treintañeros que asistieron al show.
Durante dos horas y media, el público bailó, cantó y se emocionó con una selección de temas viejos y no tanto que transitaron por la cumbia, el candombe, el reggae, el pop y el rock. Fue el caso de “Ella vendrá”, himno de Don Cornelio que no funcionó como frutilla del postre sino que ocupó el cuarto lugar en la lista. De esa forma, el “trovador moderno” —como lo suelen llamar—avisó en seguida que la noche estaría cargada de sorpresas y nostalgias.
Pero la velada no comenzó sólo con recuerdos. “Te quiero llevar”, de A través de los sueños (2001), y el reggae super pegadizo “Canción cántaro”, de Ritual criollo (2008), marcaron el comienzo. Y no tardaron en llegar los mimos: “Vení más seguido al sur, Palo”, gritó un hombre con voz ronca.
La visita de Pandolfo y su banda “El Ritual” a la zona sur del Conurbano responde a la gira nacional “A cielo abierto” que ya lo llevó por Córdoba, Rosario, Río Negro, Chubut, Neuquén y varias ciudades de Buenos Aires. Antes de comenzar a grabar un nuevo disco, los conciertos funcionan a modo de despedida de Ritual criollo, que incluye canciones bellas, frescas, introspectivas.
Una muestra de la intimidad y la poética de las composiciones de Pandolfo fue cuando interpretó “Oficio del cantor”, acompañado por la dulce melodía del bandoneón de Matías Juanete. “La ciudad no deja ver el sol / la nave de papel se voló, como la pasión y el amor que viene y va”, metaforizó el trovador.
Pero también hubo segmentos para mover el cuerpo. De pronto, cambió la guitarra acústica por la eléctrica y se despachó con el cuarteto “Argentina 2002” y más tarde con la cumbia “Río Reconquista”. Entonces, dio vueltas arriba de las tablas y contagió a los hombres y mujeres que tal vez crecieron con la música vanguardista de Don Cornelio y luego siguieron al artista durante su etapa al frente de Los Visitantes, una banda que formó parte de la contracultura de la década de 1990. Esa noche, los adolescentes que frecuentan Temperley cedieron el lugar para los no tan jóvenes.
“Tocá una de Los Visitantes, che”, pidió un chico con la remera de Las Pelotas. Y le dio el gusto. “Estas son para ustedes”, dedicó “Palo” antes de tocar “El Ente” y “Tapa de los sesos”, ambas de la banda disuelta a finales del siglo pasado.
Luego, la batería de Raúl Gutta evocó los sonidos del Río de La Plata en “Carnavalonga”. Enseguida, viajaron a Jamaica con “Exodo” de Bob Marley, una reversión en español incluida en el disco de covers Antojo (2004) en el que Pandolfo le pone su sello personal a temas de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Mano Negra, Quilapayún, Silvio Rodríguez y Radiohead, y recupera canciones propias de bandas que lideró.
Sin duda, el viejito “Playas oscuras” fue uno de los más festejados. Desde el escenario, “Palo” se desquició con el solo de guitarra y estallaron los aplausos de las casi cien personas que se chocaban en el angosto espacio. “Esto es el ritual”, grito el líder y destacó la presencia de su “compañero” Gustavo Senmartín a cargo bajo, con el cual le puso música a la película de Pablo Trapero “Nacido y criado”.
Pero todo ritual tiene su final. Y llegó de la mano de “Estaré”, un clásico de Los Visitantes que invita a cantar “hasta que salga el sol”. Aún faltaba bastante para que amaneciera, pero más de uno se iría a dormir con hermosos recuerdos de la adolescencia.
SES-AFD
AUNO-13-04-10