Mujeres de la Unidad III del penal de Ezeiza compartieron con Antonio Birabent una tarde de música. “Una experiencia renovadora para todos”, señala la Secretaría de Cultura de la Nación que, junto al Ministerio de Justicia, organiza actividades artísticas en cárceles. ¿La intención? Demostrar que la música puede ser compañera de ruta hacia una nueva (y mejor) vida.
“Nada como ir juntos a la par / y caminos desandar / el honor no lo perdí / es el héroe que hay en mí”. Son versos del tema que cantó ayer Antonio Birabent en homenaje a Pappo. Pero, también, en comunión a la causa que lo acercó hasta un escenario poco convencional.
Ayer las internas de la cárcel de Ezeiza se ponían lindas para recibir al invitado y compartir una tarde de canciones. Estaban ansiosas y los músicos también, porque era la primera vez que participaban de ‘Arte en las Cárceles’, el programa que ya tiene seis años.
En el gimnasio del penal, unas cien reclusas de distintas edades se reunieron para escuchar un repertorio variado de temas nuevos y otros no tanto. La música comenzó a sonar y todo iba tal cual lo esperaban. Hasta que, de repente, se escuchó el grito: -“¡Antonio, cantá El Oso!”
Y a partir de ese momento todo pasó a transformarse en una especie de zapada entre amigos. “Ir juntos a la par”, cantaba Antonio. Y de eso, precisamente, se trata.
El director nacional de Artes, José Luis Castiñeira de Dios, reconoció que llevar actividades culturales a las prisiones es brindar “un horizonte idealista a quienes están en situación de detención” y que se trata de una experiencia “renovadora” para todos los que participan.
“Por ser una cárcel federal, la mayoría de las internas están cumpliendo condena por delitos relacionados con el narcotráfico”, se explicó desde el Servicio Penitenciario.
Y precisan: “Hay argentinas pero también un pabellón donde están sólo las ciudadanas extranjeras. Y si bien hay mujeres de todas las edades, el promedio podría decirse que es de unos 25 años”.
Y, precisamente, una de esas chicas extranjeras, que participa del taller de coro, sirvió de ‘banda soporte’ para el recital de Antonio en el gimnasio. Su voz, limpia y bella, se hizo fuerte en el galpón llevando los versos de Héroe, el tema de Mariah Carey.
Abrazadas, sentadas en sillas de plástico o sobre mesas de madera, aplaudiendo cada tema y animándose a hacer coros, las mujeres que cumplen el castigo por haber cometido delitos en su pasado parecen encontrar en la música una vía de expresión y liberación.
Quiero volver
Birabent presentó temas de su último disco, Armonía Casera, pero también canciones de sus obras anteriores. Víctor Volpi, con su guitarra y teclados, y Juan Pita, con la batería, acompañaron al cantante, quien además del recital en el gimnasio visitó a las chicas que participan del taller de coro que da Javier Zentner en el Centro de Rehabilitación de Drogas (CRD) del penal.
“Quiero volver y cantar con ustedes, para mí es muy emocionante”, confesó Birabent, ante el grupo de coro que lo recibió con una merienda especial y canciones preparadas para agradecerle la visita. “Estas chicas tienen un régimen de continua actividad, como se hace afuera en una granja”, explicó una de las médicas del CRD.
Atención psicológica, acompañamiento permanente y actividades culturales son claves para estas mujeres que están decididas a realizar un cambio en sus vidas, dejando para siempre su adicción a las drogas y proyectando un futuro diferente al momento en que recuperen su libertad. Y, según los especialistas, actividades como ‘Arte en las Cárceles’ se convierten en uno de los mejores aliados en ese camino.
“Arte en las Cárceles es algo muy valioso”, explicó José Luis Castiñeira de Dios, director de Artes de la Secretaría de Cultura, que luego anunció: “Aspiramos a poner en marcha un plan federal para que en por lo menos una de las ciudades de cada región argentina haya un programa similar. Lo alimentaremos nosotros con proyectos artísticos”.
Pero fue mucho más que eso. Por un momento, hubo una fusión entre el artista y las presas. Misión cumplida, podría decirse, para los que todos los días trabajan para que la calidad de vida en los correccionales sea mejor para todos.
AUNO 17-04-10
CD-HRC