Lomas de Zamora, agosto 21 (AUNO).- Amenazas, recusación de un fiscal, desaparición de pruebas, pericias fallidas. Mañana se cumplen dos años de la muerte de Fátima Catán, la joven embarazada de Fiorito que terminó con el 85 por ciento de su cuerpo quemado luego de una discusión con su pareja, y hasta ahora el caso sólo encuentra trabas que no le permiten esclarecer los hechos a la Justicia. El único imputado por “homicidio en el contexto de violencia familiar” es Martín Santillán, pareja de la chica en ese entonces, pero aún no se presentó a indagatoria ni fue detenido. Solamente existe un motor encendido, que es la fuerza, la lucha, la fe y la esperanza de la familia Catán, más precisamente de Elsa Gerez, la mamá, que prometió “no abandonar” la causa y que estará presente en la misa que se realizará mañana a las 19 en la parroquia donde su hija daba catequesis.
El 18 de agosto de 2010, Fátima Catán llegó al hospital Eva Perón de Lanús con casi la totalidad de su cuerpo quemado y un embarazo de dos meses. Su pareja, quien la llevó hasta allí, aseguró que ella había estado limpiando discos compactos con alcohol y que cuando prendió un cigarrillo ocurrió el accidente. Sin embargo, la familia de la víctima lo señala como el autor del crimen, debido a que afirman que “en la habitación donde ocurrió todo no había elementos que demostraran sus intenciones de ayudarla” y a que la joven había sido vista, tanto por sus vecinos como por sus amigos, con moretones luego de peleas con Santillán. Fátima no pudo dar su versión porque murió cuatro días después, luego de ser trasladada al hospital de quemados de La Plata.
Inicialmente, la causa fue tomada por el fiscal Ramiro Varangot y ese fue el comienzo de las irregularidades. La reconstrucción de los hechos no pudo hacerse porque la Policía Científica no tenía las cámaras adecuadas para hacerla; documentos y papeles que habían sido presentados por los Catán desaparecieron del expediente, el hermano de la víctima, Nahuel Catán, quien estuvo en la casa poco después de que ocurrieran los hechos, no pudo hacer declaraciones porque era menor de edad, cuando podría haberlo hecho en un tribunal especial. Pero quizás lo que más afectó a Elsa Gerez fue que el ex novio de su hija fuera considerado como “testigo” de los hechos y no como imputado, por lo que no dudó en denunciar al fiscal por actuar como “defensor” de Santillán.
Finalmente, en diciembre de 2011 el juez de Garantías lomense Gabriel Vitale ordenó la imputación, en un fallo avalado por la sala 2 de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal en marzo de este año. Además, en ese mismo mes, el abogado querellante, Gabriel Juricich, presentó ante la Justicia el pedido de que el fiscal sea “relevado de su cargo” por las anomalías mencionadas anteriormente. Esta solicitud fue aprobada dos meses después, por lo que desde el 18 de mayo Gerardo Loureyro es el fiscal designado en la causa.
Durante estos dos años la familia Catán jamás dejó de denunciar que recibió amenazas. Entre ellas, la recepción de llamadas telefónicas intimidatorias que exigían, entre otras cosas, que “paren con los medios de comunicación”, la quema de un árbol adentro su propiedad, la golpiza que recibió el hermano menor de Fátima y la destrucción de la fachada de la casa con piedras y botellas. Gerez señaló como responsable de todas estas agresiones a Santillán y sostuvo que aunque él la “trate de loca”, no va “cambiar el discurso”.
El nuevo fiscal lleva tres meses en la causa y hasta el momento el único avance que hubo fue la declaración de Nahuel y Jesús Catán, padre de la joven. También, según Juricich, ordenó la recolección de “pruebas complementarias”, como una pericia psicológica del imputado que todavía no se realizó. La mamá de Fátima aseguró que comprende que “el fiscal esté ocupado con otros casos” (como el de Érica Soriano, la mujer desaparecida desde el 20 de agosto de 2010, y que tiene como principal sospechoso a su ex pareja, Daniel Lagostena), pero pidió que “Santillán sea detenido inmediatamente”.
Mañana a las 14, los familiares de la joven colocarán una placa en su nicho en el Cementerio de Lomas de Zamora en su honor, y a las 19 se celebrará una misa en su memoria en la parroquia Santa Cruz, ubicada en San Luis María de Montfort (ex Trinidad) y Murature, Fiorito, donde ella fue catequista y miembro del grupo scout. El próximo martes realizarán una radio abierta frente a los tribunales del distrito para seguir con el reclamo de justicia. Fátima tenía sólo 24 años pero según sus amigos más cercanos tuvo una vida “muy intensa”. Por ello, su madre aseguró que no descansará hasta que “la Justicia sepa la verdad”.
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